Jóvenes médicos en el Plan Turquino

La otra visión de Irsa

Haydée León Moya

EL SALVADOR, Guantánamo.— Al cabo de casi 15 años de visitar con su padre la zona de Tiguabos, la joven camagüeyana Irsa Laserra Castillo vuelve a ese sitio del montañoso municipio de El Salvador, pero esta vez acompañada de lo que parece ser denominador común de todos los que, como ella, integran la avanzada de jóvenes graduados en Medicina con excepcional rendimiento académico: un alto sentido de la responsabilidad.

Foto: JORGE GONZÁLEZLa joven camagüeyana Irsa Laserra
revela su nueva visión de un sitio serrano
de Guantánamo que visitó cuando era niña 
y del cual ahora es médico de la familia.

Integrar el ya prestigioso contingente de noveles médicos que laboran por un año en las serranías del Oriente cubano, y ser ubicada justamente en el consultorio de este lugar, es para ella la posibilidad de reencontrarse con esas lomas; pero afirma que a su llegada, a no ser por esos caminos angostos y polvorientos entre cañaverales, Tiguabos le resultó prácticamente irreconocible.

"Rápidamente uno se percata de las transformaciones en la comunidad: casas confortables que sustituyeron a las que casi eran bohíos, escuelas nuevas y otras obras sociales, que dan una visión de progreso. Cuando entras en contacto con la gente te das cuenta de que ese esfuerzo material de la Revolución tiene un impacto social tremendo, pues se trata de una población mayoritariamente sana, activa, con tremendo espíritu de trabajo y excepcionales cualidades humanas."

De tanto andar y andar a pie los caminos que llevan a El Caimito y El Barro, entre otras de las más distantes barriadas de esa zona rural, ya no le resulta desconocida a nadie allí esta muchacha rubia de menuda figura. Aunque se ha impuesto un intenso trabajo de terreno, ya que tiene bajo su responsabilidad a una población que supera las 750 personas, entre ellas más de una decena de niños menores de un año y no pocas embarazadas que viven distantes del consultorio y del hogar materno de la comunidad, mantiene una intensa actividad como militante de la Unión de Jóvenes Comunistas.

Como pocos entre los más de 100 muchachas y muchachos de todas las provincias cubanas que en estos momentos integran la avanzada de médicos especialistas en Medicina General Integral y estomatólogos que laboran en todas las zonas guantanameras del Plan Turquino, Irsa no ha querido arriesgarse a andar las lomas a lomo de una noble bestia, aunque el delegado de la circunscripción le ha brindado generosamente su caballo. Ella prefiere caminar, porque se siente más segura y es un excelente ejercicio físico.

Junto a lo agradable que le resulta este reencuentro con Tiguabos, la suerte de contar con una enfermera como Grecia García Cereijo, una joven lugareña con 15 años de experiencia laboral, 10 de ellos en ese mismo consultorio médico, la joven contingentista conserva entre sus vivencias más recordadas aquella ocurrida cuando apenas llevaba una semana en el lugar: "Una señora de 43 años de edad llegó al consultorio a las tres de la mañana y me hacía gestos extraños; yo le pedía que por favor me explicara qué le sucedía. Nada, era muda, y con no poco trabajo pude adivinar, casi al amanecer y con su propia ayuda, que le dolía la cabeza".

 

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