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09/07/2002
Portada de hoy

Prevenible, pero no curable

SIDA, hoy

JOSÉ A. DE LA OSA

Un gran porcentaje de los jóvenes del mundo ignoran cómo se transmite el virus del Sida y cómo protegerse eficazmente del contagio.

Un sondeo desarrollado en sesenta países de distintos continentes, revela que un 50% de las personas entre 15 y 24 años tienen ideas equivocadas sobre las vías de transmisión del virus, de acuerdo con un informe que acaban de divulgar ONUSIDA, UNICEF y la Organización Mundial de la Salud.

Foto: FELICIA HONDALEste fenómeno resulta tanto más alarmante por cuanto es precisamente en la adolescencia cuando la mayoría de las personas comienzan su actividad sexual, y son 6 000 los adolescentes que se infectan cada día en el mundo con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).

Aunque en Cuba la situación epidemiológica no reviste la gravedad que presentan otros países, lo cierto es que en lo concerniente al SIDA, mientras no aparezca la tan ansiada vacuna y un tratamiento para su curación, ninguna persona podrá dar espaldas a esta verdadera pandemia, que amenaza hoy, incluso, con barrer pueblos y países enteros.

Sabemos que nuestra población conoce, prácticamente al dedillo, las tres únicas opciones existentes en la actualidad para evitar el contagio del VIH —abstención, fidelidad o empleo adecuado del preservativo—, pero como demuestran las estadísticas no siempre ponemos en práctica esos conocimientos.

Nuestro interlocutor es el doctor Manuel Santín, Director Nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública.

P.— Numerosos hombres y mujeres declaran que su comportamiento sexual ha cambiado en respuesta al SIDA. Sin embargo, muchos otros que están en riesgo todavía no se protegen ni protegen a su pareja. ¿Cómo lograrlo, doctor Santín?

MANUEL SANTÍN.—Es una pregunta clave. Es por ello que lo que más ocupa y preocupa a quienes establecen los programas nacionales de prevención del SIDA sea la búsqueda de vías adecuadas para que la información y el conocimiento se conviertan realmente en un cambio del comportamiento.

P.— ¿Cuáles son los fluidos corporales capaces de transmitir el virus del SIDA?

M.S.— Los únicos fluidos corporales que comprobadamente pueden transmitir el VIH son: la sangre, el semen, las secreciones vaginales y la leche materna.

P.— ¿Y las vías de transmisión más frecuentes?

M.S.— La que ocasiona la mayor parte de los casos es la sexual. También por transfusiones sanguíneas y jeringuillas compartidas entre adictos a drogas inyectables y de madre a hijo durante el embarazo, el parto o a través de la lactancia materna.

P.— ¿El contagio también puede llegar mediante el sexo oral?

M.S.— Sí. Con mucha frecuencia existen lesiones microscópicas en la mucosa oral que constituyen una puerta de entrada al virus presente en el semen o las secreciones vaginales de personas infectadas.

P.— ¿Y mediante un beso, o el sudor?

M.S.— No. No hay ningún estudio epidemiológico que lo demuestre, como tampoco existen evidencias de contagio a través de insectos, ni de alimentos, vajilla, platos, cubiertos, uso común de piscinas, servicios sanitarios, toallas, ropas de cama. Es posible convivir con personas seropositivas al VIH sin que representen riesgo alguno para quienes les rodeen.

P.— ¿Por qué el peligro de contagio es mayor en los hombres que tienen sexo con otros hombres?

M.S.— Fundamentalmente se debe a factores anatómicos. La escasa elasticidad, debilidad y abundante vascularización del tejido anorrectal propicia que ocurran lesiones que favorecen la entrada del virus.

P.— Una precisión: ¿son igualmente riesgosas para las parejas homosexuales el asumir una posición "activa" o "pasiva"?

M.S.— Biológicamente hablando te diría que el riesgo es mucho mayor para los "pasivos". Pero los estudios indican que el sistemático intercambio de roles hacen igualmente riesgosas estas relaciones para ambos miembros de la pareja.

P.— En relaciones homosexuales o heterosexuales, ¿el riesgo de contagio se elimina cuando se evita la eyaculación?

M.S.— No se elimina, pero disminuye.

P.— ¿Una sola relación bastaría para que se produzca el contagio?

M.S.— Sí. En investigaciones epidemiológicas realizadas también en nuestro medio, son muchos los seropositivos que se han infectado con el virus al tener una sola relación sexual con la pareja portadora del VIH.

P.— Se habla del empleo del condón, pero no de cómo usarlo. ¿Podría indicar el cómo?

M.S.— Se abre el paquete con cuidado de no rasgar el preservativo. No se desenrolla hasta que se vaya a poner; se descubre la cabeza del pene retirando la piel y se agarra el preservativo por la punta para evitar el atrapamiento de aire. Se coloca entonces sobre la cabeza del pene en erección y, sin soltar la punta del preservativo, se va desenrollando hasta que recubre la totalidad del pene. Luego de eyacular, se sujeta el aro del preservativo y se saca de él el pene antes de que cese la erección, sin dejar que gotee el semen, y se desecha.

P.— ¿Cómo darnos cuenta de que hemos sido contagiados por el VIH?

M.S.— En algunas personas, transcurridas pocas semanas después de adquirir la infección pueden aparecer: fiebre, síntomas generales como decaimiento, erupción en la piel, aumento de tamaño de los ganglios, diarreas y otros síntomas que, como se puede ver, son también frecuentes en varias enfermedades comunes en nuestro medio. Sin embargo, en la mayoría de los casos se produce el contagio y pueden transcurrir hasta 10 años sin que se presente manifestación alguna de la enfermedad. Ignoramos sencillamente que somos portadores y estamos en capacidad de transmitir la enfermedad.

P.— ¿Las pruebas diagnósticas son seguras en un ciento por ciento?

M.S.— Son altamente seguras y confiables. Los análisis de los anticuerpos del VIH tienen una sensibilidad y especificidad superior al 98%, lo que significa que en más del 98% de los infectados el resultado es positivo y más del 98% de los no infectados ofrecen resultados negativos.

P.— ¿A quién consultar y dónde realizarnos la prueba?

M.S.— En primera instancia recurrir al médico de la familia, ya que en toda la red de Policlínicos del país se puede indicar el examen y tomar muestras de sangre. La prueba se practica en los Centros de Higiene y Epidemiología del país y en hospitales provinciales y regionales. A los efectos de la certificación de la sangre, también se realiza en toda la red de Bancos de Sangre del país.

P.— ¿Cuántos virus del SIDA se han descubierto y cuál es el que circula en nuestro medio?

M.S.— Dos: el VIH-1 y el VIH-2. En nuestro medio circula el VIH-1.

P.— ¿Son igualmente agresivos?

M.S.— No, el VIH-1 es el más agresivo.

P.— Si ambos miembros de la pareja conocen que son positivos al VIH, ¿deben protegerse también durante sus relaciones sexuales?

M.S.— Sí, como existen diferentes tipos y subtipos de virus e incluso un mismo tipo difiere mucho de una persona a otra, cada relación sexual desprotegida equivale a una nueva infección, lo que expone al organismo a responder reiteradamente a tales agresiones, y se genera un progresivo desgaste del sistema de defensa. Ello se traduce en una evolución desfavorable de la enfermedad.

P. — ¿Podría usted definir concretamente a qué se llama sexo seguro?

M.S.— A las relaciones sexuales en las que predominan las caricias, los besos, los abrazos, sin que medie propiamente el contacto carnal. Por definición, es sexo sin penetración. Ahora bien, lo importante es promover el sexo protegido: una relación de pareja estable y donde predomine la fidelidad, o la utilización de barreras de protección (preservativos) cuando no estén presentes ni la fidelidad ni la estabilidad.

P.— Cuba en el universo del SIDA. ¿Cuál es la situación actual?

M.S.— Desde que se inició la epidemia en nuestro país se han infectado 4 165 personas. En la actualidad viven 3 098 personas con el VIH. De los 1 766 que han enfermado de SIDA, 1 002 han fallecido. El 78,8% del total de infectados son del sexo masculino y el 21,2% femenino.

P.— ¿Cuáles son las líneas educativas fundamentales que se realizan en el momento actual?

M.S.— Básicamente dirigidas a la educación sexual en las escuelas, con énfasis fundamental en la Secundaria y el Preuniversitario. Si educar es preparar para la vida, nuestro reto mayor es educar a las nuevas generaciones para que aprendan a vivir, preservándose, en un mundo donde crece a pasos agigantados este verdadero azote de la humanidad.

P.— El riesgo para la salud es un concepto intangible. Tendemos, por tanto, a sobrestimar el riesgo de los accidentes automovilísticos, aéreos, que son noticias de primera plana en el mundo, pero cuando hablamos de SIDA, pensamos: "Eso no puede sucederme a mí". ¿Estamos ciertamente en riesgo?

M.S.— Sí. Aunque Cuba es el país de más baja prevalencia del SIDA en el continente, son varios miles los cubanos que viven con el VIH. Habitamos, además, en un mundo cada vez más interrelacionado. En el momento actual, sin que exista aún cura para este verdadero azote de la humanidad, a todas luces lo más inteligente es cambiar nuestro comportamiento sexual ante la posibilidad del contagio, si aún no lo hemos hecho. Y ello depende de nuestra clara comprensión de este problema y de ser verdaderamente responsables con nuestra saludÁ ¡con nuestra vida! Las únicas alternativas están planteadas: abstención, fidelidad o empleo adecuado del preservativo.

¿Epidemia en cifras?... ¡No, en vidas!

  • Número de personas que viven con el VIH/SIDA:

En el mundo: 40 millones, de las cuales tres millones son niños menores de15 años y 37,1 millones de adultos de 15 a 49 años (de estos 18,5 millones son mujeres).

Por regiones (total adultos y niños): 
África subsahariana: 28 500 000.
África del Norte y Medio Oriente: 500 000. 
América Latina: 1 500 000.
Caribe: 420 000. 
América del Norte: 950 000. 
Europa occidental: 550 000.
Europa oriental y Asia central: 1 000 000.
Asia oriental y Pacífico: 1 000 000. 
Asia del sur y del sudeste: 5 600 000. 
Australia y Nueva Zelanda: 15 000.

  • Nuevas infecciones de VIH en el 2001:

Total en el mundo: Cinco millones, de los cuales 800 000 son niños menores de 15 años y 4,2 millones de adultos (de estos dos millones son mujeres).

Por regiones (total adultos y niños): 
África subsahariana: 3 500 000.
África del norte y Medio Oriente: 80 000. 
América Latina y el Caribe: 200 000. 
Asia y Pacífico: 1 000 000. 
Europa oriental y Asia central: 250 000. 
Además, 75 000 en los siguientes países: Estados Unidos, Europa occidental, Australia y Nueva Zelanda.

  • Muertes por SIDA en el 2001:

En el mundo: Tres millones, de los cuales 580 000 son niños menores de 15 años y 2 400 000 adultos (de estos 1,1 millón son mujeres).

Por regiones (total adultos y niños): 
África subsahariana: 2 200 000.
África del norte y Medio Oriente: 30 000. 
América Latina: 60 000.
Caribe: 40 000. 
América del Norte: unos 20 000 (de ellos, menos de 500 en Canadá). 
Europa occidental: 8 000. 
Europa oriental y Asia central: 23 000. 
Asia oriental y Pacífico: 35 000. 
Asia del sur y del sudeste: 400 000. 
Australia y Nueva Zelanda: menos de 100.

Huérfanos (de uno o de los dos padres): 14 millones.

(Fuente: Últimas estimaciones mundiales de la epidemia realizadas por ONUSIDA, 2 de julio 2002, en Internet.)

09/07/2002

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