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26 de Abril de 1869
Agramonte asume la jefatura de la división del Camagüey
Enrique
Atiénzar Rivero
CAMAGÜEY.— Un día
como hoy, pero de 1869, Ignacio Agramonte renunció a su escaño en
la Cámara de Representantes de la República en Armas, al ser
nombrado Mayor General del Ejército Libertador y Jefe de la
División del Camagüey.
El cambio de funciones
no menguó la autoridad y el prestigio de este hombre, a quien se le
recuerda por la audacia y el valor desplegados en el rescate del
Brigadier Julio Sanguily, con apenas 35 jinetes y frente a la
superioridad de las huestes españolas, así como por otras acciones
que lo distinguieron en el terreno militar.
Fidel, al hablar en el
acto por el centenario de su caída en combate, efectuado en la
Plaza San Juan de Dios el 11 de mayo de 1973, enalteció las dotes
de Agramonte en este campo que no fue el único en el que
sobresalió, porque brilló también como legislador en la
Constituyente de Guáimaro, la primera de la República en Armas,
suscrita en abril de 1869.
En aquella ocasión el
Comandante en Jefe dijo: "Se ha escrito y se ha hablado de sus
extraordinarias condiciones de educador y de organizador. A lo largo
de su mando, organizó talleres de todo tipo para abastecer a las
fuerzas camagüeyanas, organizó, disciplinó y entrenó a la
caballería y a la infantería de Camagüey y de Las Villas, dotó a
esas fuerzas de un magnífico espíritu de combate y las capacitó
para la lucha".
"El
propio Agramonte no tenía profesión militar; pero desde que
comenzó la guerra se dedicó a los estudios militares y a enseñar
a los oficiales y a los combatientes. Es conocido que dondequiera
que había un campamento de Ignacio Agramonte, había un centro
militar, había una escuela."
En ese período en que
asumió el mando dirigió importantes combates: Ceja de Altagracia y
el ataque a Puerto Príncipe. Como segundo del Mayor General Thomas
Jordan, participó en los combates de Sabana de Bayatabo y Minas de
Juan Rodríguez. El propio oficial norteamericano, Thomas Jordan,
reconoció "la brillante juventud que forma este Estado Mayor
General y el del General Agramonte me ha dejado completamente
satisfecho. Todos fueron más allá de su deber batiéndose como
simples soldados. En cuanto al General Agramonte tuve ocasión de
confirmar los antecedentes que se me había dado de su valor sereno
y notables aptitudes militares".
También en abril, pero
de 1870, renunció a la jefatura militar por discrepancias con el
presidente Carlos Manuel de Céspedes. El grado de Mayor General lo
mantuvo, aun cuando permaneció sin mando, retomado el 17 de enero
de 1871, momento calificado por historiadores como de extrema
dificultad para la Revolución y en el que logró levantar el
espíritu de combate y reorganizar a las fuerzas.
El tiempo en que
permaneció sin mando, participó en diversos combates, entre ellos,
Ingenio Grande, Jimirú y Socorro, sin desatender su preparación y
la de sus hombres, fundamentalmente, la relacionada con el uso de la
caballería en función de la guerra de guerrillas. |