RÍO DE JANEIRO, 5 de marzo (PL). —
La "nueva doctrina Bush" pretende asignar a Brasil el
papel de auxiliar de Estados Unidos en la negociación del Área de
Libre Comercio de las Américas (ALCA), advirtió hoy el diario
Folha de Sao Paulo.
Un titular de primera plana destaca
la voluntad de Washington de obtener una "ventaja total"
para los norteamericanos con el ALCA, según admitió con toda
claridad el negociador norteamericano Robert Zoellick, en un informe
presentado la víspera al Congreso.
El corresponsal del periódico
brasileño en Washington, Fernando Canzian, cita con lujo de
detalles lo que califica de "nueva doctrina de Bush", la
que espera de Brasil un papel de subordinado en la construcción
del proyecto de mercado común de Alaska a la Patagonia, con
exclusión de Cuba.
En su mensaje —destaca la
información—, Zoellick afirma que el presidente George W. Bush
"está restaurando el liderazgo norteamericano en el área de
comercio y hará presiones agresivas para asegurar los beneficios de
la apertura comercial para familias, hacendados, empresas, operarios
y consumidores" de su país.
El alto funcionario de la Casa Blanca
promete "usar todos los medios legales y necesarios" en
las organizaciones de comercio para "conquistar el máximo de
ventajas para los norteamericanos".
"Vamos a forzar y controlar lo
que sea posible", dice para enfatizar que Bush
"restableció el liderazgo comercial de Estados Unidos en todo
el planeta y actuará de forma activa para expandir la
liberalización de la economía del mundo".
El influyente diario paulista
recuerda que la primera propuesta norteamericana fue vista con
grandes reservas por las autoridades brasileñas.
Al respecto señala que Washington se
limitó a proponer la reducción de varios tipos de aranceles, pero
retiró de la mesa de negociaciones lo que más interesaba a Brasil.
Estados Unidos excluyó las barreras
no tarifarias, como subsidios a productores norteamericanos, cuotas
y acusaciones de "dumping" (competencia desleal), entre
otros, que continúan siendo los mayores obstáculos a la entrada de
productos brasileños en Estados Unidos.
La propuesta norteamericana —afirma
Folha de Sao Paulo— fue vista como una tentativa de debilitar la
posición de los países fundadores del Mercado Común del Sur
(MERCOSUR), que decidieron negociar en bloque su participación en
el ALCA.