José A. de la Osa
Si no se libra una batalla en serio contra el Virus de
Inmunodeficiencia Humana (VIH), hay países de África que en los
próximos seis o siete años tendrán una expectativa de vida de 30
años, destacó el sábado el Comandante en Jefe Fidel Castro,
Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, al hablar en la
sesión de clausura del Foro 2003 en VIH/SIDA/ITS en América Latina
y el Caribe, ante más de 1 400 delegados (unos 600 nacionales)
procedentes de 44 países.
Es algo verdaderamente terrible, subrayó, porque el virus ataca
principalmente a personas que están en la edad reproductiva, que
son a su vez las que producen, y ello es un golpe a la población y
también a la nación en la producción de alimentos y servicios.
Hay algunos países, comentó, donde el número de maestros que
mueren cada año es superior a los que se gradúan.
¿Acaso un razonamiento elemental no basta para ver que esas
naciones marchan aceleradamente hacia la desaparición?, preguntó.
Es lo que pienso sobre el SIDA, reflexionó: este virus amenaza con
la desaparición de las poblaciones, regiones y países enteros, y
si no se hace el esfuerzo que demanda el continente africano se
producirá la desaparición del África subsahariana.
Fidel dijo que conocíamos la pobreza de aquel continente, en el que
Cuba tiene actualmente más de mil médicos colaborando en planes
integrales de Salud, en aldeas remotas, no en hoteles de Cuatro ni
Cinco Estrellas, donde no existe electricidad y habitan todo tipo de
insectos y animales peligrosos, en condiciones que calificó de
verdaderamente duras.
A eso es a lo que nosotros llamamos "capital humano", y
acotó que hay diferencias entre el capital financiero y el humano.
Estamos mal en el financiero, reconoció, pero no en capital humano,
porque el país cuenta con miles y miles de médicos dispuestos a
cumplir misión en cualquier rincón del planeta.
Señaló que bien podría usar la frase del actual señor
Presidente de los Estados Unidos, cuando dijo un día, al hablarles
a los oficiales graduados en una famosa escuela militar, que (y
citó de memoria) ustedes deben estar preparados para atacar
sorpresiva y preventivamente en cualquier oscuro rincón del
planeta.
Frente a esa frase que impresiona por su contenido, acotó Fidel,
se le había ocurrido ahora que podríamos decir: podemos enviar
médicos que están preparados para prestar sus servicios en el más
oscuro y lejano rincón del planeta.
Ese es el capital humano creado por un país y por los cambios
que en ese país se realizaron, y que ese "enorme vecino"
hace 44 años está tratando de destruir.
Insistió en que apoya la opinión de que no existe conciencia
entre los países desarrollados de este mundo acerca de la tragedia
que representa el SIDA, pero si no se adoptan las medidas adecuadas,
podría desaparecer hasta un continente entero.
Ello es grave, precisó, y dijo que no pensaba que estaba
exagerando ni empleando palabras para impresionar.
El mandatario cubano planteó la necesidad de hacer conciencia en
el mundo, en los dirigentes de los países más desarrollados, y
también en los pueblos y los países más afectados.
Pero, ¿cómo hacer conciencia? ¿Cómo hacer mensajes? ¿Cómo
hacerlos llegar a personas incluso analfabetas, o que no tienen
electricidad, ni televisión, ni periódicos, cuando esta enfermedad
está atacando sobre todo a los países más pobres? Para ello,
dijo, habría que buscar fórmulas, e hizo énfasis en la necesidad
del uso de los medios modernos que hacen posible la comunicación
con las masas en cualquier lugar, en cualquier país,
independientemente de su idioma.
Apuntó que la radio era uno de esos medios, porque es difícil
que en la comunidad más pobre no haya un transmisor de pila, donde
no haya electricidad, mediante los cuales se pueden llevar los
mensajes de prevención y hacer campañas a través de esos medios,
y también de la TV donde ello sea posible, e hizo mención a las
experiencias que ya atesoran los médicos internacionalistas cubanos
en esa labor.
En la medida en que las masas tengan conciencia, indicó, los
gobiernos y los políticos, en cualquier parte, tendrán más
conciencia también y brindarán más apoyo al esfuerzo que vienen
haciendo las organizaciones internacionales y locales consagradas a
la lucha contra el SIDA.
Un total de ocho oradores ocuparon el podio en la clausura del
Foro 2003. Fueron ellos Kunio Waki, director del Fondo de Población
de Naciones Unidas; Debrework Zewdie, directora del Programa
VIH/SIDA del Banco Mundial; Luiz Loures, director adjunto de
América Latina, Caribe y Europa de ONUSIDA; Per Engebak, director
regional de UNICEF para América Latina y el Caribe.
También Anabella Arredondo, presidenta del Comité Temático del
Foro 2003; Elena Eva Reinaga, representante de las redes
latinoamericanas; Manuel Santín, presidenta el Comité Directivo
del Foro 2003, y Gonzalo Estévez, viceministro cubano de Salud
Pública.
Los oradores pusieron de relieve que a los 42 millones de
personas que viven con VIH/SIDA en el mundo, se suman diariamente 14
mil nuevos casos, la mitad de los cuales son jóvenes menores de 24
años.
Al abordar esta dramática situación, Engebak, de UNICEF,
indicó que vivimos en un mundo donde la pobreza y la ignorancia
constituyen armas de exterminio masivo.
La vacuna que pudiera evitar la enfermedad no se avizora para los
próximos años, y la única prevención por el momento es mantener
un comportamiento seguro (léase abstención, fidelidad, empleo del
preservativo, no uso compartido de jeringuillas).
Se puso de relieve asimismo que este Foro de La Habana
constituyó un ejemplo de la solidaridad internacional en la lucha
contra el SIDA.
Por su parte Luiz Loure destacó en su intervención que Cuba
practica la solidaridad internacional antes incluso del inicio de
esta epidemia, a comienzos de la década de los 80, con el envio de
médicos y otros profesionales de la Salud a los países más pobres
y necesitados del mundo, y de forma solidaria, consciente de que los
pueblos de esos países tienen derecho también a la vida. Y
anuncióque ONUSIDA apoyaría a Cuba en la labor que realiza en
África, Haití y otros países.
En la ronda de intervenciones varios oradores pusieron como
ejemplo a Cuba por la integralidad de su programa para los pacientes
que viven con VIH/SIDA y tienen acceso gratuito a los tratamientos
antirretrovirales.
En sus palabras, Fidel se refirió a que en el Foro se había
puesto a Cuba como ejemplo en la lucha contra el SIDA. Y nosotros no
nos creemos eso, subrayó, porque a pesar de que nuestro país
muestra la prevalencia de personas viviendo con el VIH más baja de
América Latina (0,05% de la población entre 15 y 49 años) no
estamos satisfechos. "A mí me produce espanto ese
índice", dijo.
Además, estoy consciente de que ese índice podría ser mucho
más bajo, acotó, si nosotros hubiésemos sido capaces de aplicar
con mucha más eficiencia los métodos y las medidas que habían
sido concebidas. Hemos tenido a veces en este período momentos de
descuido, criticó.
Reconoció que es verdad que hemos tenido que soportar
dificultades graves con motivo de los problemas conocidos, el
bloqueo de más de 40 años, el derrumbe de todo un campo
económico, político y social donde Cuba tenía sus relaciones de
mercado, y hubo que enfrentar lo que se denominó un período
especial prolongado.
El Jefe de la Revolución dijo que "de bueno" ese
período tiene solamente que nos ha obligado a esforzarnos más y
administrar con más eficiencia los recursos, sin que hayamos sido
suficientemente buenos en la administración de esos recursos,
planteó.
Siguió diciendo que los delegados del Foro que nos han estado
dando gracias, y pienso que somos nosotros los que debemos darles
las gracias a ustedes.
Para mí, planteó, la importancia y los resultados de este Foro
son muy grandes, y lo mido entre otras cosas por esto que acabo de
decir: ya que a quienes se considera que han hecho el mejor trabajo
y tienen la mayor experiencia, hemos aprendido mucho. Y refirió que
de eso se había percatado desde el primer instante, cuando comenzó
a ver muchas iniciativas, como las redes comunitarias, la
importancia de la participación de los enfermos de VIH/SIDA en la
lucha contra esa enfermedad.
Y no es que en Cuba no se practicaran algunas de esas
experiencias, dijo, pero no en el grado que creo habríamos podido
aplicarlas.
El mandatario resaltó que la preocupación por el SIDA no es una
preocupación por una enfermedad, puesto que en Cuba le hemos
prestado atención a todas ellas. El SIDA es una de las causas en el
mundo de enfermedades que causan un fin verdaderamente dramático a
las personas.
Fidel planteó que el dinero para la lucha contra el SIDA,
independientemente de la ayuda de los organismos internacionales y
regionales, está en los gobiernos, incluso en los del Tercer Mundo,
denominación que engloba a un gran número de países, pero no
todos presentan la misma situación económica. Y dijo que,
actualmente, se calcula conservadoramente que para esta lucha hacen
falta 10 mil millones de dólares cada año, y habría incluso que
calcular bien si alcanzan.
Resulta sencillamente enloquecedora la idea del trabajo real que
hay que hacer en África y también en la América Latina y el
Caribe, dijo.