Michael Moore,
Premio Oscar, se dirige a la opinión pública de su país
Carta abierta de un
norteamericano disidente
"Parece
que la administración Bush tendrá éxito en colonizar Iraq. Esto es
una gran fantochada que pagaremos en los años venideros. No valió
una sola vida de un chico norteamericano en uniforme, sin mencionar
los miles de iraquíes que han muerto. A ellos se elevan mis
condolencias y rezos." Así comenzó Michael Moore, cineasta
norteamericano laureado en la última entrega de los Oscar, una carta
a la opinión pública de su país, que está teniendo una sensible
repercusión a escala internacional.
"Lo
que más me preocupa ahora —prosigue— es que todos ustedes, la
mayoría de los estadounidenses que desde el primer momento no
apoyaron esta guerra, se callen o sean intimidados por lo que se
venderá como una gran victoria militar. Ahora, más que nunca, las
voces de la paz y la verdad deben escucharse. Recibí un montón de
cartas de personas que sienten una profunda desesperanza y creen que
sus voces han sido ahogadas con los tambores y bombas de falso
patriotismo. Algunos temen una venganza en sus trabajos, escuelas o
vecindarios porque defendieron la paz en voz alta. Les han dicho una y
otra vez que no es `apropiado' protestar una vez que el país está en
guerra y que ahora su único deber es `apoyar a las tropas'."
"Cuando
Bowling for Columbine fue anunciada como ganadora del Oscar por
Mejor Documental —recuerda Moore—, el público se puso de pie. Fue
un gran momento, uno que siempre atesoraré. Estaban parados y
aplaudiendo una película que afirma que los estadounidenses somos
gente violenta que usa sus arsenales para matarse entre sí y usarlos
contra muchos países del mundo. Estaban aplaudiendo una película que
muestra a George W. Bush usando miedos ficticios para asustar a la
gente y hacer que hagan lo que él quiera. Al día siguiente —y
desde hace dos semanas—, los eruditos de derecha y los opinólogos
de la radio han estado pidiendo mi cabeza. Así que, ¿todo esto me
lastimó? ¿Consiguieron `silenciarme'? Bueno, echemos un vistazo a mi
`reacción' en los Oscar."
Cuenta el cineasta que "Bowling
for Columbine subió en un 110 por ciento (Fuente: Daily
Variety/BoxOfficeMojo.com). La semana siguiente, la ganancia en
boleterías subió a un 73 por ciento (Variety). Es el lanzamiento
comercial con más tiempo en cartel de Estados Unidos: 26 semanas
consecutivas y todavía vamos por más. El número de cines que la
exhiben se ha incrementado desde los Oscar y ha mejorado el récord
anterior de taquilla en documentales en un 300 por ciento
aproximadamente".
"Ayer
(seis de abril), Hombres blancos estúpidos se disparó al
primer lugar de la lista de bestsellers del New York Times. Hace 50
semanas que mi libro está en la lista, ocho en el primer lugar y esto
marca su cuarto retorno a la primera posición, algo que casi nunca
ocurre. Les cuento todo esto —explica Moore— porque quiero
contraponerlo al mensaje que nos repiten todo el tiempo: que si
expresamos nuestra opinión política, lo vamos a lamentar. Nos va a
lastimar de alguna forma, generalmente en términos financieros.
Puedes perder tu trabajo. Otros tal vez no te contraten. Vas a perder
amigos, etcétera, etcétera."
Tras exponer el caso de la
banda de música country Dixie Chicks, cuya cantante principal dijo
sentirse avergonzada de que Bush sea tejano como ella, y que ha subido
como la espuma en las ventas, mientras cierta prensa paradójicamente
insiste en desacreditar al grupo, Moore subraya cómo para esos medios
"no hay nada más importante que mantener calladas las voces de los
disidentes y aquellos que se animarían a hacer una pregunta. Y qué
mejor forma que derrumbar a un par de artistas famosos con un montón
de mentiras para que el Juan o Juana del montón reciba el mensaje
bien claro: 'Guau, si le pueden hacer eso a las Dixie Chicks o Michael
Moore, ¿qué me podrían hacer a mí?'. En otras palabras, cállense,
carajo. Y eso, amigos, es el eje del film por el que me gané un
Oscar: cómo esos que están en el poder usan el miedo para manipular
al público para que haga lo que le dicen".
Al final de su carta, el
cineasta exhorta a los suyos: "No dejen que los falsos patriotas los
intimiden fijando la agenda o el debate. No se dejen ganar por las
encuestas que muestran que el 70 por ciento del público está a favor
de la guerra. Recuerden que estos norteamericanos encuestados son los
mismos chicos (o los hijos del vecino) que han sido enviados a Iraq.
(...) Para la mayoría de nosotros este no es el tiempo para creer en
un país pacífico y callado. Háganse escuchar. A pesar de lo que han
conseguido, este aún es nuestro país".
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