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01/09/2002
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Entre aguas turbulentas

En el aniversario 45 de la independencia de Malasia

ARNALDO MUSA

No sería aventurado asegurar que la Federación de Malasia es un país que consecuentemente ha defendido su posición de transformaciones políticas y sociales frente al intento de Occidente de revertirlas.

Los territorios que actualmente integran esta nación formaron parte sucesivamente desde el siglo II de tres imperios budistas y conocieron de la colonización portuguesa, holandesa e inglesa. Durante la Segunda Guerra Mundial fue ocupada por Japón, hasta 1945, y en 1948 se constituyó la Federación de Malasia. La lucha iniciada por los guerrilleros locales contra la ocupación nipona, continuó con el enfrentamiento a la dominación británica, y el 31 de agosto de 1957 se proclamó la independencia, dentro del marco de la Mancomunidad.

El 16 de septiembre se creó la Federación de Malasia integrada por los estados de la península malaya, Singapur (que se separó en 1965 y proclamó su independencia) y las posesiones de la isla de Borneo.

Los recientes años han sido testigos de los progresos económicos y sociales como resultado de la nueva ideología nacional (Runkunegara), anunciada en 1970 con el propósito de buscar la unidad entre todas las etnias (malaya, china e india) y de crear una nueva identidad malaya. También esos avances se deben a la aplicación de la Nueva Política Económica (NEP), con objetivos como la reducción y erradicación de la pobreza y la discriminación.

Todo ello ha coadyuvado para que se mantenga el crecimiento (un 4% en el 2001), a pesar de la desaceleración que afecta al mundo, con un fuerte impacto negativo sobre las exportaciones.

Y es que la economía de la nación se recupera del golpe proporcionado por la crisis financiera de 1997, al eludir en buena medida las recetas que trató de imponerle el Fondo Monetario Internacional. Los principales renglones del quehacer nacional —manufacturas, producción de aceite de palma y turismo— empujan al país hacia delante, dejando atrás la época en que el caucho y el estaño, productos básicos de precios bajos, eran las fuentes principales de ingreso.

En esta nación de 329 750 kilómetros cuadrados y 22 500 000
habitantes, hay unos 10 millones de personas aptas para trabajar, y apenas unas 300 000 no tienen empleos, empero que la crisis económica sigue golpeando a la región, con sus secuelas de graves problemas sociales.

La estabilidad de las relaciones entre las diferentes etnias atrae al turismo y las inversiones, lo cual consolida al gobierno de esta nación que deja a un lado cualquier sesgo egoísta para preocuparse por el mundo subdesarrollado, como cuando exige que las reglas y acuerdos existentes en la Organización Mundial del Comercio sean examinados y corregidos, con el fin de garantizar que los países en vías de desarrollo se beneficien también de la liberalización comercial.

Nación del Tercer Mundo, no alineada, ha enfrentado los intentos de Estados Unidos de calificar la situación interna de los derechos humanos y considera que el historial norteamericano en ese campo es imperfecto. En este contexto rechaza la política de bloqueo contra Cuba, y mantiene cordiales relaciones con nuestro país, subrayadas por las respectivas visitas del Comandante en Jefe Fidel Castro y del primer ministro Mahathir Mohamad a Malasia y Cuba.

01/09/2002

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