PYONGYANG, 6 de febrero (PL). — La
República Popular Democrática de Corea (RPDC) advirtió hoy que un
ataque de Estados Unidos a la central nuclear de Yongbyon será la
chispa que provoque una guerra total en la Península Asiática.
Un comentario del diario Rodong
Sinmun, que circula en esta capital, afirma que "aunque Estados
Unidos muestra una voluntad de diálogo, detrás esconde los
preparativos para atacar nuestras centrales nucleares, cuyo uso es
pacífico".
La negativa de la Casa Blanca a
cumplimentar a partir del 1 de diciembre el suministro de
500 000 toneladas de combustible mediante un Acuerdo Marco en
1994 obligó a Pyongyang a tratar de encender el apagado reactor
nuclear de Yongbyon para generar electricidad dado los menos 30
grados Centígrado que se registran en el Norte de la Península.
Por eso, el comentario subraya que
"un acto semejante (ataque preventivo) será considerado como
la chispa que encienda una guerra abierta", y asegura que la
RPDC "está preparada para responder a los ataques".
"Replicaremos a ataques
preventivos estadounidenses mediante represalias sin piedad y a la
guerra con la guerra", precisa el órgano oficial del Partido
del Trabajo de Corea.
La fuerte reacción de Pyongyang
sigue a los preparativos agresivos que desarrolla el Pentágono para
desplazar hacia las aguas costeras de la Península tropas,
navíos de guerra, bombarderos de largo alcance y aviones espías.
En este contexto, La Casa Blanca
ordenó movilizar a unos 2 000 soldados de infantería, 12
bombarderos B-52 y 12 B-1 y un número indeterminado de navíos de
guerra hacia la región Asia-Pacífico, presuntamente de la Séptima
Flota.
Esa tarea de fuerza recibió la orden
de estar listos para ser desplegados en la región para apoyar las
tropas de Estados Unidos estacionadas en el Sur frente al Norte de
la Península.
Con anterioridad, el comandante del
Octavo Ejercito, general Charles Campbell, canceló la retirada de
2 900 efectivos a fin de mantener el nivel de sus fuerzas en el
Sur.
Unos 37 000 efectivos
norteamericanos con modernas técnicas de combate, incluidas armas
nucleares, se encuentran en alerta desde diciembre último,
dislocados en decenas de complejos militares en diversas provincias
surcoreanas desde el fin de la guerra en 1953.
En aguas cercanas a la región
costera norteña se encuentra desde hace semanas en práctica de
guerra el portaaviones Kitty Hawk de la Séptima Flota, con sede en
la base japonesa de Yokosuka.
El comentario del Rodong Sinmun
critica también las intenciones de Washington de llevar el problema
nuclear al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y le insta a
firmar un Tratado de no-agresión que garantice la integridad de la
RPDC.