Viven nuevo amanecer en Vieques sin presencia de la Armada de EE.UU.

Al grito de "paz, paz, paz", miles de puertorriqueños echaron abajo las verjas en la entrada principal del "Campamento García" , sin esperar la llegada del primer minuto de este jueves como estaba previsto, para penetrar en los terrenos que hasta entonces estuvieron bajo control absoluto de la Armada estadounidense

VIEQUES, PUERTO RICO, 1ro. de mayo (PL). — Los puertorriqueños vivieron hoy un amanecer de esperanza al conseguir tras años de demanda que la Marina de Guerra de Estados Unidos se retirara de la isla de Vieques, aunque seguirán luchando por su descontaminación y total devolución.

Al grito de "paz, paz, paz", miles de puertorriqueños echaron abajo las verjas en la entrada principal del "Campamento García", en Vieques, sin esperar la llegada del primer minuto de este jueves como estaba previsto, para penetrar en los terrenos que hasta entonces estuvieron bajo control absoluto de la Armada estadounidense.

Los manifestantes, unos con lágrimas en los ojos y otros embriagados de emoción, asistían como protagonistas incrédulos a lo que por poco más de seis décadas se tornó en una especie de anhelo inalcanzable.

La salida de la Marina de Guerra de Vieques es el corolario de una lucha que se prolongó por 63 años y que tuvo su etapa más intensa en los últimos cuatro, luego de la muerte de David Sanes Rodríguez, el 19 de abril de 1999, cuando un avión de combate dejó caer por error dos bombas de 500 libras próximo a un puesto de observación.

Este trágico incidente desató una masiva protesta que paralizó los bombardeos durante un año, cuando centenares de personas levantaron campamentos en los terrenos vedados por la Marina.

Transcurrido ese período, los desobedientes civiles fueron arrestados por alguaciles federales y agentes del FBI (Buró Federal de Investigaciones) y condenados a distintas penas de prisión en el Tribunal de Distrito de Estados Unidos en Puerto Rico.

Entre los encarcelados se hallaban el presidente del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), Rubén Berríos Martínez, y la vicepresidenta del Senado de Puerto Rico, Velda González, del Partido Popular Democrático (PPD), de gobierno.

Posteriormente continuaron las incursiones furtivas al polígono de la Armada con el fin de detener sus juegos bélicos, que desencadenaron nuevos arrestos y condenas de prisión, en momentos en que aumentaba la atmósfera de hostilidad entre sectores de la derecha política estadounidense hacia Puerto Rico, un estado libre asociado a Estados Unidos desde 1952.

Mas la tenaz determinación del pueblo puertorriqueño y sus principales dirigentes políticos y religiosos de forzar el fin de los bombardeos en Vieques, obligó al entonces presidente estadounidense, William Clinton a comprometerse en un memorando con la desocupación militar de la isla no más tarde del día de hoy, lo que ratificó su sucesor, George W. Bush.

Arropados por una noche esplendorosa y ondeando banderas de Puerto Rico y de Vieques, los manifestantes —entre los que se encontraban líderes políticos, religiosos y artistas, como el cantante Danny Rivera— entonaron canciones de alabanza al terruño patrio.

"Hemos esperado mucho por esto", dijo una mujer con lágrimas en sus ojos.

"Es un día de gran alegría, un día histórico", añadió por su parte un anciano que experimentaba "una emoción increíble", pues parecía que la Marina jamás cedería a las exigencias de los puertorriqueños.

También se guardó un minuto de silencio para honrar la memoria de los que perdieron la vida a causa de esta lucha, como el militante socialista Ángel Rodríguez Cristóbal, muerto misteriosamente en la década de 1970 en una prisión de la Florida, Estados Unidos, a la que fue trasladado al ser condenado por obstruir los juegos bélicos en Vieques.

Miles de kilómetros de verjas eslabonadas fueron cortados por los eufóricos manifestantes, a la vez que otros quemaban banderas estadounidenses con calaveras en lugar de las estrellas que representan los 50 estados norteamericanos.

Los policías asignados en el área del portón principal del "Campamento García" no intervinieron contra la oleada humana, aunque posteriormente una emisora reportó un incidente cuando unos jóvenes incendiaron un vehículo en los antiguos terrenos militares, ahora en control del Departamento del Interior de Estados Unidos.

 

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