Súbito rebrote de violencia perturba pacificación en Bolivia

Un confuso choque entre campesinos bloqueadores de una carretera y transportistas que intentaban romper el cierre vial, dejó ayer un saldo de al menos un campesino muerto y 12 heridos cerca de Caranavi, en el trópico norte de La Paz, a 160 kilómetros al norte de La Paz

LA PAZ, 30 de enero (PL). — Un súbito rebrote de la violencia y muerte en las carreteras de Bolivia perturbó en las últimas horas el trabajoso diálogo de distensión entre el Gobierno y organizaciones populares que puso fin a un luctuoso conflicto social.

Un confuso choque entre campesinos bloqueadores de una carretera y transportistas que intentaban romper el cierre vial, según reportes periodísticos, dejó ayer un saldo de al menos un campesino muerto y 12 heridos cerca de Caranavi, en el trópico norte de La Paz, a 160 kilómetros al norte de La Paz.

En el incidente, indicaron las fuentes, los bloqueadores prendieron fuego a un autobús, en una operación de represalia por un previo ataque de transportistas a campesinos, según estos.

El dirigente de la Confederación de Colonizadores, Sergio Loayza —a cuya organización pertenecen los campesinos involucrados— dijo que los labriegos de la zona han rebasado a sus líderes y desacatado la instrucción de desbloquear las rutas para facilitar el diálogo, desconfiados por la demora del inicio de las conversaciones con el Gobierno.

Por su parte, la organización de transportistas que cubre la ruta de los disturbios pidió apoyo al Ministerio del Interior y afirmó que las agresiones de los colonizadores continúan.

El incidente se registró cuando en el resto del país se replegaban los miles de soldados y transportistas enviados por el Gobierno a reprimir los bloqueos iniciados el 13 de enero, mientras los campesinos se mantenían a la espera de los resultados del diálogo, según sus dirigentes.

Al mismo tiempo, continúan instalándose las mesas de diálogo conformadas por dirigentes y asesores populares y gubernamentales, para tratar siete grandes temas, según lo acordado por el Gobierno y las organizaciones que formaron al calor del conflicto el Estado Mayor del Pueblo.

El diálogo, propiciado por la Iglesia Católica y otras organizaciones sociales, rindió sus primeros frutos ayer al anunciarse que el Gobierno aceptó pagar una indemnización de 50 000 bolivianos (6 620 dólares) a cada familia de los muertos en los disturbios y costeará la curación de decenas de heridos, a quienes pagará salarios durante seis meses.

El líder de los cultivadores de hoja de coca y del opositor Movimiento al Socialismo (MAS), Evo Morales, llamó al pueblo a acudir a las mesas de diálogo como mecanismo de participación en las decisiones nacionales y advirtió que las protestas pueden reactivarse si las conversaciones no dan resultados.

El Gobierno ha advertido que no reconoce al Estado Mayor del Pueblo y que dialoga con organizaciones individuales, a tiempo de señalar que sólo será referencial lo tratado en las mesas dedicadas a temas nacionales como la entrada de Bolivia al ALCA y la exportación de gas a Estados Unidos, cuestionadas por el EMP.

 

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