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¿Algo más que un cambio de estructura? MIGUEL ÁNGEL UNTORIA PEDROSO Durante más de 104 años, en especial en los últimos 40, las diferentes administraciones estadounidenses han buscado e intentado las más disímiles formas de agresión contra nuestro país. A las intervenciones armadas y la ocupación de un pedazo del territorio nacional en contra de la voluntad de los cubanos, al equipamiento y adiestramiento del ejército de la dictadura de Batista, siguieron después del triunfo de la Revolución las amenazas de ataques nucleares, de invasiones y acciones militares en apoyo a fuerzas mercenarias, a las cuales entrenaron, organizaron y armaron. Agresiones económicas de diferentes tipos que alcanzan su punto culminante en el criminal bloqueo contra nuestro pueblo y ataques políticos e ideológicos con empleo amplio de la desinformación y la mentira (como el caso del secuestro de Elián y más recientemente, el circo judicial que culminó con las infames condenas a los Cinco Héroes que el Imperio mantiene prisioneros), podrían resumir estos cuatro decenios de rencor, odio acumulado y hostilidad de las administraciones de turno en Estados Unidos. Recientemente, la administración de George W. Bush dio a conocer discretamente algunos pasos, en que las verdaderas intenciones parecen inicialmente estar enmascaradas. Se trata, aprovechando la reestructuración de una parte de sus mandos militares, de sacar a Cuba del área de responsabilidad del Comando Sur o Meridional, y colocarla dentro de la del Comando Norte o Septentrional de nueva creación, que será establecido para cumplir medidas de seguridad fronteriza y territorial, pero principalmente enfocadas en la llamada lucha contra el terrorismo, acorde con lo que se ha hecho público. La nueva jefatura militar tendrá jurisdicción de todas las actividades militares dentro del área de responsabilidad asignada. De esta forma tan sencilla, pudiera incluso ocurrir que una situación creada por inmigrantes ilegales, o por algún narcotraficante, podría ser empleada para justificar una acción militar de este nuevo comando unificado. Según informó el propio secretario de Defensa estadounidense, Donald H. Rumsfeld, todo se enmarca en una serie de cambios en la estructura de los mandos militares, los cuales incluyen la creación de este nuevo comando, que debe centralizar el papel de los militares en la defensa del territorio continental. Los aspectos relacionados con el enfrentamiento al narcotráfico y a la inmigración ilegal en el área del Caribe, han sido objeto de análisis en varias ocasiones desde hace muchos años. Los especialistas a favor de un comando unificado para el Caribe argumentan que así lo exigen asuntos como el narcotráfico y la emigración, destaca el diario The Miami Herald, y agrega que los que se oponen a esta idea han reiterado que el Comando Meridional "corre el riesgo de sufrir las constantes presiones de la gran cantidad de políticos cubanos (léase mafia terrorista) y haitianos que existen en Miami". La información fue también divulgada por The Miami Herald, que precisó que el nuevo Comando Septentrional de Estados Unidos radicará en Colorado, y que el mando militar de nueva creación tendrá a partir del próximo primero de octubre "la responsabilidad de proteger el territorio continental de los Estados Unidos desde Canadá hasta Cuba, incluida la Base Naval de Guantánamo". La información que brinda el rotativo revela que, según los últimos planes del Pentágono ideados tras los ataques terroristas del 11 de septiembre, el Comando Sur con estado mayor en Miami, Florida, solo será responsable de los territorios al sur de Cuba y no como hasta ahora, de toda América Latina. Hasta el presente han sido escasos los comentarios sobre las implicaciones de estas nuevas áreas de responsabilidad, en especial para Cuba. Por ejemplo, Amber Moss, ex embajador de Estados Unidos y director del Centro Norte Sur de la Universidad de Miami, dijo a The Miami Herald que el Comando Sur tiene algunos expertos en América Latina que hablan español, y poner a Cuba bajo el Comando Norte no tiene sentido. Un funcionario del Departamento de Defensa señaló que, aunque la medida no sea la más adecuada, el gobierno desea "cubrir los acercamientos a Estados Unidos desde el mar". Y agregó que si él fuera el comandante en jefe del Comando Septentrional, no querría tener que ver con los temas cubanos. El Comando Meridional supervisa el Caribe, dijo, y agregó que, "si vamos a preocuparnos de amenazas a la seguridad de EE.UU., narcotráfico o inmigración ilegal desde esa zona, Cuba es parte del Caribe". Mientras, el general retirado Barry McCaffrey, quien estuvo al frente de esa jefatura entre 1994 y 1996, arguyó que la decisión se tomó más por una preocupación relacionada con asuntos fronterizos que por la idea de que el nuevo mando vigile las aguas estadounidenses. También agregó que la decisión trata de transmitir el mensaje de que los asuntos migratorios con Cuba, México y Canadá son similares. McCaffrey visitó recientemente a Cuba y afirmó que la Isla no representa ninguna amenaza militar para Estados Unidos. Tras la afirmación de que "los asuntos migratorios de Cuba, México y Canadá son similares", se esconde uno de los peligros de la medida anunciada, pues la llamada Ley de Ajuste Cubano, en plena vigencia, causante de muchas muertes de inocentes, confirma la falsedad de la justificación empleada. ¿Si Cuba no representa una amenaza militar para Estados Unidos, por qué separarla del resto de los países de América Latina e incluirla en el área de responsabilidad de un nuevo comando unificado con misiones específicas para la lucha contra el terrorismo? |
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