Solidaridad a lo cubano

Félix López

La solidaridad no es una virtud que los cubanos consagran con exclusividad a la ayuda internacionalista o a los pueblos hermanos. Aquí mismo, en cualquier lugar de esta Isla, crece ese sentimiento de hacer algo por el otro, compartir lo que se tiene, y emprender nobles empresas que muchas veces pasan inadvertidas, solo por el hecho de no convertir en noticia algo que salió del corazón.

Foto: RICARDO LÓPEZTrabajadores de la Salud, del restaurante El Cubano y del colectivo artístico Casa Huesca ante la obra terminada.

La reciente historia que guardan las paredes de un consultorio del médico de la familia, en Playas del Este, invita a romper las reglas. Se lo merece un grupo de hombres y mujeres que en solo 12 días, trabajando día y noche, y buscando soluciones propias a cada problema, reconstruyó una instalación que vela por la salud de 368 personas de la comunidad, y brinda servicios de urgencia las 24 horas, en una zona frecuentada por 150 000 bañistas en temporada de playa.

Cuentan los vecinos que cuando comenzó a construirse el restaurante El Cubano, una hermosa instalación de la Compañía Palmares, emergió con más fuerza la fealdad del Consultorio Médico 27, aledaño a la instalación y con deterioro en su carpintería, red hidráulica y áreas exteriores. Para sorpresa de la doctora Katia Viala y de la enfermera Rosa María Cosmes, fueron visitadas de inmediato por sus nuevos vecinos.

Así comenzó la idea de la restauración. Junto a los trabajadores de El Cubano, de Salud y la Microbrigada del municipio, el colectivo de creación artística Casa Huesca, integrado por artesanos, carpinteros, orfebres y plásticos que pertenecen al Fondo Cubano de Bienes Culturales, pusieron manos a la obra. Y en 12 días todo quedó como nuevo: terminaron las filtraciones y los salideros, la pintura borró las huellas del tiempo y la madera raída fue sustituida por puertas y ventanas de aluminio...

Andrés Gamón, administrador del Policlínico Mario Muñoz Monroy, asegura no tener palabras para describir lo ocurrido en el Consultorio Médico 27. Una discreta placa, a la entrada, recuerda con modestia la historia de una obra de amor que nadie solicitó, pero nació de la nobleza y compromiso revolucionario de un grupo de cubanos. Ahora, puede que muchos no sepan que los ventiladores, sillones y reproducciones artísticas que ambientan el lugar, fueron donados por los artistas.

Armando Huesca, al frente del colectivo de creadores, cuenta a Granma que ningún esfuerzo es suficiente cuando se trata de hacer algo para el pueblo. De forma anónima, los 28 artistas que lo acompañan han dejado sus huellas en escuelas, hogares maternos, palacios de pioneros e instalaciones de la Salud. Eso, asegura, nos ha hecho mejorar como seres humanos, al tiempo que sirve de invitación a los demás: a la Revolución hay muchas formas de ayudarla.

El espíritu de Huesca, a no dudar, caló hondo en los muchachos de El Cubano. Bladimir Llanes Pérez, su joven administrador, ya puede mirar al consultorio sin sonrojarse. El restaurante no es lo único bello del lugar. Y sus trabajadores, más allá de los esfuerzos porque cada día la recaudación sea mayor, se siguen inventando formas de ayudar a sus correligionarios. Por estos días preparan, entusiastas, una valija de juguetes que llevarán al hospital pediátrico William Soler el próximo 3 de abril, víspera del cumpleaños de los Pioneros.

 

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