HANOI, 19 de abril.— Con el sabor
amargo de la sorpresa, diversos medios vietnamitas reaccionaron hoy
contrariados ante revelaciones de científicos norteamericanos sobre
el empleo por Washington en este país de más agente naranja que el
admitido hasta ahora.
Los informativos sabatinos —dice
Prensa Latina— se refieren a un reporte difundido por
especialistas de la Universidad de Columbia, quienes afirmaron que
la aviación agresora regó sobre la nación indochina un 30% más
del defoliante tóxico que lo que hasta el momento el Pentágono
había confirmado.
El equipo de científicos de ese
renombrado alto centro de estudios se basó precisamente para su
pesquisa en documentos secretos emitidos por círculos
investigativos del propio ejército norteamericano, que debió
prohibir el uso de ese producto químico en 1971, cuando se
descubrió su alto contenido de dioxina.
El profesor Jeane Stellman, vocero de
los investigadores de la Universidad de Columbia, apuntó que se
llegó también a la conclusión de que los contenidos en ese
defoliante de dioxina, causante del cáncer, resultaron dos veces
más fuerte que las dosis manejadas en el pasado por fuentes
castrenses.
El agente naranja fue utilizado sobre
todo en la región centro-sur del país para eliminar las bases de
abastecimiento de alimentos agrícolas del Ejército de Liberación
Nacional y la vegetación de las zonas selváticas, donde se
refugiaban los guerrilleros para eludir los bombardeos masivos de
las ''fortalezas aéreas'' B-52.
Las cifras admitidas por Washington
hasta ahora del agente naranja esparcido sobre Viet Nam eran de
41 000 000 de litros, dentro de los 72 000 000
de tóxicos químicos utilizados aquí entre 1961 y 1971.
Fuentes oficiales vietnamitas indican
que entre los 3 000 000 de nacionales que perdieron la
vida durante la guerra de agresión norteamericana, 400 000
fueron víctimas del ataque bacteriológico.
Aunque Hanoi viene trabajando durante
largos años para eliminar los efectos de aquella guerra química,
recientes investigaciones indican que solo en seis provincias del
norte y sur, tomadas en un muestreo, 22 000 personas sufren
deformaciones y parálisis agudas por el contacto con el agente
naranja o son descendientes de afectados.
En general, en toda la nación
indochina existen más de un millón de ciudadanos que han sufrido
las malignas consecuencias de aquella agresión química, entre
quienes vivían entonces y en descendientes de tres generaciones
posteriores.
En Viet Nam nacieron en la primera
década de la posguerra más de 50 000 niños minusválidos.
Por ejemplo, el hombre más alto del país actualmente, un ex
militar de 52 años de edad, desmovilizado por quemaduras de agentes
químicos a principio de los 70 (siglo XX), mide 2,30 metros.
Creció unos 60 centímetros desde entonces.
En cuanto al daño que dejó el
agente naranja en el medio ambiente, los científicos vietnamitas no
han podido determinarlo a ciencia cierta, pero se presume que es
inimaginablemente alto.
En los últimos años autoridades de
este país han reiterado a dirigentes norteamericanos su obligación
moral y ética de ayudar a familias del país afectadas por la
guerra tóxica, en lo cual aún se carece de un compromiso formal no
obstante determinado reconocimiento sobre el tema de anteriores
inquilinos de la Casa Blanca.