El enemigo no está durmiendo

JOAQUÍN RIVERY TUR
Enviado especial

Después de la derrota de abril del 2002, cuando la ola justiciera bajó de los cerros pobres para reponer en su sitio al Presidente de los venezolanos, y del posterior intento desestabilizador también fracasado de diciembre, el golpismo escondió la cabeza, pero no por eso se le puede considerar muerto, ni siquiera dormido.

No obstante, las fuerzas del proceso bolivariano están completamente alertas y dispuestas a movilizarse en cualquier momento si la contrarrevolución osa sacar de nuevo la cabeza, como me decía hace unos días Orlando Rincones, un militante del Movimiento Quinta República que salta cuando le hablan de los "escuálidos" (golpistas) y que dedica su tiempo a la actividad política cuando termina el trabajo a las cinco de la tarde.

Este jueves ocurrió un suceso simple, sin mucha importancia real, pero sí suficiente para demostrar que el enemigo está ahí y que la respuesta puede ser inmediata, porque la experiencia del 12 de abril del 2002 estoy seguro de que no se va a repetir en la vida venezolana.

Un individuo, tal vez borracho, tal vez no, gritó en la calle, cerca de las nueve de la noche, insultos al presidente Chávez, e inmediatamente surgió una multitud de voces de los edificios cercanos que armaron un ruido inmenso, respondiendo al osado sujeto, que tuvo que retirarse en silencio. Cierto, también sonaron cacerolas de muchos antichavistas, porque el lugar era céntrico, una zona donde no domina ningún sector político.

Pero está el otro enemigo, constante, venenoso, implacable. Los medios de difusión masiva. Realmente, para cualquier observador resulta indignante cómo manipulan y tergiversan la información, y con mucha frecuencia la mentira es completamente abierta.

Si usted enciende el televisor (salvo el canal de Venezolana de Televisión, estatal) durante un noticiero o un programa político, parece salir de la pantalla inmediatamente una lluvia de diatribas contra el proceso bolivariano sin tener en cuenta ninguna ética.

Los periódicos, por ejemplo, suelen tener titulares únicamente con noticias negativas para el Gobierno de Chávez, y lo hacen con el mayor desparpajo del mundo, achacando al actual proceso los males que heredó de los cuarenta años de supuesta democracia representativa.

El Universal, uno de los campeones en esta esfera, se regocijaba de poder publicar los problemas de salud que conlleva la miseria, pero no recuerda para nada que los gobiernos "democráticos" tradicionales le dejaron a Chávez una herencia del 80% de habitantes del país por debajo de la línea de la pobreza.

Cuando señala que los docentes son el sector peor pagado, no aclara que se arrastra el problema desde mucho antes de 1998 y que los enemigos hicieron lo posible para restarle recursos al Gobierno con los sabotajes a la industria petrolera, que significaron una sangría en las arcas del tesoro nacional.

En estos días los ataques son brutales, por la decisión del Gobierno de terminar con el relajo de la fuga de divisas mediante un control de cambios, impuesto para garantizar la operación de las empresas que realmente producen para la población.

Sin embargo, esa sentina que se llama Sociedad Interamericana de Prensa, que no protesta por la mordaza de Washington alrededor de las masacres en Iraq, en cuanto los medios de difusión de veneno son criticados desde las filas oficiales, levantan la voz para demandar libertad de prensa posiblemente en el país donde hay mayor libertinaje político antigubernamental en las páginas, pantallas de televisión u ondas de radio, casi rayando con la vulgaridad.

Mienten abiertamente por la forma de manejar las cifras en intentos inútiles de sembrar la duda en el pueblo. Mienten abiertamente sobre Cuba por ser solidaria con Venezuela y casi felicitan a Bush por las masacres en Iraq.

Su problema más serio, el de los órganos de difusión masiva de propiedad privada de grandes grupos económicos, es que los chavistas se las han arreglado para transmitirse noticias de boca a boca, mediante órganos alternativos comunitarios, pequeñas impresiones que riegan por todas partes y limitadas estaciones locales que difunden la verdad, amén de que Internet se puede usar para informar a los amigos fuera del país.

El Encuentro Mundial de Solidaridad con la Revolución Bolivariana sirve para mostrar a la población que hay muchos amigos del proceso que hoy vive Venezuela, pero también para mostrar al mundo cómo es realmente la vida y quién dice la verdad.

Si el enemigo no descansa, no queda más remedio que repetir el lema tan repetido durante estos días: "Alerta, alerta, alerta que camina/ la espada de Bolívar por América Latina". Y más allá también.

 

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