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Decepcionan los médicos de Miami, en
El Salvador
KATIUSKA BLANCO
Del estetoscopio al video,
titula El Diario de Hoy, un periódico salvadoreño de circulación
nacional, un breve comentario que reseña casi fotográficamente la
diferencia abismal entre la frivolidad de los médicos cubanos de Miami, y
la profesionalidad de los médicos cubanos de la Revolución.
El contenido del artículo
refiere que "pie en tierra, los esperados especialistas cubanos de
Miami, hicieron su primera escala en el Hospital Bloom. Tras una
protocolaria entrevista con el director de la Institución, pasaron a la
Sala de Cuidados Intensivos, donde en nueve de las 16 camas, hay pacientes
que tienen mucho que ver con su visita. Sin gabacha (bata médica),
tampoco parecían hablar de la enfermedad. Un intensivista fue claro:
"Conocen poco del tema".
"Los cubanos —ironiza
el diario al referirse a los de Miami— cambiaron el estetoscopio,
aparato del que el médico nunca se separa y con el que se ausculta al
paciente, por una moderna cámara de video."
La publicación salvadoreña
señala que ante el ridículo de aquella visita, los médicos
salvadoreños más veteranos, recordaron la llegada de un miembro de la
Brigada Médica Cubana que estuvo en El Salvador, en la lucha contra el
dengue, en el año 2000: "Se colocó la gabacha (bata médica),
rodeó su cuello con el estetoscopio y empezó a revisar los menores con
dengue e intercambiar las experiencias con los profesionales
salvadoreños".
No hace falta decir mucho
más. La flamante ayuda proveniente de Miami para enfrentar la grave
situación con la epidemia del dengue, que fuera solicitada, gestionada y
prometida como la gran solución por el presidente Francisco Flores,
apenas arribó al pequeño país centroamericano, ya casi estaba haciendo
las maletas para la partida. Solo estuvieron allí tres días, en un viaje
relámpago que nada podría aportar y en el que solo asintieron
afirmativamente a las medidas adoptadas por el Ministerio de Salud
Pública, gestión, por cierto, insuficiente —a pesar de los ingentes
esfuerzos que hacen allí los médicos de ese país—, porque son
múltiples los errores de la estrategia diseñada, en aspectos decisivos y
definitorios como por ejemplo, aplicar solo la fumigación aérea sin
acompañarla de la fumigación intradomiciliaria y de los tratamientos
focales que eviten la proliferación de Aedes aegypti.
Evidentemente, la fugaz
expedición médica de Miami, tuvo el signo de una gira turística, y solo
dejó tras sí la definición clara de lo que son los llamados médicos de
Miami. Si no se tratara de la vida de los niños salvadoreños, hijos de
esta América nuestra, una situación así daría lugar a la risa, pero en
realidad de todo ello queda una amarga experiencia para el pueblo de El
Salvador, a quien el presidente Flores le ha negado el abrazo solidario de
la Revolución Cubana, el rigor profesional, la experiencia, la humildad,
la entrega y la humanidad de los médicos cubanos del Archipiélago.
Flores prefiere la bendición
de Bush que la vida de los suyos. Dijo hace unos días: "Tenemos que
aprender a vivir con dengue". Lo que Flores insinúa como alternativa
no es otra cosa que aprender a morir con dengue.
Fragmentos del
libro Campaña por la Esperanza, texto que recuenta el trabajo de
la Brigada Médica Cubana, en la lucha contra el dengue en El
Salvador, en el año 2000
"Casi diariamente
moría un niño en El Salvador y el incremento de personas con la
enfermedad parecía no detenerse. Así de impactante y dolorosa
era la realidad en el país centroamericano, lugar donde una
Brigada Médica Cubana debía desplegar todo su esfuerzo
solidario. Controlar la epidemia de dengue era nuestra misión.
Cumplirla parecía algo imposible, un desafío como una montaña.
"(...) Debíamos
darlo todo por revertir aquella triste situación. Dicha
convicción se hacía perceptible en los rostros. Darlo todo
significaba la seguridad de resolver el problema aunque fuera
necesario enfrentar riesgos para nuestra propia vida.
"Sería una lucha
contra el tiempo. Mientras más transcurriera, serían más los
enfermos, los muertos y el dolor. Se precisaban acciones para
detener la epidemia y teníamos la máxima disposición de
entregar al pueblo salvadoreño lo mejor de nosotros mismos para
el logro de tales fines. Contábamos con la experiencia acumulada,
la formación científico-técnica adquirida, y la vocación
humana de hacer el bien.
"Aunque nadie nos
dijo que era probable un encuentro con el Comandante en Jefe,
todos esperábamos verlo, conversar con él. Efectivamente, ello
ocurrió.
"Ante Fidel la
misión se hizo minúscula. Solo el ejemplo personal que emana de
él provoca un sentimiento que penetra en las entrañas y es capaz
de dar toda la fuerza para sentir que no hay misión imposible de
cumplir ni montaña demasiado grande.
"El Comandante
Fidel definió la misión: resolver la epidemia del dengue.
"Salimos
orgullosos por tener el honor de haber sido seleccionados para tan
noble tarea, seguros de cumplirla. Después vino la despedida de
las familias, siempre esclareciendo que no había tiempo prefijado
para el regreso, el tiempo sería el necesario para el control de
la epidemia."
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El doctor Ramón Abella Linares, integrante de la Brigada Médica Cubana que permaneció en El Salvador
por más de dos meses. |
A partir de la ayuda brindada por los 37 trabajadores de la Salud enviados por Cuba no falleció ningún otro niño. En la foto, el doctor José Francisco Hernández. |
Apuntes sobre el
trabajo de la Brigada Médica Cubana en
El Salvador:
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Integrada por 37
trabajadores de la Salud cubana, quienes permanecieron en ese
país dos meses y cinco días.
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A partir de la
ayuda brindada no falleció ningún otro niño en ese país.
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Cumplieron la
misión de controlar la epidemia.
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Los principios con
que trabajaron fueron: ser asignados a los lugares más
difíciles y necesitados, trabajar juntos por la unidad,
utilizar el método científico como herramienta de trabajo, e
intercambiar conocimientos y experiencias.
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Con su ayuda se
movilizaron 50 731 personas para la búsqueda activa de
pacientes sospechosos de dengue,
3 945 755 habitantes de El Salvador se beneficiaron de esta
acción, que logró detectar 5 712 pacientes sospechosos de la
enfermedad y 1 170 con dengue, quienes, al tener un
diagnóstico temprano, recibieron tratamiento adecuado y sus
vidas fueron salvadas.
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Bajo su
conducción se movilizaron 67 684 personas para la lucha
directa contra el Aedes aegypti. De las casas visitadas 944
168 fueron positivas de criaderos de mosquitos, un 29,6%. Se
fumigaron 2 287 899 viviendas, labor realizada por 27 720
personas, que recibieron la experiencia de la Brigada cubana.
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