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Día de la Familia
en el Tabaco
Mantienen pinareños valiosa tradición
Ronal
Suárez Ramos
PINAR DEL RÍO.— Las
vegas que se extienden junto a la carretera que enlaza a este
municipio capital con La Coloma, específicamente en el tramo entre
los kilómetros 9 y 10, eran escenario de un movimiento inusual: la
Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) Eduardo García
desarrollaba el Día de la Familia en el Tabaco.
La idea no surgió
allí, fue una orientación de la ANAP que desde hace algunos años
ha tomado bastante auge. Laureano González, el entusiasta
presidente de la CPA, la conoció en 1998 y desde entonces celebra
el Día.
Laureano, el presidente, considera
que el Día de la Familia en el Tabaco es
una tradición que llegó para quedarse.
Una vez al año, siempre
en los momentos de mayor intensidad de la cosecha, se convoca a los
23 socios para que un domingo previamente señalado, inviten a sus
familiares a compartir la jornada de trabajo voluntario, que
finaliza con un programa recreativo.
En esta ocasión se
movilizaron, para la recolección y ensarte de las hojas, 65
hombres, mujeres y niños. Al final, el chequeo de emulación
sirvió para conocer los resultados y estimular a los que lograron
mayor participación familiar. Estela Herrera, con 10 incorporados,
ocupó el primer lugar.
Lidia Guerrero
sobresalió como mejor ensartadora, con 33 cujes cubiertos de hojas,
y Caridad Monterrey fue estimulada como la pionera más destacada.
En total se recolectaron más de 900 cujes y se ensartaron 565, con
lo que se dio un buen impulso a la tarea más apremiante.
"Pero
más que importancia económica, el Día de la Familia en el Tabaco
sirve para confraternizar. En nuestro caso se suman todas las
organizaciones de la comunidad y hasta una Unidad Militar cercana.
Tanto se ha popularizado, que cuando nos demoramos en convocarlo la
gente nos lo reclama", expresa Cristina Clevó, quien además de
económica de la Cooperativa es delegada de la circunscripción y
diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular.
La CPA Eduardo García
es pequeña, posee solo cinco caballerías de tierra, de las que
siembra 0,8 de tabaco. El resto de sus áreas lo dedica a cultivos
varios y en estos momentos desarrolla un proyecto para la obtención
de proteína animal, con apoyo del Programa de Desarrollo Humano
Local (PDHL).
Laureano, quien la
preside desde 1986, recuerda que se hizo cargo de la entidad cuando
acumulaba pérdidas por 140 000 pesos y le quedaban solo cinco
socios. "A los tres años pagamos la deuda y desde entonces hemos
sido rentables. No dependemos de fuerza de trabajo externa y siempre
cosechamos buen tabaco. En esta campaña porque empezamos tarde a
causa de los huracanes, no pudimos escalonar las siembras como es
debido y estamos un poco más 'apretados', pero vamos saliendo
adelante", expresa mientras mira con regocijo a todos los
cooperativistas compartir con familiares y amigos la aromática
caldosa que sirve de colofón a la actividad productiva. |