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Secuestrado avión de pasajeros cubano y conducido
a Estados Unidos
Ayer miércoles 19 de
marzo un avión DC-3 Aerotaxi de la Empresa Nacional de Servicios
Aéreos, matrícula CUT-1192, número de vuelo CNI-877, había
despegado del aeropuerto de Nueva Gerona, Isla de la Juventud, con
rumbo hacia La Habana a las 6:51 de la tarde, con 31 pasajeros, 5
tripulantes y un escolta. Entre los pasajeros viajaban 25 ciudadanos
cubanos adultos, otro de nacionalidad italiana y cinco niños.
A las 7:24 p.m., a diez
millas al sur del Aeropuerto de Boyeros, y cuando todo estaba listo
para aterrizar, el capitán de la aeronave informó al Control de
Tránsito Aéreo (ATC) que tenía problemas políticos a bordo y que
se dirigía con rumbo norte.
Cuatro minutos después,
a las 7:28 p.m., el ATC de Boyeros y el Puesto de Mando de la DAAFAR
informaron que el capitán de un avión DC-3 que rendía vuelo
Gerona-Habana había indicado que estaba siendo secuestrado y que a
bordo se encontraba personal armado. Solicitó se le dieran las
coordenadas para dirigirse a Miami por la ruta más directa, porque
disponía de muy poco combustible.
A las 7:29 p.m. el
avión cambió el código de identificación normal y estableció el
código 7500, que se emplea cuando hay acciones de interferencias
ilícitas a bordo, y se comunicó con el ATC de Boyeros, solicitando
una ruta de vuelo aún más corta a causa de la insuficiencia de
combustible, por lo que se le orientó tomar el rumbo de Cayo Hueso,
única ruta más corta existente en esa dirección.
De inmediato, a las 7:30
p.m., el ATC de Boyeros comunicó al ATC de Miami que un avión DC-3
de Aerotaxi estaba siendo desviado de su ruta con personal armado a
bordo y se le informó la dirección que llevaba. El ATC de Miami
preguntó si el DC-3 iba escoltado por aviones de caza cubanos. Se
le respondió que no. Aquel comunica que sería escoltado por
aviones de caza norteamericanos hasta su aterrizaje.
Finalmente, a las 8:10
p.m. el ATC de Boyeros comunicó que el avión aterrizó en Cayo
Hueso a las 8:07 p.m. Tiempo de vuelo total: una hora y 16 minutos.
Este hecho constituye un
delito tipificado con toda precisión como acto de terrorismo en
varios convenios internacionales ratificados por Cuba y Estados
Unidos.
A las 9:00 a.m. de hoy
jueves 20 de marzo el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, a
partir de los datos disponibles, entregó Nota Diplomática a la
Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana, haciendo lo
mismo una hora más tarde a través de la Oficina de Intereses
cubanos en Washington, demandando de las autoridades norteamericanas
la devolución inmediata de la aeronave civil cubana secuestrada, de
todos sus pasajeros y de los secuestradores que habían cometido el
deleznable acto, expresamente tipificado como acto de terrorismo por
tres convenios internacionales vigentes, de obligado acatamiento
tanto por parte del gobierno de Cuba como del de Estados Unidos: el
Convenio de Tokío del 14 de septiembre de 1963, denominado Convenio
sobre las Infracciones y Ciertos Otros Actos Cometidos a Bordo de
las Aeronaves; el Convenio de La Haya, del 16 de diciembre de 1970,
bajo el título de Convenio para las Infracciones del Apoderamiento
Ilícito de Aeronaves; el Convenio de Montreal, de 23 de septiembre
de 1971, que se titula Convenio para las Infracciones de Actos
Ilícitos contra la Seguridad de la Aviación Civil.
El Ministerio de
Relaciones Exteriores de Cuba demandó igualmente a las autoridades
norteamericanas, en cuyo poder están hoy la nave, los pasajeros,
tripulantes y secuestradores, la información sobre este incidente,
las circunstancias en que se desarrolló y los demás datos
disponibles y necesarios; llamó la atención sobre el peligro de la
impunidad de actos de esta naturaleza para la seguridad de vidas
humanas y la aeronavegación en la región; expresó su profunda
preocupación por la pasividad y tolerancia con que las autoridades
norteamericanas han actuado en el pasado ante actos de piratería de
este tipo cometidos contra Cuba, que incluye privilegios
excepcionales otorgados a los autores, lo cual constituye un
especial estímulo a la comisión de acciones terroristas de este
carácter, y la necesidad de que en esta ocasión el gobierno de
Estados Unidos actúe en consecuencia con los compromisos
contraídos en los acuerdos mencionados.
En adición a las
violaciones señaladas, nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores
expresó que tales hechos constituyen una violación flagrante de
los acuerdos migratorios suscritos en septiembre de 1994, por la
obligación contraída por el gobierno de Estados Unidos de adoptar "todas
las medidas efectivas para oponerse e impedir el uso de la violencia
por parte de toda persona que intente llegar o llegue a Estados
Unidos desde Cuba mediante el desvío forzoso de aeronaves y
embarcaciones", así como el compromiso contraído "de descontinuar
su práctica de otorgar la admisión provisional de todos los
migrantes cubanos que llegan a territorio de Estados Unidos por
vías irregulares", como se redactó textualmente y se aprobó en
dichos acuerdos.
Las autoridades cubanas
no disponen todavía de nuevos datos relacionados con los hechos
ocurridos.
20 de marzo del 2003.
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Nota
informativa sobre el secuestro del avión cubano
de pasajeros que tuvo lugar ayer
Hasta el
instante en que se redacta esta breve información, ninguno
de los pasajeros del avión DC-3 de la Empresa Nacional de
Servicios Aéreos ha sido devuelto a nuestro país, ni la
nave y sus tripulantes; tampoco, como es de suponer, a los
terroristas que lo secuestraron. No han sido transmitidos ni
explicados los detalles sobre la forma en que tuvo lugar el
secuestro, con gravísimo peligro para todos los que iban en
él, incluidos los niños y la tripulación, con un mínimo
de combustible que apenas alcanzó milagrosamente para
llegar a Cayo Hueso. Solo se conoce que las autoridades
norteamericanas, embarazadas por tan penosos hechos en medio
de una guerra que se libra en nombre de la lucha contra el
terrorismo, tratan de ganar tiempo y buscar fórmulas que
sirvan como taparrabos a la vergonzosa tolerancia y los
privilegios concedidos a los responsables de gravísimos
crímenes, como el contrabando de inmigrantes y otros hechos
similares, en virtud de una Ley que ha costado miles de
vidas a nuestro pueblo, y garantiza la impunidad total de
secuestradores y piratas de naves aéreas y marítimas que
violan las leyes de inmigración y ponen en peligro la
seguridad de los propios ciudadanos norteamericanos con el
agujero negro de la Ley de Ajuste cubano, absolutamente
incompatible con la seguridad frente al terrorismo, en
virtud de la cual en Estados Unidos se limitan y restringen
cada vez más la privacidad y la propia libertad de los
ciudadanos norteamericanos.
El lamentable
secuestro del avión DC-3 y el grave riesgo en que se puso
la vida de numerosas personas inocentes, podría servir de
oportunidad al gobierno de ese país para rectificar graves
y absurdos errores en un tema tan delicado y sensible.
Ojalá de algo
sirvan estas insólitas y amargas experiencias.
20 de marzo del
2003. |
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