A cargo de GUILLERMO CABRERA ÁLVAREZ

En noviembre del año 2001 le escribí una carta en donde lamentaba la situación del Parque Almendares. En aquel momento fui visitada por autoridades del Parque Metropolitano que me explicaron los planes que tenían en relación a mis preocupaciones.

Creo que ahora no sería justo no escribirle para comentarle cuánta satisfacción se siente en estos momentos al visitar el Parque Almendares.

Aunque todavía están enfrascados en su total recuperación, recobró su vida, ya los sábados y los domingos se escuchan las risas de los niños porque todo cambió, la naturaleza recobró su espacio, pues han sembrado plantas y flores. Los bancos de la orilla del río están ocupados, la pista de patinaje volvió a ser lo que era y se alquilan patines. La cafetería tiene variadas ofertas y el teatro ofrece variadas actividades.

Hay pájaros, patos, flamencos, se restablecieron los puentes, peces, jicoteas, en fin, poco a poco la ciudad gana nuevamente con tener un lugar como este para la recreación de todos.

Este es el objetivo de mi carta. Hacer llegar mi reconocimiento a todos aquellos que han contribuido y contribuyen con tanto esfuerzo a rescatar nuestros parques. (Carmen Fernández del Busto, municipio de Playa, Ciudad de La Habana)

Hay, sin lugar a duda, mucho que rescatar y mucho rescatado ya. Lo importante siempre será mantener, consolidar y desarrollar, las cosas que logramos.

SOBRE LA CABEZA, 220 V

En agosto de 1994, con esfuerzo propio fundí la placa de la planta alta de mi casa. Durante la ejecución del encofrado, nos dimos cuenta que un tendido de 220 V, constituía un peligro potencial pues rozaría parte de la placa. El tendido la atraviesa en una longitud de 13 metros.

Me dirigí a la empresa eléctrica municipal. Me atendió el director (en ese momento, William), quien se comprometió a enviar un equipo técnico para analizar y determinar qué hacer. Resultó que debía acoplarse al poste de la esquina una pieza llamada P y otros trabajos de menos complejidad.

Como nos encontrábamos en pleno período especial (1994), se dio como solución momentánea enfriar (cortar) la electricidad. Los carpinteros levantaron los tres cables mediante un listón de madera con tres secciones para acoplarlo al encofre y que no rozara la placa.

Han transcurrido ocho años y aquella medida momentánea se ha vuelto eterna. El listón de madera deteriorado. Hace tres años (1999) reinicié las gestiones. Llevé el asunto a la asamblea de mi circunscripción, se han celebrado cinco sin solución.

Hace dos años despaché con el actual director de la OBE, quien se comprometió "en el más corto tiempo resolveremos ese problema, yo lo cogeré personalmente". Hace unos días en la asamblea de rendición de cuenta, la delegada emplazó al funcionario de la OBE y este solo dijo: No tenemos recursos.

Soy hombre que sigue la política de nuestra Revolución y dispongo de suficiente conocimiento de todas las inversiones, reconstrucciones, reanimaciones y atención al hombre que el Ministerio de Industria Básica ha desplegado en los últimos años, en todas las empresas del país, producto de la reanimación económica: electrificación de bateyes cañeros, eliminación de tendederas, electrificación de zonas intrincadas de la montaña, reconstrucción y reanimación de las oficinas de cobro de electricidad, atención al hombre, fortalecimiento del parque automotor de todas las provincias, entre otras.

La solución de mi problema no es por falta de recursos, sino por falta de interés. No quiero que se resuelva cuando ocurra un accidente fatal (Santos Bautista Núñez, Las Tunas)

Usted ha sido una persona extraordinariamente paciente. La empresa en su provincia ha sido extraordinariamente incompetente.

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Sección Abrecartas
Periódico Granma
CP 10600 Habana 6

 

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