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Temas beisboleros Alexander... ¿1 000 juegos? SIGFREDO BARROS Comenzó como casi todos, a los 18 años, en su natal Isla de la Juventud. Con las pretensiones de todos —llegar al estrellato—, y con un gran amor por el béisbol. Quince años después lo ha conseguido: Alexander Ramos es uno de los peloteros más conocidos de Cuba, querido y respetado en todos los rincones, tanto por su calidad como por esa entrega que lo ha llevado a salir al terreno todos los días desde el 24 de marzo de 1994 y aún lo sigue haciendo.
Son ya 900 partidos consecutivos, una cifra que lo ubica en el séptimo lugar de todos los tiempos en cualquier béisbol del mundo y el único pelotero latinoamericano con semejante racha... que Alexander no piensa romper. "Si ya llegué hasta aquí, pienso que puedo completar un número redondo como el mil. Han sido nueve años de mucho sacrificio, de cosas que la afición desconoce. Por ejemplo, mi madre falleció en septiembre del pasado año, ya fuera de la temporada, pero durante la Superliga hubo varias ocasiones que cuando jugábamos en La Habana por la tarde, yo cogía el último vuelo para Nueva Gerona ese día, me pasaba la noche con ella en el hospital y regresaba en el primer vuelo de por la mañana." Son las adversidades por las que atraviesa cualquier ser humano, pero en el caso de un deportista adquieren una connotación diferente. Resulta difícil concentrarse en un juego tan complejo como el béisbol, con una temporada exigente como la nuestra, en medio de grandes dificultades como la enfermedad de un ser querido. Examinando con rigor la lista de los seis hombres que han jugado más partidos consecutivos que Alexander, veremos que todos jugaron en las Grandes Ligas de EE.UU., con calendarios mucho más largos. Gehrig, el mitológico inicialista de los Yankees de Nueva York (quien jugó el último año de su vida enfermo), enfrentó un programa de 154 juegos por temporada. Carl Ripken Jr, el actual recordista, jugó a partir de la década del ochenta, cuando las Grandes Ligas ya habían extendido años atrás su calendario a 162 partidos anuales. Otro detalle interesante: de los 10 jugadores que aparecen en la tabla que acompaña a este trabajo, cuatro se desempeñaron como inicialistas (Gehrig, Scott, Garvey y Suhr) y dos como jardineros, el ebánico Billy Williams y el estelar Stan Musial, de los Cardenales de San Luis, posiciones ambas donde el riesgo de una lesión es menor, pues no hay hombres deslizándose peligrosamente en busca de llegar quieto o de romper una doble matanza. Solo el 40%, Ripken, Sewell, Yost y Alexander jugaron en el infield y, de ellos, solo el pinero cubrió el segundo cojín, una base que tiene la desventaja de que muchas veces el camarero está de espaldas a la hora de recibir el tiro del torpedero y no puede ver las piernas del rival buscando las suyas, todo un peligro que, muchas veces, acaba en una lesión. Modestia y dedicación son los principales atributos de este jugador que, día a día, rompe su propio récord, sin estridencias, con la única satisfacción del deber cumplido con un alto rendimiento, como lo demuestra el ser el segundo bateador de por vida en la pelota cubana, 339, únicamente por debajo del fenómeno Omar Linares. Y, con toda seguridad, si la adversidad no muestra su fea cara, Alexander Ramos será —en la XLIII Serie Nacional—, el único pelotero latinoamericano con 1 000 juegos consecutivos a su haber. ¡Una hazaña de nivel mundial!
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