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Jóvenes médicos en el Plan Turquino
La otra visión de Irsa
Haydée
León Moya
EL SALVADOR,
Guantánamo.— Al cabo de casi 15 años de visitar con su padre la
zona de Tiguabos, la joven camagüeyana Irsa Laserra Castillo vuelve
a ese sitio del montañoso municipio de El Salvador, pero esta vez
acompañada de lo que parece ser denominador común de todos los
que, como ella, integran la avanzada de jóvenes graduados en
Medicina con excepcional rendimiento académico: un alto sentido de
la responsabilidad.
La joven camagüeyana Irsa Laserra
revela su nueva visión de un sitio serrano
de Guantánamo que visitó cuando era niña
y del cual ahora es médico de la familia.
Integrar el ya
prestigioso contingente de noveles médicos que laboran por un año
en las serranías del Oriente cubano, y ser ubicada justamente en el
consultorio de este lugar, es para ella la posibilidad de
reencontrarse con esas lomas; pero afirma que a su llegada, a no ser
por esos caminos angostos y polvorientos entre cañaverales,
Tiguabos le resultó prácticamente irreconocible.
"Rápidamente
uno se percata de las transformaciones en la comunidad: casas
confortables que sustituyeron a las que casi eran bohíos, escuelas
nuevas y otras obras sociales, que dan una visión de progreso.
Cuando entras en contacto con la gente te das cuenta de que ese
esfuerzo material de la Revolución tiene un impacto social
tremendo, pues se trata de una población mayoritariamente sana,
activa, con tremendo espíritu de trabajo y excepcionales cualidades
humanas."
De tanto andar y andar a
pie los caminos que llevan a El Caimito y El Barro, entre otras de
las más distantes barriadas de esa zona rural, ya no le resulta
desconocida a nadie allí esta muchacha rubia de menuda figura.
Aunque se ha impuesto un intenso trabajo de terreno, ya que tiene
bajo su responsabilidad a una población que supera las 750
personas, entre ellas más de una decena de niños menores de un
año y no pocas embarazadas que viven distantes del consultorio y
del hogar materno de la comunidad, mantiene una intensa actividad
como militante de la Unión de Jóvenes Comunistas.
Como pocos entre los
más de 100 muchachas y muchachos de todas las provincias cubanas
que en estos momentos integran la avanzada de médicos especialistas
en Medicina General Integral y estomatólogos que laboran en todas
las zonas guantanameras del Plan Turquino, Irsa no ha querido
arriesgarse a andar las lomas a lomo de una noble bestia, aunque el
delegado de la circunscripción le ha brindado generosamente su
caballo. Ella prefiere caminar, porque se siente más segura y es un
excelente ejercicio físico.
Junto a lo agradable que
le resulta este reencuentro con Tiguabos, la suerte de contar con
una enfermera como Grecia García Cereijo, una joven lugareña con
15 años de experiencia laboral, 10 de ellos en ese mismo
consultorio médico, la joven contingentista conserva entre sus
vivencias más recordadas aquella ocurrida cuando apenas llevaba una
semana en el lugar: "Una señora de 43 años de edad llegó al
consultorio a las tres de la mañana y me hacía gestos extraños;
yo le pedía que por favor me explicara qué le sucedía. Nada, era
muda, y con no poco trabajo pude adivinar, casi al amanecer y con su
propia ayuda, que le dolía la cabeza". |