CARACAS, 7 de diciembre.— Una
multitudinaria concentración de caraqueños se agolpó en la
céntrica avenida Urdaneta para expresar su respaldo al presidente
Hugo Chávez y apoyar la democracia y la paz en Venezuela, informó
Prensa Latina.
Largas columnas de simpatizantes del
Gobierno llegaron al lugar desde los diversos barrios populares que
rodean a esta capital portando banderolas, carteles y telas con la
consigna "Aquí el que manda es Chávez".
Los manifestantes también se
pronunciaron contra el golpismo y repudiaron los hechos de violencia
de la víspera donde personas con razones todavía desconocidas
dispararon contra un acto de la oposición en la plaza Francia, del
este de la ciudad.
En ese lugar, se mantienen desde hace
más de un mes varios oficiales de las fuerzas armadas vinculados al
golpe de Estado del pasado abril, ahora en desobediencia a las
autoridades civiles y militares, y el ataque costó la vida a tres
personas y causó heridas a otras 28.
La multitud copó todos los
alrededores del palacio presidencial de Miraflores y se extendió a
lo largo de varios kilómetros hacia el este de la ciudad.
Mientras tanto, los opositores se
reunieron nuevamente frente a las oficinas de Refinación y
Exploración de Petróleos de Venezuela (PDVSA) y sus oradores
continuaron acusando al Ejecutivo de los sucesos de ayer.
El Presidente venezolano afirmó hoy
que el estado de excepción es una herramienta constitucional y su
aplicación no está excluida en la actual situación nacional.
Chávez —según PL— hizo la
afirmación a un grupo de corresponsales extranjeros acreditados en
el país con los cuales se reunió en el palacio de Miraflores y
enjuició el intento desestabilizador que lleva adelante la
oposición.
Puntualizó que los adversarios del
gobierno le han dicho NO a la democracia, a la alegría de los
venezolanos, a la vida y al pueblo, al intentar una operación
similar al golpe de Estado del pasado mes de abril.
Explicó que ahora instigan el odio,
el terror, el chantaje y el terrorismo, producto de planes
fríamente elaborados, en alusión a los sucesos de la víspera, en
oscuras circunstancias.
Se refirió al papel de los medios de
comunicación en la conjura y dijo que habían sometido ayer al
pueblo a un verdadero electroshock con transmisiones llenas de
horror e instigadoras de la violencia a propósito de ese hecho.
Chávez llamó a seguir respondiendo
a las provocaciones con mesura y calma, y aseguró que las
investigaciones aportarán la verdad de lo sucedido y de sus autores
intelectuales.
Igualmente señaló que el Gobierno
está enfrentando una acción de sabotaje a la industria petrolera
con carácter desestabilizador y terrorista.
El paro que convocaron fracasó,
está muerto, y por eso, ahora se empeñan en una operación de
saboteo al corazón económico de la nación, subrayó.
Esa situación —de acuerdo con lo
expuesto por el mandatario— provoca un alto riesgo para el país
por la obsesión enfermiza de algunos, y por ello se están tomando
acciones de todo tipo en el marco de la Constitución y las leyes.
Anunció que ya se inició la
sustitución de los capitanes que fondearon las naves a su cargo en
Maracaibo, Anzoátegui y Puerto la Cruz, uniéndose a la
paralización, los cuales fueron imputados ante los tribunales y
podrían quedar presos.
Chávez reveló que había hablado
telefónicamente con tripulantes de esos barcos, quienes le
aseguraron su rechazo a la actitud de los capitanes e incluso le
propusieron apoderarse de las unidades, pero les pidió paciencia
para resolver legalmente el asunto.
Fustigó a los gerentes de la
corporación inmersos en la conspiración, saludó la actitud de los
trabajadores petroleros que hacen frente a la conjura, y aunque
admitió afectaciones en la producción petrolera, se mostró
optimista en la pronta recuperación del ciclo productivo.
El Jefe de Estado afirmó que aunque
hasta ahora no cree que sea necesario, Venezuela podría contratar
los servicios de buques completos o tripulaciones en otros países
latinoamericanos para hacer frente a cualquier necesidad.