Regresa Suzana y un Fausto revisado

ROLANDO PÉREZ BETANCOURT

Los que recuerden (y no es fácil olvidarla) La hora de la estrella (1985) se preguntarán cómo es posible que su debutante realizadora estuviera más de quince años sin filmar un largometraje. Premiada en Berlín, La Habana y en otros festivales, aquella historia de la nada agraciada Macabea demostró la sensibilidad y el saber hacer de Suzana Amaral para develar, desde un tono de comedia trágica, la urdimbre espiritual de una joven doméstica para quien el cielo en nada se acordó a la hora de repartir contentos.

Regresa la Amaral con otra historia femenina basada en una novela y que sitúa la trama en una zona rural brasileña a comienzos del siglo XX. Una vida en secreto, al igual que su anterior filme, juega la difícil carta de ir en contra de lo que un espectador domesticado por los usos pudiera desear para "su protagonista".

Una vida en secreto.

Con densidad expositiva, la Amaral narra la historia de la prima Biela, de 16 años, huérfana de madre y padre recién fallecido, una muchacha que parece haber crecido con la libertad y poco pulimento de una rama del bosque. La buena familia que la acoge pretende pulirla, vestirla, casarla, convertirla en una muchacha "normal" para la época. Pero aunque se adivina que de proponérselo (como quisieran algunos espectadores), Biela sería hasta bella, lejos está la realizadora de rozar siquiera el folletín.

Una vida en secreto es más sugerencia que clara exposición y así debe verse el filme en sus proposiciones estéticas: después de haberse acercado a esa "normalidad" de convivencia tan demandada por sus parientes, Biela se retrae y vuelve a sus viejos valores de existencia.

Premio del Jurado en Huelva y premio para su actriz protagónica, la muy eficiente Sabrina Greve, Una vida en secreto es un filme cuidado y pletórico de matices al que pudiera reprochársele un final algo forzado.

El argentino Miguel Angel Solá es el protagónico de Fausto 5.0, película española con varios directores, entre ellos Isidro Ortiz. De nuevo un Fausto revisado a partir del clásico de Goethe. En esta ocasión el doctor es una lumbrera en enfermedades terminales. Pero como su predecesor, no ha vivido. Interesante tratamiento del asunto desde el género fantástico con bastante sexo explícito como motor impulsor en esa aventura que es llegar a viejo (o en el caso del filme, a medio tiempo).

 

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