Nadie viaja en el Cabú

Ortelio González Martínez

CIEGO DE ÁVILA.— La unidad básica ferroviaria Ciro Redondo, perteneciente al grupo empresarial FERROAZUC, es el más importante medio de comunicación entre los centrales azucareros y el puerto.

En tiempo de zafra traslada todo el crudo y los derivados que exporta el territorio. Esa unidad es la única en la provincia que repara el parque de locomotoras diésel, marca TGM, perteneciente a las empresas azucareras que hacen zafra en Ciego de Ávila.

Dicho en letras, parece fácil. Sin embargo, los trabajadores allí se mantienen en lucha con las limitaciones para conservar bien alto el coeficiente de disposición técnica.

Así no es difícil ver, por ejemplo, a Secundino Cabrera Cárdenas, electricista, "enredado" entre cables; a Leoncio Ramírez Lorio en la reparación de viejos trucks y adaptándolos al sistema de rolletes; o a otros trabajadores de primera línea como José Sosa Muiño, Alejandro Baicanera, Medardo Franco González y Rafael Valdés Estépez, a partir de cuyo accionar han transcurrido los tres lustros que lleva esa entidad como Vanguardia Nacional.

Con 17 años en el cargo, Juan Luis Mora Tamayo, director, es capaz de saber, sin estar presente, lo que se mueve en la empresa.

Es de los directivos emprendedores. Por estos días solo lo agobia la defensa de la tesis de maestría que estudia: La reconversión estratégica de la unidad básica ferroviaria Ciro Redondo, ante la transformación del sector azucarero.

En ella analiza las tribulaciones de ese colectivo para poder insertarse con eficiencia en el carril de la empresa socialista moderna.

"Nos hemos visto obligados a sortear todos los obstáculos en bien de la diversificación de la producción —asevera Juan Luis. Fabricamos nuevas casillas ferroviarias, reconstruimos las llamadas tolvas Cheo, casi todas en desuso por los años de explotación, y las adecuamos para la transportación de mieles, fundamentalmente para las provincias de Sancti Spíritus y Holguín. También ponemos de alta las volquetas para el traslado de áridos en la empresa de níquel de Holguín."

El pasado año repararon en tiempo las 46 locomotoras de las marcas TGM 4, 6 y 8, equipos que movieron 311 000 toneladas de crudo. Además, por falta de transporte ningún barco surto en el puerto avileño de Palo Alto pagó estadía.

PARA NO SER LOS PEORES

Las soluciones allí pasan por la cabeza de muchos. En el momento de la visita, Leoncio estaba ocupado en la adaptación de los viejos trucks de cojinetes por fricción a un sistema de rodamiento más moderno y duradero, que posibilita un mejor desplazamiento.

En esa innovación, al decir de sus autores, única de su tipo en el país, participan Juan Luis, Medardo Franco y Rodolfo Skeed Pérez.

Hasta la fecha adaptaron más de 40 trucks y desde hace varios meses someten la solución a las pruebas de campo en un tanque transportador de miel, con excelentes resultados.

Otro tanto sucede con el sistema eléctrico, que en muchas ocasiones se muestra esquivo al buen funcionamiento. Es entonces que entra en frecuencia Secundino, 15 años como Vanguardia Nacional. "Jamás una máquina —asegura— se ha parado por dificultades con la electricidad".

 

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