Preferencias digitales de Déborah Nofret

VIRGINIA ALBERDI

La primera sensación que se tiene ante el conjunto de imágenes que nos ofrece Déborah Nofret, en el Centro de Arte Contemporáneo de La Habana Wifredo Lam, es vertiginosa. El espectador se enfrenta a una especie de caleidoscopio, tanto en la proyección sucesiva en una de las paredes como en las que ocupan el ámbito expositivo, con propuestas que exigen una lectura sensorialmente comprometida. Pero una vez digerida la avalancha, en nuestro espíritu se sedimenta la certeza de estar ante una artista para la cual los novedosos usos de la tecnología digital no son más que soportes para discutir ideas.

En efecto, Déborah privilegia en esta muestra titulada Preferencias prestadas un discurso donde la invitación a pensar es el objetivo principal de la especulación iconográfica. Al descomponer y recomponer figuras —resulta recurrente la autorreferencia, la primacía del yo en relación con lo otro: cifras, símbolos, objetos—, la artista se cuestiona la propia naturaleza del texto digital y su impacto en la visualidad contemporánea. Su elección de los elementos compositivos varía, pero siempre evidencia una disposición crítica, de discernimiento conceptual. De manera que podemos entender su adscripción a la manipulación digital como una operación que legitima un soporte y al mismo tiempo cuestiona una sintaxis.

En tal sentido, Déborah es fiel a una poética que ya había sido definida por el artista y crítico Antonio Eligio Fernández (Tonel) como "una alquimia perturbadora tras la cual lo reconocible se torna escurridizo, leve, inabarcable (...), una representación condicionada, mediatizada en buena medida, gracias a los filtros implacables de la tecnología, y que ostenta con orgullo sus falsos verismos, de los que se sirve, en última instancia, para confirmar su profunda irrealidad".

La Nofret desarrolla en la actualidad su vida profesional en León, España, pero siempre con la mirada atenta al acontecer artístico de su Isla, a la que se integra como una de las voces plásticas que en los últimos tiempos encuentra en el arte digital una posibilidad comunicativa auténtica y no un pasatiempo.

 

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