Tania y Ernesto en
las filas del enemigo
REYNOLD RASSÍ
FOTOS: RAÚL LÓPEZ
Fueron años de amargura
y sinsabores, de esfuerzos y sacrificios con una doble vida en la
que tienes que fingir lo que no eres, relacionarte con los que
desean destruir lo que tú amas y verte rechazado por los que más
tú quieres, sin poder gritarles a los cuatro vientos que están
equivocados.
Los agentes Tania y Ernesto, al centro, rodeados de sus vecinos.
Contrarrevolucionarios,
traidores a la Patria y a su pueblo, eran los esposos Odilia Collazo
Valdés y Roberto Martínez Hinojosa para sus familiares, amigos y
vecinos del reparto Rocafort, en San Miguel del Padrón, por estar
ambos incorporados a grupúsculos titulados independientes, pero
subordinados y bajo la tutela de la Oficina de Intereses de Estados
Unidos en nuestro país.
En silencio tuvo que ser
para que todo marchara bien. Pero las cosas ya cambiaron, la
pesadilla y su labor concluyeron y ahora ambos podían mostrar su
verdadero rostro, al ser dados a conocer públicamente como los
agentes Tania y Ernesto, de los Órganos de la Seguridad del Estado
cubana.
En una gigantesca
asamblea, en la Circunscripción 12 del Consejo Popular Rocafort,
cientos de vecinos de ese reparto recibían la grata información
por la teniente Eloise Inclán, del DSE, de quiénes eran Odilia y
Roberto y su trabajo entre los que vendieron su dignidad y
traicionaron al pueblo, poniéndose por migajas al servicio e
intereses de otra nación.
Las gracias por haber
ayudado a la Patria en la forma en que lo hicieron, en especial en
nombre de nuestra juventud, por el ejemplo que han dado de modestia
y valentía y de todo lo que se es capaz cuando se lucha contra el
enemigo, al igual que el ejemplo de nuestros Cinco Héroes presos en
las entrañas del monstruo imperialista, así como por permitir
sentir que los héroes de la Patria están en el combate cotidiano y
aprender de Odilia y Roberto, una vez más, lo que es el amor y la
lealtad a nuestro país, fueron expuestos por Alejandro Herrera y
José Luis Pérez, primeros secretarios del Partido y de la UJC,
respectivamente, en San Miguel del Padrón.
En medio de la alegría,
decenas de amigos y vecinos de los hoy conocidos como agentes Tania
y Ernesto se abrazaron a ellos, los felicitaron y besaron al
develarse la verdad.
En la Oncena Unidad de
la PNR dan a conocer los
verdaderos rostros de los "contrarrevolucionarios"
Odilia y Roberto.
Igual ocurrió en la
Oncena Unidad de la Policía Nacional Revolucionaria de ese
territorio, donde en un acto con sus jefes y combatientes, se
explicó también quiénes eran Odilia y Roberto, y de cuyo lugar
había sido separado este último hace unos ocho años como jefe de
Sector de la PNR y como militante del Partido, por considerarlo
traidor al tener relaciones con una contrarrevolucionaria.
En dicha Unidad el
capitán Eduardo Mendoza recordó cómo Roberto era un hombre
abnegado, con virtudes y cumplidor de la disciplina militar, y el
dolor que les causó su expulsión entonces de la Policía, y ahora
ver que regresaba como símbolo de sacrificio, sentido del deber y
amor por su Patria.
LOS AGENTES TANIA Y
ERNESTO
En 1988 surgen
grupúsculos contrarrevolucionarios en San Miguel del Padrón, y a
Odilia Collazo Valdés, graduada en la especialidad de
Administración, la llama la Seguridad del Estado, para cambiar su
imagen de revolucionaria y vincularse a esos elementos. Se incorpora
al Partido Pro Derechos Humanos de Cuba en 1990 —cumpliendo
órdenes de esos órganos del MININT— y por su trabajo llegó
primero a ser secretaria de ese grupo y luego su presidenta. Más
reciente se creó la Mesa de Trabajo de la Disidencia Interna, y
pasó a ser el apoyo principal de ese movimiento ilegal.
"No
fue nada fácil, pues mis dos hijos, que los había formado en las
ideas de la Revolución, no entendían que yo hubiera cambiado, así
como otros familiares. Empecé a trabajar con ese grupúsculo y
relacionarme con otros. Nos vincularon a la Oficina de Intereses de
Estados Unidos (SINA).
"Allí
nos solicitaban informes sobre la `violación' de derechos en Cuba y
nos daban materiales sobre ese tema, así como pacotillas,
medicinas, radios y literatura, esta última sobre todo para los
jóvenes, y que se los diera a mis vecinos y conocidos. Otras veces
me daban listas de representaciones diplomáticas para llevarles
informes. Lo menos que me pagaban eran 100 dólares al mes, pero los
recibía a través de ONG en el exilio o por turistas que visitaban
el país.
"En
la SINA a veces determinan no dar visas para viajar a Estados
Unidos, e intentan con eso crear irritación en la población que
las solicita y provocar explosiones sociales o que la gente emigre
ilegalmente. Conocimos también que tanto entre los grupos de la
mafia de Miami como entre los existentes en nuestro país, se
reparten y roban el dinero que les envían como ayuda, y eso se ha
convertido en un negocio para ellos.
Odilia Collazo y Roberto Martínez son presentados en su zona de residencia en el reparto Rocafort, San Miguel del Padrón, como los agentes Tania y Ernesto.
"Me
siento orgullosa de haber seguido los pasos que dio mi padre, quien
también fue agente de la Seguridad y estuvo hasta seis años preso
con elementos contrarrevolucionarios. Mi mayor felicidad fue cuando
hace poco la dirección de la Revolución me eligió para que fuera uno de los agentes que
testificaran en el juicio a los que tenían actividades subversivas
en estos grupos, y ahí conocí que a algunos de los que consideraba
enemigos eran también de la Seguridad."
Roberto Martínez
Hinojosa, el agente Ernesto, se incorporó al trabajo de la
Seguridad mediante su esposa, en cuya labor estuvo algo más de ocho
años. Era el encargado de atender a los llamados "prisioneros
políticos" e informar de su situación en las cárceles.
"Provenía
de las FAR, en las que estuve en Pinar del Río desde 1973 hasta
1983 en que pasé a la Policía en Ciudad de La Habana, y todo eso me
ayudó a ser una gente disciplinada. Trabajar dentro del mismo
enemigo que uno combate y odia no es fácil. A la vez, me dolía ver
a familiares, amigos y compañeros revolucionarios y no poder
compartir con ellos. Enfrentar ese trabajo solo es posible cuando
hay convicción y amor por lo que uno hace, sobre todo cuando se
trata de defender a la Patria." (Más
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