WASHINGTON, 30 de enero (PL). — La
Administración del presidente George W. Bush intensifica su
ofensiva diplomática y propagandística contra Iraq para tratar de
conseguir el apoyo internacional y nacional que le falta para lanzar
su guerra contra ese país árabe.
Consejeros del ejecutivo analizan
qué pruebas presentará el secretario de Estado, Colin Powell, al
Consejo de Seguridad de la ONU la semana próxima para apuntalar las
imputaciones de Washington contra Bagdad.
Powell quiere presentar un dossier
con "pocos datos seleccionados que constituyan una sólida
evidencia, no un mosaico de material dudoso que pueda ser desechado
por aliados escépticos y críticos", según dijo un asesor
citado hoy por el diario The Washington Post.
Incluso el jefe de la diplomacia
norteamericana desearía presentar datos de los presuntos lazos
iraquíes con Al-Qaida, agrupación que Washington condena por los
atentados terroristas de septiembre de 2001.
En su ofensiva política, el propio
Bush recibe este jueves en la Casa Blanca al primer ministro
italiano, Silvio Berlusconi, uno de sus aliados europeos en esta
contienda.
Por otro lado, hoy llega a Washington
el premier británico Anthony Blair para su encuentro mañana con
Bush.
Al mismo tiempo, Powell convocó a la
capital del Potomac al canciller canadiense, William Graham, con el
propósito de asegurar el apoyo de Ottawa, que hasta ahora ha dicho
que no se sumaría a una campaña bélica sin la aprobación de la
ONU.
Asimismo, el Subsecretario de Estado,
Richard Armitage, y el embajador norteamericano ante la ONU, John
Negroponte, comparecen ante el Comité de Relaciones Exteriores del
Senado.
La víspera Powell y el Secretario de
Defensa, Donald Rumsfeld, se personaron en el Capitolio para convencer
a los congresistas reticentes de la necesidad de llevar adelante la
política bélica del ejecutivo contra Iraq.
Los asesores del Presidente
recibieron hoy de buen agrado la carta pagada que apareció en
varios medios periodísticos europeos de ocho mandatarios de ese
continente que respaldan el plan anti-iraquí.
El anuncio relaciona los nombres de
los jefes de gobierno de Gran Bretaña, Italia, España, Dinamarca y
Portugal, países integrantes de la Unión Europea, y de Polonia,
Hungría y la República Checa, aspirantes a entrar en ese pacto
multinacional.
Inmediatamente, Grecia, presidente de
turno de la UE, distanció hoy la organización de ese anuncio y
dijo que tal llamamiento es una acción independiente de esos
gobernantes.
En cambio, el Parlamento Europeo
declaró su interés de que se resuelva el problema por la vía
pacífica.
Por otro lado, en Washington 100
congresistas exhortaron a la Casa Blanca a no soltar los corceles de
la guerra para dar tiempo a las inspecciones de la ONU.