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09/07/2002
Portada de hoy

Decepcionan los médicos de Miami, en 
El Salvador

KATIUSKA BLANCO

Del estetoscopio al video, titula El Diario de Hoy, un periódico salvadoreño de circulación nacional, un breve comentario que reseña casi fotográficamente la diferencia abismal entre la frivolidad de los médicos cubanos de Miami, y la profesionalidad de los médicos cubanos de la Revolución.

El contenido del artículo refiere que "pie en tierra, los esperados especialistas cubanos de Miami, hicieron su primera escala en el Hospital Bloom. Tras una protocolaria entrevista con el director de la Institución, pasaron a la Sala de Cuidados Intensivos, donde en nueve de las 16 camas, hay pacientes que tienen mucho que ver con su visita. Sin gabacha (bata médica), tampoco parecían hablar de la enfermedad. Un intensivista fue claro: "Conocen poco del tema".

"Los cubanos —ironiza el diario al referirse a los de Miami— cambiaron el estetoscopio, aparato del que el médico nunca se separa y con el que se ausculta al paciente, por una moderna cámara de video."

La publicación salvadoreña señala que ante el ridículo de aquella visita, los médicos salvadoreños más veteranos, recordaron la llegada de un miembro de la Brigada Médica Cubana que estuvo en El Salvador, en la lucha contra el dengue, en el año 2000: "Se colocó la gabacha (bata médica), rodeó su cuello con el estetoscopio y empezó a revisar los menores con dengue e intercambiar las experiencias con los profesionales salvadoreños".

No hace falta decir mucho más. La flamante ayuda proveniente de Miami para enfrentar la grave situación con la epidemia del dengue, que fuera solicitada, gestionada y prometida como la gran solución por el presidente Francisco Flores, apenas arribó al pequeño país centroamericano, ya casi estaba haciendo las maletas para la partida. Solo estuvieron allí tres días, en un viaje relámpago que nada podría aportar y en el que solo asintieron afirmativamente a las medidas adoptadas por el Ministerio de Salud Pública, gestión, por cierto, insuficiente —a pesar de los ingentes esfuerzos que hacen allí los médicos de ese país—, porque son múltiples los errores de la estrategia diseñada, en aspectos decisivos y definitorios como por ejemplo, aplicar solo la fumigación aérea sin acompañarla de la fumigación intradomiciliaria y de los tratamientos focales que eviten la proliferación de Aedes aegypti.

Evidentemente, la fugaz expedición médica de Miami, tuvo el signo de una gira turística, y solo dejó tras sí la definición clara de lo que son los llamados médicos de Miami. Si no se tratara de la vida de los niños salvadoreños, hijos de esta América nuestra, una situación así daría lugar a la risa, pero en realidad de todo ello queda una amarga experiencia para el pueblo de El Salvador, a quien el presidente Flores le ha negado el abrazo solidario de la Revolución Cubana, el rigor profesional, la experiencia, la humildad, la entrega y la humanidad de los médicos cubanos del Archipiélago.

Flores prefiere la bendición de Bush que la vida de los suyos. Dijo hace unos días: "Tenemos que aprender a vivir con dengue". Lo que Flores insinúa como alternativa no es otra cosa que aprender a morir con dengue.

Fragmentos del libro Campaña por la Esperanza, texto que recuenta el trabajo de la Brigada Médica Cubana, en la lucha contra el dengue en El Salvador, en el año 2000

"Casi diariamente moría un niño en El Salvador y el incremento de personas con la enfermedad parecía no detenerse. Así de impactante y dolorosa era la realidad en el país centroamericano, lugar donde una Brigada Médica Cubana debía desplegar todo su esfuerzo solidario. Controlar la epidemia de dengue era nuestra misión. Cumplirla parecía algo imposible, un desafío como una montaña.

"(...) Debíamos darlo todo por revertir aquella triste situación. Dicha convicción se hacía perceptible en los rostros. Darlo todo significaba la seguridad de resolver el problema aunque fuera necesario enfrentar riesgos para nuestra propia vida.

"Sería una lucha contra el tiempo. Mientras más transcurriera, serían más los enfermos, los muertos y el dolor. Se precisaban acciones para detener la epidemia y teníamos la máxima disposición de entregar al pueblo salvadoreño lo mejor de nosotros mismos para el logro de tales fines. Contábamos con la experiencia acumulada, la formación científico-técnica adquirida, y la vocación humana de hacer el bien.

"Aunque nadie nos dijo que era probable un encuentro con el Comandante en Jefe, todos esperábamos verlo, conversar con él. Efectivamente, ello ocurrió.

"Ante Fidel la misión se hizo minúscula. Solo el ejemplo personal que emana de él provoca un sentimiento que penetra en las entrañas y es capaz de dar toda la fuerza para sentir que no hay misión imposible de cumplir ni montaña demasiado grande.

"El Comandante Fidel definió la misión: resolver la epidemia del dengue.

"Salimos orgullosos por tener el honor de haber sido seleccionados para tan noble tarea, seguros de cumplirla. Después vino la despedida de las familias, siempre esclareciendo que no había tiempo prefijado para el regreso, el tiempo sería el necesario para el control de la epidemia."

El doctor Ramón Abella Linares, integrante de la Brigada Médica Cubana que permaneció en El Salvador 
por más de dos meses.
A partir de la ayuda brindada por los 37 trabajadores de la Salud enviados por Cuba no falleció ningún otro niño. En la foto, el doctor José Francisco Hernández.

Apuntes sobre el trabajo de la Brigada Médica Cubana en 
El Salvador:

  • Integrada por 37 trabajadores de la Salud cubana, quienes permanecieron en ese país dos meses y cinco días.

  • A partir de la ayuda brindada no falleció ningún otro niño en ese país.

  • Cumplieron la misión de controlar la epidemia.

  • Los principios con que trabajaron fueron: ser asignados a los lugares más difíciles y necesitados, trabajar juntos por la unidad, utilizar el método científico como herramienta de trabajo, e intercambiar conocimientos y experiencias.

  • Con su ayuda se movilizaron 50 731 personas para la búsqueda activa de pacientes sospechosos de dengue, 
    3 945 755 habitantes de El Salvador se beneficiaron de esta acción, que logró detectar 5 712 pacientes sospechosos de la enfermedad y 1 170 con dengue, quienes, al tener un diagnóstico temprano, recibieron tratamiento adecuado y sus vidas fueron salvadas.

  • Bajo su conducción se movilizaron 67 684 personas para la lucha directa contra el Aedes aegypti. De las casas visitadas 944 168 fueron positivas de criaderos de mosquitos, un 29,6%. Se fumigaron 2 287 899 viviendas, labor realizada por 27 720 personas, que recibieron la experiencia de la Brigada cubana.

09/07/2002

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