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A 45 años de la expedición de El Corojo
Armas para respaldar la huelga
Ronal
Suárez Ramos
PINAR DEL RÍO.— Desde
el 27 de marzo de 1958, los hombres del 26 de Julio se habían
internado en inhóspitos parajes situados al Este y Oeste del puerto
pesquero de La Coloma, en espera de una expedición que traería
desde tierra mexicana un cargamento de armas y explosivos para la
lucha revolucionaria y la huelga general convocada el 9 de abril de
ese año.
Francisco "Pancho"
González, jefe de acción y sabotaje del Movimiento 26 de Julio en
Pinar del Río, quien tuvo la responsabilidad de comandar aquella
acción, recuerda:
"En
unión de un compañero que fungía como práctico de navegación,
salí el 23 de marzo en una embarcación hacia territorio mexicano,
donde recogería los pertrechos y a un grupo de combatientes que,
organizados por Pedro Miret, vendrían a reincorporarse a la lucha.
"Pero
al llegar a Islas Mujeres, con la embarcación en muy mal estado a
causa de una tormenta, fuimos detenidos por la armada mexicana. Las
gestiones que se hicieron, fundamentalmente las del ex presidente
Lázaro Cárdenas, posibilitaron su liberación y que pudieran
continuar en el yate El Corojo, propiedad de un terrateniente
pinareño, hasta Cancún y Cabo Catoche, allí recogieron el alijo
de armas y otros medios, así como a 11 combatientes, entre los que
se encontraban los destacados revolucionarios Jesús Suárez Gayol,
Heliodoro Martínez Junco y Pablo Fernández Alegre.
"El
mal tiempo reinante en esos primeros días de abril impidió que el
yate levara anclas en la fecha prevista, lo que si bien fue un
percance, facilitó la llegada sin novedad, el día 8, a un cayo al
Sur de La Coloma, donde encalló la nave.
El cargamento, compuesto
por 59 armas largas, 34 pistolas ametralladoras, 10 toneladas de
dinamita y abundante parque, además de un cañón antitanque y dos
plantas de microondas que posteriormente fueron ocupadas por el
ejército junto a algunos fusiles, se dividió en dos partes. Una
fue destinada a las guerrillas que cobraban auge en la zona
montañosa de la provincia y a los comandos urbanos pinareños; la
otra enviada al Movimiento en La Habana. |