La Única en su esplendor

Pedro de la Hoz

Siempre en el recuerdo, por su impronta irrepetible, Rita Montaner continúa siendo una presencia viva en la cultura cubana. Que compañeros de arte que la conocieron sean fieles a su recuerdo, no debe sorprender a nadie. Pero que jóvenes nacidos después de su muerte se nutran de su ejemplo y se interesen por su repertorio, implica una toma de conciencia acerca de la necesidad de ir a la raíz para encaminar el futuro.

Esta reflexión nace del homenaje que le rindiera la Casa de la Música de la EGREM (Miramar) a la Única. Arte y devoción se unieron en la portentosa entrega folclórica de Lázaro Ros y Zenaida Armenteros, quienes admiraron a Rita cuando esta se hallaba en la cúspide. Memoria y actualidad fueron asumidas por Carlos Ruiz de la Tejera al evocar las "puyas" políticas de Lengualisa, y el pianista Juan Espinosa en su repaso a un imprescindible repertorio lírico y popular. En el turno de los jóvenes hubo desde la aproximación a la zarzuela y la opereta por Jenny Cabrera y Félix Vera hasta el intento vernáculo de la Cuní y el minirrecital de Mayda Michel y el grupo que dirige Ernesto Carreras. Todo ello aderezado por la sobria conducción de Rosalía Arnáez, el amable aporte poético de Nancy Robinson Calvet y la dirección de Hugo Oslé. 

 

| Portada  | Nacionales | Internacionales | Deportes | Cultura |
| Cartas | Comentarios | Ciencia y Tecnología | Lapizcopio| Temas |

SubirSubir