WASHINGTON, 5 de marzo (PL). —
Estados Unidos planea un ataque demoledor contra Iraq con el
lanzamiento de unas 3 000 bombas guiadas en las primeras 48
horas de una eventual operación militar, reveló hoy el diario The
New York Times.
En declaraciones al rotativo, el jefe
de la Junta de Estados Mayores, Richard Myers, aseguró esta
conflagración será "muy, muy, muy diferente a la guerra del
Golfo de 1991", que duró 43 días.
El militar reconoció que una
eventual operación militar causará víctimas en la población
civil iraquí.
Según Myers, para lograr una
campaña corta es necesario golpear la infraestructura iraquí, con
lo cual, comentó, el gobierno de Bagdad reconocería que su derrota
es inevitable.
Agregó que el Pentágono abrirá un
frente en el norte de ese país árabe con o sin ayuda de Turquía,
aunque reconoció que sin la cooperación de Ankara será más
difícil.
La víspera, el Comandante Supremo
aliado en Europa, general James L. Jones, se expresó de forma
similar al subrayar que la negativa de Turquía no detendrá los
preparativos militares.
El Parlamento turco postergó
indefinidamente una votación sobre la entrada de hasta 62 000
soldados norteamericanos al país, lo cual provocó una dura
reacción de Washington.
Ante esa situación, el alto mando
militar estadounidenses estudia enviar por aire a varios miles de
soldados hacia la región septentrional de Iraq, con los
consiguientes problemas logísticos que supondría esa iniciativa.
Al respecto, el analista militar de
la CNN, Don Shepperd, apuntó que Washington tiene otra opción:
mover a los uniformados desde Kuwait al oeste de Bagdad, aunque lo
cual consideró una mala alternativa.
El pequeño emirato aceptó recibir
más contingentes, que se sumarán a los cerca de 111 000
norteamericanos acantonados allí.
El periódico The Washington Post
señaló que el norte iraquí es vital para la Casa Blanca porque
tiene los mayores campos de petróleo del país árabe.
Para cumplir sus amenazas, Estados
Unidos dispone en el Medio Oriente de más de 200 000 efectivos
y varios portaaviones con sus respectivos grupos de batalla.
Ayer otros 60 000 soldados
recibieron la orden de partida hacia la zona, entre ellos los
miembros de la Primera División de Caballería.