WASHINGTON, 5 de marzo (PL). — El
secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, defenderá el
próximo viernes ante el Consejo de Seguridad de la ONU la postura
de Washington contra Iraq, que hoy enfrenta el rechazo de la
mayoría de los miembros de ese órgano.
El departamento de Estado confirmó
la presencia de Powell en la sede de Naciones Unidas para escuchar
un nuevo informe que presentarán los inspectores de armas sobre sus
labores en esa nación árabe.
La decisión del jefe de la
diplomacia estadounidense busca apuntalar los criterios belicistas
del presidente George W. Bush, luego de que Francia, Alemania y
Rusia reiterarán su rechazo a una resolución que otorgue al
Pentágono luz verde para atacar a Bagdad.
Nuestras palabras son claras,
"no habrá una segunda resolución que autorice el uso de la
fuerza", aseguró este miércoles el ministro de Relaciones
Exteriores francés, Dominique Villepin, en conferencia de prensa
junto a sus homólogos ruso, Igor Ivanov, y alemán, Joschka
Fischer.
Moscú y París asumirán todas sus
responsabilidades en el Consejo de Seguridad, agregó, en alusión
al poder de veto que tiene ambos países en ese órgano.
Por su parte, Ivanov manifestó que
China, que también tiene esa prerrogativa, comparte esa postura.
La Casa Blanca por medio de su
secretario de prensa, Ari Fleischer, trató de minimizar el impacto
de las criticas de esas naciones europeas.
Continuaremos escuchando diferentes
puntos de vista sobre el tema y también seguirán las consultas con
nuestros aliados, expresó Fleischer.
Washington presiona a los 10 miembros
no permanentes del Consejo para sumarlos a sus planes, pero hasta la
fecha sólo cuenta con el apoyo de España y Bulgaria.
Ante el rechazo generalizado, el
presidente norteamericano, George W. Bush, ha expresado que no es
necesaria una nueva resolución porque, según dijo, la 1441 le
permite iniciar la guerra, una interpretación no compartida por la
comunidad mundial.
Incluso, advirtió que actuará
contra Iraq con o sin el aval de Naciones Unidas.
Powell se reunió hoy con Bush y los
principales jefes militares de Estados Unidos para discutir los
planes de batalla contra Bagdad.
Al encuentro asistieron el jefe del
Comando Central, Tommy Frank; el secretario de Defensa, Donald
Rumsfeld y el jefe de la Junta de Estados Mayores, Richard Myers,
entre otros.