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Asiste el Presidente
cubano a la inauguración de la sede de la Orden de Santa Brígida
Inauguramos la sede de
una noble, simbólica y prestigiosa institución religiosa, dijo
Fidel al hablar en el acto. Recibió la Cruz Ecuménica con la
Estrella de Comendador de Santa Brígida, de manos de Tekla
Famiglietti, abadesa general de la Orden femenina, quien a su vez
fue condecorada por su anfitrión con la medalla Félix Varela de
Primer Grado
REYNOLD RASSÍ
El
Comandante en Jefe Fidel Castro, Presidente de los Consejos de
Estado y de Ministros de Cuba, asistió este sábado a la
inauguración del convento y sede de la orden femenina católica del
Santísimo Salvador de Santa Brígida y Madre Isabel, situado en el
centro histórico de La Habana.
Esta orden se ha instalado en nuestro
país con la aprobación del Vaticano y la anuencia del Gobierno
cubano, y suman ya 15 las naciones donde ejercen su ejercicio
ecuménico. Otras 53 órdenes religiosas, 22 de ellas femeninas y
entre las cuales se encuentra la de la Madre Teresa de Calcuta,
funcionan en la Isla, la mayoría instaladas a partir del triunfo de
la Revolución.
Entre los invitados especiales al
acto inaugural, junto a Fidel, se encontraban el Cardenal Crescenzio
Sepe, Prefecto de la Congregación Pontificia para la
Evangelización de los Pueblos y enviado especial del Vaticano, el
Cardenal Juan Sandoval Íñiguez, Arzobispo de Guadalajara, el
Monseñor Luis Robles, Nuncio Apostólico en Cuba, la Madre Tekla
Famiglietti, Abadesa General de la Orden Santísimo Salvador de
Santa Brígida, así como el Monseñor Carlos Manuel de Céspedes,
vicario general de la Arquidiócesis de La Habana, y el señor Mario
Baccini, viceministro de Relaciones Exteriores de Italia.
También asistieron otros dirigentes
del Gobierno cubano, representantes religiosos en la Isla y
delegaciones de Suecia, Italia y México, entre otras, invitadas
para la ocasión, además del cuerpo diplomático acreditado en
nuestro país.
El líder cubano, al hacer uso de la
palabra, explicó cómo la Madre Tekla visitó a Cuba cuatro veces
entre mayo del 2001 y noviembre del 2002, la cual por su dinamismo,
consagración y carácter bondadoso ganó simpatías y amistad entre
todos los que la conocieron, y la cual expresó el deseo de su orden
estuviera presente en la Isla, lo que también había hecho años
atrás la Madre Teresa de Calcuta, a quien conoció y con la que
habló en dos ocasiones, y que como otras órdenes de ese carácter
recibieron permiso para realizar en Cuba sus actividades,
generalmente consagradas a prestar servicios de gran valor humano en
asilos, centros hospitalarios, de asistencia social y otros,
trabajos que como regla son muy duros y abnegados, y que jamás
dejaron de recibir el reconocimiento, gratitud y apoyo del pueblo
cubano.
Agregó Fidel que como toda actividad
noble y no contrarrevolucionaria relacionada con nuestro país, el
deseo de la Madre Tekla de abrir esta orden en Cuba recibió
determinada oposición en el exterior, pero logró a su vez apoyo de
numerosas instituciones religiosas, de modo especial por parte de
personalidades de la Iglesia mexicana que la promovieron, y el
aliento del Vaticano, donde la Madre Tekla es muy apreciada por su
obra en la orden que ha dirigido exitosamente por más de 20 años.
Y apuntó que también contó con todo el apoyo de las autoridades
cubanas.
"Hoy aquí, por tanto,
inauguramos no una escuela, un policlínico, una fábrica, un hotel
u otras de las miles de obras sociales o económicas realizadas por
la Revolución, sino la sede de una noble, simbólica y prestigiosa
institución religiosa", manifestó el Presidente de Cuba.
Destacó
más adelante que en este acto, que tiene lugar en un instante
crucial para la humanidad, reconocer el esfuerzo humanitario que
realizan las madres y hermanas de numerosas órdenes de distintas
denominaciones religiosas, que consagran su vida a aliviar los
sufrimientos y el dolor de muchas personas que lo necesitan, y
rendir también tributo de respeto a todas las iglesias y dirigentes
religiosos que en cualquier lugar del mundo se oponen hoy a la
guerra y luchan por la paz.
Al manifestar su convicción de que
las intransigencias y los odios entre hombres y pueblos sí pueden y
deben ser erradicados, Fidel aseguró: "Los que rechacen tal
alternativa estarían negando la condición humana de nuestra
especie".
Especial respeto merece —señaló
también— el esfuerzo denodado e incansable por la paz que está
realizando el Papa Juan Pablo II, pese a dificultades físicas y de
salud, en su especial esmero por evitar una guerra en el Medio
Oriente, cuyas consecuencias humanas, políticas y económicas para
el mundo pueden ser desastrosas.
GRAN ALEGRÍA EN UN DÍA
ESPECIAL
Momentos antes había hecho se
intervención la Madre Tekla Famiglietti, quien dijo que había que
sentir una gran alegría por ser un día especial al inaugurarse en
la Isla la sede de la orden femenina de la cual ella era la Abdesa
General.
Explicó cómo recibió una
invitación de Fidel para visitar a Cuba y luego conoció de una
carta enviada por el Presidente cubano al Papa, donde manifestaba su
beneplácito para acoger en nuestro país a las religiosas de Santa
Brígida, y la forma en que ella fue informada por la alta autoridad
religiosa de su conformidad con la carta de Fidel y que iniciara de
inmediato las gestiones para hacer realidad ese proyecto, el cual se
ha hecho realidad hoy.
Agregó que agradecía al Presidente
de Cuba este noble gesto de poder inaugurarse la sede de esta orden
femenina, así como a todos los que colaboraron en la
reconstrucción del convento y a la ayuda dada por distintas
entidades religiosas, desde el propio Vaticano.
Informó que ocho monjas trabajarán
en este convento.
DETALLES DE LA OBRA
Eusebio Leal, Historiador de la
Ciudad y quien respondía por las obras de la sede del convento,
explicó que después de determinarse por las autoridades cubanas la
instalación de la orden brigidina se comenzó la reconstrucción de
la casa actual que se inauguraba, cuya ejecución duró poco más de
10 meses y con un valor de más de cuatro millones de pesos, tres de
ellos en moneda nacional y el resto en divisas. Agregó que en total
posee un área de 4 382 metros cuadrados y en ella trabajaron 250
hombres.
Apuntó que la Madre Tekla, en una
visita realizada a Cuba, decidió que todos los materiales
constructivos y el inmobiliario fueran de origen cubano, todo lo
cual fue donado por el Gobierno de la Isla. Dijo que la instalación
de la orden en nuestro país coincidía con el XV aniversario de
haber asumido Juan Pablo II su cargo como Papa y el V de su
visita a Cuba-
El vicecanciller italiano Baccini
expresó que traía el saludo y el corazón de Roma a toda Cuba y
que esta visita suya, que refleja los lazos de hermandad entre los
pueblos italiano y cubano, es un homenaje a la Madre Tekla, porque
donde esté ella está la paz y el servicio hacia la humanidad.
Por su parte, el Cardenal Juan
Sandoval Íñiguez dijo que su presencia en Cuba obedecía, en
primer lugar, a la invitación realizada por Fidel a este acto, y
agradeció ese gesto y su hospitalidad, como segundo motivo a la
gran amistad y estima profunda no solo a la Madre Tekla sino a todas
las mujeres de la orden de Santa Brígida, y en tercer lugar el
manifestar su comunión con el Papa Juan Pablo II, que ha
tenido especial interés en que esta casa religiosa fuera abierta en
Cuba.
El Monseñor Carlos Manuel de
Céspedes dio lectura al mensaje del Papa por esta inauguración.
Posteriormente se llevó a cabo la
ceremonia de bendición del convento y del establecimiento de la
Orden en él, la cual estuvo a cargo del cardenal Crescenzio Sepe,
tras lo cual, el Presidente cubano saludó a las religiosas de la
orden de Santa Brígida, firmó el libro donde queda constancia de
la inauguración, y departió con los invitados especiales a este
acto.
CONDECORADOS FIDEL Y LA
ABADESA DE LA ORDEN DE SANTA BRÍGIDA
El Presidente de los Consejos de
Estado y de Ministros de Cuba, Fidel Castro, fue condecorado este
sábado con la Cruz Ecuménica con la Estrella de Comendador de
Santa Brígida por Tekla Famiglietti, abadesa general de la Orden
del Santísimo Salvador de Santa Brígida.
En tanto, el Presidente cubano impuso
la medalla Félix Varela de Primer Grado a esa prestigiosa
personalidad de la congregación religiosa femenina que tiene 46
casas en 15 países.
A Fidel se le hizo el especial
reconocimiento por la promoción de los altos ideales, que se
inspiran a su vez, en el diálogo ecuménico y en los valores
promovidos por la Santa Brígida de Suecia.
La Madre Tekla se hizo merecedora de
la importante condecoración en muestra de afecto y cariño del
pueblo de Cuba y sus principales dirigentes, con motivo de la
inauguración del convento que acogerá en la Isla el trabajo de la
Orden que preside. (AIN) |