WASHINGTON, 7 de diciembre.— Las
sillas del secretario del Tesoro de Estados Unidos y del principal
Asesor Económico de la Casa Blanca continúan hoy vacías un día
después de la dimisión de ambos funcionarios.
Según Prensa Latina, medios
noticiosos norteamericanos adelantaron este sábado que el
presidente George W. Bush baraja los nombres de unos siete
candidatos para los puestos, pero que hasta ahora no se ha decidido
por ninguno.
Entre las figuras que podrían
reemplazar a Paul O'Neill, hasta ayer secretario del Tesoro,
sobresale William Archer, presidente del Comité de Medios de la
Cámara de Representantes, y Phil Gramm, otrora líder de la
Comisión Bancaria del Senado.
Fuentes de la Casa Blanca revelaron
que Donald Evans, secretario de Comercio, está también entre las
opciones analizadas por el mandatario.
Los periódicos The New York Times y
The Washington Post atribuyeron hoy a Bush la intempestiva salida de
O'Neill, quien recibió el pasado jueves una llamada del
vicepresidente, Richard Cheney, para pedirle que renunciara.
La Casa Blanca no ha explicado aún
las razones por las que se deshizo del funcionario, pero analistas
aseguran que las críticas del sector empresarial contra O'Neill por
sus comentarios triunfalistas y superficiales sobre la marcha de la
economía nacional fueron las que causaron su salida del gabinete.
Además del Secretario del Tesoro, el
gobierno norteamericano también perdió ayer a Lawrence Lindsay, ex
Asesor Económico de Bush.
Poco ha trascendido sobre la
dimisión del consejero principal del Presidente en materia
económica, salvo que el mandatario quiere caras nuevas para ambas
funciones.
Con O'Neill, Bush se apunta la
primera deserción de un miembro de su gabinete, el cual prometió
mantener cohesionado hasta el fin de su mandato en el 2004.