En pos de un récord

¿Cuál es el absoluto?

SIGFREDO BARROS

Rompieron las series semifinales. Con un Latino que albergó aproximadamente 40 000 personas, en medio de una efervescencia beisbolera en la capital. El paso de Industriales a través de toda la campaña así lo justifica. Ya distan ocho años de la última vez que una selección capitalina se llevó los máximos honores en una Serie Nacional. ¿Será este el año de los azules?

Al menos, comenzaron con buen pie su confrontación ante Pinar del Río. Trece imparables produjeron ocho carreras, que no fueron más debido a la inefectividad de tres de sus regulares más importantes —Carlos Tabares, Kendry Morales y Bárbaro Cañizares—, quienes fueron puestos out doce veces por el pitcheo vueltabajero.

Al término del encuentro, el mentor Jorge Fuentes, sin perder su tradicional ecuanimidad, comentó: "Indudablemente, este es un Industriales distinto, en el cual se agrupan valores jóvenes de calidad. Solo te recuerdo que hoy no batearon Kendry y Cañizares, quienes fueron cuarto y quinto bates, respectivamente, en el último equipo Cuba. Nosotros no estamos vencidos ni mucho menos. Pero ellos están en un gran año".

La victoria fue la número 70 del llamado Tren Azul. Impusieron marca de 66 triunfos —rompiendo la establecida el pasado año, precisamente por una selección pinareña—, derrotaron tres veces al Habana en cuartos de finales y ya suman una en esta semifinal. Y la afición, siempre exigente, siempre en busca de la verdad absoluta en un deporte que de absoluto no tiene nada, ya comienza a preguntar cuál es el récord único de victorias para un equipo en nuestro béisbol.

Habría que separar, en primer lugar, el concepto victorias del concepto average. En una fecha tan distante de nuestros días como 1968 (la mayoría de los peloteros que jugaron en la presente temporada no había nacido) surgió un equipo, el Habana, bajo la dirección de Juan "Coco" Gómez, que acabó con cuanta oposición encontró a su paso y no paró hasta conseguir 74 triunfos, con solo 25 reveses, en la primera de las dos series de 99 juegos efectuadas.

A partir de 1970 las Series Nacionales disminuyeron su cantidad de partidos jugados y, como resulta lógico, nadie se acercó a semejante marca. El promedio de los habanistas en ese torneo fue de 748, pero dos años después los Henequeneros de Miguel Domínguez ganaron 50 partidos y solo perdieron 16, para un destacado 758 de average. Parecía difícil superarlos... pero la primacía duró tan solo dos años.

Azucareros —bajo la pupila de Servio Borges—, se impuso en 52 partidos, cayó en 14 y su average de 788 rompió las marcas existentes. Aquí sí hubo que esperar once años, hasta 1983, cuando otro conjunto de la región central del país, el Villa Clara de Eduardo Martín, dejó atrás a todos sus perseguidores y se alzó con el título con un palmarés asombroso: 41 éxitos y únicamente ¡8 derrotas!, con lo cual elevaron la cota hasta lo inalcanzable, 837.

Por supuesto, en torneos largos como los actuales, de 90 partidos, resulta casi imposible jugar para 800, es decir, ganar 8 de 10 partidos. Pero la cifra de 74 victorias sí está en peligro. Industriales pudiera arribar a los 77 éxitos si vence a Pinar del Río y luego se impone en la finalísima ante cualquiera de los dos candidatos orientales, Villa Clara o Granma, los cuales —al cierre de esta edición—, dirimían su primer compromiso en un seguramente atestado Augusto César Sandino, con Ciro Silvino Licea y Roidel Enríquez en función de abridores.

¿Podrá Industriales establecer una marca absoluta? Buen paso lleva el Tren Azul, sin duda. Pero en el béisbol nada es seguro. Y, hasta el momento, aquellos habanistas del "Coco" Gómez que ya nos parecen mitológicos, tienen el récord en su poder.

 

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