El
pueblo cubano vuelve a entrar en la historia del ajedrez al más
alto nivel. En la noche del sábado, la ciudad de La Habana, en la
Plaza de todos, la de la Revolución, celebró la simultánea más
grande de cuantas se hayan organizado en el mundo.
Once mil 320 tableros, y en el
primero de ellos, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, haciendo
práctica sus palabras del 20 de noviembre de 1966, cuando Cuba
acogía la Olimpiada Mundial de Ajedrez, "la idea de Capablanca
de que el ajedrez sea una asignatura en las escuelas, es una gran
idea".
Justo
a las 5:00 de la tarde, Fidel con una jugada de peón cuatro Rey,
jugando con las piezas blancas frente al primer Gran Maestro cubano
en la era revolucionaria, Silvino García, dejaba inaugurada la
gigantesca sesión de juego.
Muchas son las razones por las cuales
más de 11 000 cubanos se convirtieron ayer en recordista mundial.
Podría recordarse que la mayor de las Antillas fue donde se jugó
ajedrez por primera vez en América, en 1518 en la ciudad de Bayamo,
o más cercano en la historia cuando en aquel 1966, en la misma
Plaza de la Revolución se efectuó una simultánea con algo más de
5 000 tableros, lo que constituyó también récord mundial hasta
que en el Zócalo de la Ciudad de México, se reunieron 10 008
mesas.
Sin embargo, el sustento del récord
mundial de la noche sabatina del 7 de diciembre, jornada en la que
toda Cuba traía a la memoria al General Antonio Maceo, quien cayera
en combate en esa misma fecha en el año 1896, pasa por la amplia
cultura general integral alcanzada por el pueblo.
Esa
es la razón por la que alrededor de 100 niños talentos, actuaron
como silmutaneístas y frente a las computadoras cargadas con
avanzados software. Uno de ellos, Heriberto Díaz, campeón nacional
en la categoría 11-12, estuvo entre los pequeños asesores del
Comandante en Jefe en su partida frente al GM.
Es también el motivo por el que la
composición de la velada incluía a pequeñines, muchísimos
jóvenes y también adultos mayores.
Pero tal vez el ejemplo más nítido
de esas razones puestas en las más de
11 000 mesas en la Plaza fue el que dio Nancy de las Mercedes
Paneque Ouviñas. La pequeñita de solo cinco años, del círculo
infantil 10 de Abril, del municipio Plaza de la Revolución, sentada
en el bloque B-1, primera fila, tablero 20, comenzó a llamar la
atención.
Aproximadamente
en el medio juego tenía paridad de posición y calidad de piezas.
La voz se corrió, y Fidel quiso conocerla. Al regreso a su puesto
solo le decía a Ida, su mamá: ¡hablé con Fidel!, ¡hablé con
Fidel!
Tras terminar su partida, el
Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, departió con
Silvino y el GM Jesús Nogueiras, y se interesó por las distintas
variantes de apertura y por el estado actual del ajedrez en nuestro
país, así como por los detalles de la majestuosa simultánea.
También conversó con los niños
simultaneístas y con los que movían las piezas en las pantallas de
las computadoras.
Antes de despedirse, Fidel complació
a los participantes al acercarse a las mesas de juego, de la misma
forma lo hizo con los estudiantes venezolanos de la Escuela
Internacional de Educación Física y Deportes, que participaron en
esta simultanea, que ayer no solo se convirtió en récord mundial,
sino que fue una Olimpiada dentro de la I Olimpiada del Deporte
Cubano.