Desde el Foro en VIH/SIDA

Vacuna contra el SIDA: ni fácil ni pronto

José A. de la Osa

Cuando en 1983 el científico francés Luc Montagnier descubrió el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), causante del SIDA, apenas dos años después de reportados en Estados Unidos los primeros casos de la mortal enfermedad, se generó el lógico optimismo en la comunidad científica ante la posibilidad de la creación de una vacuna efectiva que evitara una pandemia.

Vacunas contra la viruela, la poliomielitis, entre otras muchas, han demostrado fehacientemente la efectividad de estos productos biológicos y las inmensas posibilidades del control de las enfermedades producidas por virus a nivel planetario.

Sin embargo, dos décadas después, no obstante los extraordinarios avances realizados sobre todo en las estrategias de prevención y tratamiento, pareciera aún que la tan ansiada vacuna anti-VIH continúa siendo un sueño, aunque probablemente alcanzable, de la humanidad.

Para un experto mundial en el tema, el profesor Saladín Osmanov, especialista en Inmunología y Virología, quien trabaja en una iniciativa conjunta de la OMS/ONUSIDA para el desarrollo de una vacuna, "son muchos aún los problemas que enfrentan los científicos en este campo", y los ubicó en el ámbito científico, logístico y financiero.

En el orden estrictamente científico el VIH es un virus que "cambia rápidamente su estructura", o para decirlo gráficamente: es como apuntar (y dar en la diana) a un blanco en constante movimiento, además de la existencia de diferentes subtipos y recombinaciones genéticas.

De ahí que, como reconociera ayer el profesor Osmanov en el Foro 2003 que aborda el tema del SIDA, "el desarrollo de una vacuna mundial efectiva para el VIH es extremadamente difícil si tratamos de atacar cada una de sus formas genéticas".

Los científicos desconocen además, hasta hoy, cuál sería la respuesta inmune de cada persona tratada y, asimismo, existen limitaciones en los modelos animales que permiten probar el candidato vacunal en los primeros estadios de la investigación.

En cuanto a la logística y lo financiero, se requieren ensayos clínicos en múltiples países; y la inversión para cada candidato vacunal, según estimados, demanda 2-3 años para estudios básicos, 4-5 para los clínicos, y otros cuatro años para conocer su eficacia. En total entre 10 y 12 años como promedio en una labor que depara al final resultados imprevisibles.

Actualmente en muchos países, entre ellos Cuba, se encuentran en diferentes fases de investigación unos 30 candidatos vacunales contra el VIH/SIDA; y desde 1987, cuando en los EE.UU. se iniciaron los primeros ensayos clínicos en estas vacunas, se han realizado alrededor de 72 ensayos con la participación de más de 10 mil voluntarios.

En su conferencia el profesor Osmanov concluyó que el desarrollo de una vacuna contra el VIH "no va a ser fácil ni rápido" y se requiere también una mayor información científica básica. Por otra parte, para los ensayos clínicos se demanda de una estrecha colaboración internacional, e incluso una vez que se realice el hallazgo demorará aún "un tiempo" para que pueda ponerse a disposición de la población.

El investigador Carlos Duarte intervino en la mesa Avances, vacunas y retos éticos, en la que esbozó el programa que desarrolla Cuba en la búsqueda de vacunas preventivas y terapéuticas.

Las sesiones del Foro 2003 en VIH/SIDA/ITS en América Latina y el Caribe, concluirán el sábado en horas del mediodía.

 

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