Unas 15 000 personas del municipio habanero de Quivicán, situado a 40 kilómetros al sur de la capital cubana, alzaron sus voces este sábado para exigir la liberación de los Cinco Héroes Cubanos Prisioneros Políticos del Imperio, y demandar el cese del bloqueo y las restantes leyes criminales contra Cuba.

Ante la presencia del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Segundo Secretario del Comité Central del Partido y ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, los participantes en el patriótico acto convirtieron esta Tribuna Abierta de la Revolución en otro ejemplo de la firme voluntad de los cubanos de resistir todas las agresiones del gobierno de Estados Unidos, para preservar la soberanía del país y lograr una sociedad más justa.

Con la ternura propia de su edad, la pionera Rosalí Avila Hernández, estudiante de sexto grado de la Escuela Primaria Frank País, expresó que gracias a la labor educacional de la Revolución, los niños cubanos conocen la dura realidad de la infancia en otras partes del mundo.

Mientras en Cuba, afirmó, tenemos garantizado el derecho de estudiar, recibir atención médica y disfrutar de muchas conquistas de nuestro sistema social, que es el más justo y democrático del mundo, en otros puntos del planeta millones de niños mueren cada año de enfermedades curables, sufren hambre, miseria y otras calamidades, o mueren a consecuencia de guerras desatadas en nombre de la supuesta lucha mundial contra el terrorismo.

"Se equivoca el imperio al pensar que esta Revolución dejará de existir. En nombre de nuestros pioneros, condeno los aires de guerra de la actual administración norteamericana y sus intentos por aniquilar la obra de este heroico pueblo", exclamó Rosalí.

Para el campesino Avilio Carlos Piedra, la lucha por el regreso de los cinco prisioneros políticos del imperio y el cese de todos los actos criminales, es un deber moral de cada patriota cubano.

A diferencia de lo que ocurría antes de 1959, afirmó, hoy los campesinos tenemos nuestro pedazo de tierra, vivienda decorosa, empleo seguro, atención médica gratuita, posibilidades de estudio y superación; hemos dejado de ser parias para convertirnos en hombres dignos y libres.

De manera enérgica, Milena Abreu Pérez, del Instituto de Investigaciones Hortícolas Liliana Dimitrova, fustigó las cínicas mentiras del imperio al acusarnos de producir armas biológicas en nuestros centros científicos, cuando en realidad son ellos los que han introducido numerosas plagas y enfermedades en los campos cubanos, como sucedió con los casos de la Roya de la caña, y el Moho Azul, en las plantaciones de tabaco.

Junto con la palabra clara de cada uno de los demás oradores, repudiando el criminal bloqueo, la Ley Asesina de Ajuste Cubano, y las agresiones de la mayor potencia mundial contra el medio ambiente, incluida su firme oposición al Protocolo de Kyoto, en el acto tampoco faltó la declamación de poemas, danza, la presencia de artistas plásticos y la actuación de reconocidos repentistas.