Ante la VII edición de los Premios de la Música, en España

Brouwer por partida doble

Pedro de la Hoz

Por primera vez Leo Brouwer figura en las ternas finalistas de los Premios de la Música, galardón con el que la Academia de la Música española prestigia los mejores desempeños autorales e interpretativos, sobre la base del disco y otros soportes de la industria cultural, en el plazo de un año. Era hora de que así fuese. La dimensión musical del cubano, suficientemente significativa como para haber dejado huellas imborrables a escala universal en la segunda mitad del siglo pasado y los días que corren de la presente centuria, ha tenido una impronta particular en el ámbito ibérico, sobre todo en la última década, donde se le vio al frente de la Orquesta Sinfónica de Córdoba y de otras formaciones instrumentales y con muy notables desempeños en proyectos tan importantes como los del guitarrista Vicente Amigo inspirado en la obra poética de Rafael Alberti, y el del prematuramente desaparecido Carlos Cano, a quien orquestó los temas de dos discos memorables.

Trío Mompou, fieles intérpretes de Leo Brouwer.

Ahora Leo, mediante una grabación del sello Autor, de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), con la Sinfónica cordobesa que él levantó y el Trío Mompou (Luciano González Sarmiento, piano; José Lluis Jordá, violín; Dimitar Furnadjiev, cello), acaba de clasificar en las opciones como Mejor Autor de Música Clásica (Manuscrito antiguo encontrado en una botella) y Mejor Intérprete de Música Clásica (Leo Brouwer-Tomás Marco), en este último caso por su labor como director.

En el primer acápite, Leo se halla escoltado por dos compositores españoles de mucho valor, Antón García Abril con Concierto de la Malvarrosa, y Joan Guijoán, con Magma, mientras que en el plano interpretativo se confronta con Ana María Sánchez y la Orquesta Sinfónica de Madrid bajo la dirección de Jesús López Cobos en Concierto lírico, y Plácido Domingo al frente del elenco que grabó con la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid las zarzuelas La revoltosa y La Gran Vía.

Manucristo antiguo encontrado en una botella —título en el que no hay, contrario a lo que pudiera pensarse, una referencia a Edgar Allan Poe, sino al cuento El loto y la botella, de O. Henry— fue compuesto por Brouwer en 1983 para un formato de trío clásico (piano, violín y cello), en un momento de espléndida madurez creativa, cuando encontró definitivamente más allá de la guitarra, espacios instrumentales en los cuales exponer su pensamiento estético. Recuérdese cómo poco antes había escrito La región más transparente, para flauta y piano; y algo después Canciones remotas, para orquesta de cuerdas, y la suite La guerra de las galaxias, sobre los temas de John Williams para el filme homónimo.

Se trata de una partitura sumamente equilibrada, con momentos de extraordinaria elaboración contrapuntística e imágenes sonoras sorprendentes, que refleja contrastes dinámicos expresivos que remiten alegóricamente a la entrega y la contemplación como estadios del espíritu humano. Todo ello fue aprehendido por ese magnífico conjunto que responde al nombre de Trío Mompou y se sitúa entre las cumbres interpretativas de la música contemporánea en la Península.

Con la Sinfónica de Córdoba, el gran músico cubano consiguió también que las músicas más nuevas encontraran un instrumento colectivo de excelencia y eso es lo que destaca en la selección de su trabajo para los Premios de la Música.

 

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