María llegó antes de nacer la Fonst

ALFONSO NACIANCENO

"Yo no quisiera irme nunca de aquí. Llegué cuando estaba en construcción para los Juegos Panamericanos de 1991, imagine si la quiero y me la conozco de memoria."

María del Carmen Rubio es una espirituana convencida de que su vida transcurre indisolublemente ligada a la sala polivalente Ramón Fonst, donde como directora ha cultivado alegrías y tristezas, entre un reducido grupo de trabajadores.

Foto: RICARDO LÓPEZLa instalación es la segunda
en importancia en la capital.

El Museo Nacional del Deporte, el Centro Provincial de Informática y la bolera también se integran a la instalación, esta última parada por roturas en sus equipos.

La Fonst, después de la cita de La Habana-91, recibió algunos retoques, ninguno como el realizado antes de la I Olimpiada cubana, que tuvo en esta plaza sus competencias de gimnasia. Su capacidad para acomodar a 5 000 aficionados la convierte en la segunda de la capital, después de la Ciudad Deportiva.

Punto neurálgico desde su construcción han sido las molestas goteras, que importunaban incluso en ocasión de efectuarse allí eventos internacionales.

Hombres del contingente Julio Antonio Mella, unidos al colectivo de la sala, más o menos un mes antes de la I Olimpiada, aceptaron el desafío de suprimir filtraciones en su cubierta, compuesta por una cantidad considerable de tejas traslúcidas, muy costosas. Esa labor todavía es seguida de cerca para salirle al paso a alguna que otra gotera.

Plomería, electricidad, pintura y reparación del tabloncillo figuran entre las tareas esenciales llevadas a cabo. Ahora, explica María del Carmen, se le da lija al tablado para pintarlo, esto nos puede llevar aproximadamente una semana, así que estaríamos pronto en condiciones de recibir a importantes competencias nacionales.

No crean que en medio de su renovación la Ramón Fonst se ha tomado un receso. Allí entrenan atletas juveniles de patinaje artístico, baloncesto y voleibol, además de tener sus sedes las academias de las mencionadas disciplinas.

Si como se ha pensado, en breve la Ramón Fonst albergará a las ligas de baloncesto y voleibol, habrá suficientes razones para que el público vuelva a llenar ese céntrico lugar de nuestro entorno.

 

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