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Termoeléctrica de
Cienfuegos
Ideas nuevas con
hierros viejos
Ramón
Barreras Ferrán
CIENFUEGOS.—
Hay fábricas que se convierten en símbolo para los territorios
donde están. Ese es el caso de la Central Termoeléctrica Carlos
Manuel de Céspedes en esta provincia. Las estructuras metálicas de
las unidades que la conforman ya son parte inseparable del entorno y
hasta identifican en buena medida a la Perla del Sur, en
fotografías que tienen en primer plano a las aguas de la bahía.
Pero desde lejos no
resulta posible conocer cómo esa planta, con tantos años de
explotación, puede mantenerse en operaciones con niveles de
eficiencia.
Hace poco un
especialista checo que laboró en el montaje de las dos unidades
procedentes de ese país, instaladas hace 34 años, le expresó a un
dirigente del sector el orgullo que sentía por haber trabajado en
Cienfuegos, "en aquellas unidades que por sus años de
explotación ya no debían estar funcionando".
Tamaño asombro se
llevó cuando supo que todavía "esos hierros viejos"
generan electricidad con niveles aceptables de eficacia, y logran un
ahorro que es fruto, sobre todo, de la preocupación de los hombres
que laboran en ellas. "Eso hay que contarlo... Es difícil
creerlo", dijo.
Para responder por qué,
hay muchas explicaciones, pero todas tienen el mismo "motor
impulsor": los trabajadores.
Junto con las dos
unidades checas hay otras dos de factura japonesa que funcionan hace
24 años ininterrumpidamente. En el mundo de la generación
eléctrica esos tiempos acumulados son altos, debido al inevitable
deterioro del equipamiento y a la modernización que impone la
contemporaneidad.
Los cubanos nos hemos
dedicado a cuidar y salvar todo lo posible. Las limitaciones
económicas, acrecentadas por el duro bloqueo imperialista desde
hace más de 40 años, han estimulado en fábricas, plantas y
talleres las inventivas e innovaciones, así como la fabricación y
recuperación de piezas de repuesto; en fin, las soluciones a
múltiples problemas.
No siempre —o más
bien, muy pocas veces— es posible sustituir un equipo o aditamento
por su similar totalmente nuevo. Y de eso hay varios ejemplos en la
termoeléctrica cienfueguera.
Por eso, muchos allí
aseguran que el movimiento del Forum de Ciencia y Técnica (fue
primero de piezas de repuesto) vino como "anillo al dedo"
para enfrentar los muchos requerimientos del viejo equipamiento de
las unidades checas y japonesas. Algunos afirman que haber
garantizado la continuidad productiva sin aseguramientos estables ha
sido una proeza.
En más de 363 000 horas
de labor, las cuatro unidades han generado en esos años unos 55
millones de MW/h, para lo cual consumieron más de 13 millones de
toneladas de petróleo, con un gasto específico de 247 gramos por
kW/h.
Como es lógico, tan
complejos mecanismos presentan averías frecuentes, las que deben
ser solucionadas en el menor tiempo posible, y requieren de
mantenimientos periódicos. El equipo de dirección y el colectivo
obrero tratan de satisfacer las necesidades con la fabricación y
recuperación de piezas, y el ingenio y la experiencia de los
técnicos y obreros.
Solamente en los dos
últimos años, en la termoeléctrica de Cienfuegos recuperaron 2
937 piezas y fabricaron 39 831, en un pequeño taller de maquinado
donde el colectivo tiene más voluntad que recursos. Al evento de
base del XIV Forum de Ciencia y Técnica se presentaron 405
trabajos, la mayoría con soluciones concretas a los problemas de
carácter técnico. Esa es una de las razones por las que esa planta
no detiene su generación. |