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![]() Mesa Redonda Informativa Bush en el banquillo de los acusados ¿Qué sabía el Presidente y cuándo lo supo?, se pregunta el pueblo norteamericano Arsenio Rodríguez Casi siete meses después del fatídico 11 de septiembre, sale a la luz pública internacional que por deficiente coordinación entre los organismos del gobierno norteamericano, no se pudo prever y evitar los atentados terroristas, por lo que ante esta tragedia ya no solo aparecen como culpables Osama bin Laden y Al Qaida, sino que comprometen hasta el propio presidente estadounidense, George W. Bush, quien pasa a ocupar su sitio en el banquillo de los acusados, entre otras altas autoridades de esa nación. El tema fue debatido en la Mesa Redonda Informativa de anoche, bajo la conducción de Randy Alonso, por un panel integrado por los periodistas Reinaldo Taladrid y Eduardo Dimas de la Televisión Cubana, Renato Recio y Lázaro Barrero, de Trabajadores, Rogelio Polanco, director de Juventud Rebelde, y Aixa Hevia, vicepresidenta de la UPEC. Fuertes críticas y dudas existen en la opinión pública norteamericana, que se pregunta si tales hechos pudieron ser evitados, ya que la propia Casa Blanca admite haber recibido información acerca de que posibles atentados eran inminentes, aunque no se tomaron medidas efectivas, lo que ha desatado un verdadero escándalo en los Estados Unidos. Lo que conocía realmente el gobierno previo a las acciones terroristas, lo que ha dicho el mandatario norteamericano sobre el asunto, y lo que dice la prensa sobre el inquilino de la Casa Blanca, fueron elementos comentados por los panelistas. Se recordó que un mes antes del ataque terrorista, Bush estaba en su rancho de vacaciones y hasta allí fueron los oficiales de inteligencia y sus principales asesores para imponerle de la gravedad de los hechos, reportan diferentes medios de comunicación. Bush niega tener responsabilidad, aunque un diario precisa en un gran titular Bush lo sabía, pues según los análisis de los medios de comunicación existía información sobre los posibles ataques, pero sobre todo, que no se tomó ninguna medida para evitarlos. Pero lo peor es que durante todo este tiempo las máximas autoridades gubernamentales norteamericanas negaban haber recibido informes de inteligencia sobre los posibles atentados y ahora, ante el escándalo, se trata de disminuir la responsabilidad de Bush por la no acción gubernamental. Lo que si quedó en evidencia en estos días es que el plan antiterrorista de los EE.UU. contra países extranjeros ya existía antes de los atentados del 11 de septiembre, por lo que la credibilidad del actual inquilino de la Casa Blanca se cuestiona cada vez más por los ciudadanos estadounidenses, convencidos de que sí recibió la advertencia, pero no la tomó en serio. Ahora se conoce que desde el 99 y mediante informes oficiales que organismos de inteligencia foráneos brindaron a la CIA y a otras instituciones norteamericanas especializadas, se sabía de planes terroristas para posibles ataques con aviones a edificios gubernamentales, pero el gobierno norteamericano no hizo nada. Incluso hubo un informe del FBI que señalaba como posible objetivo los edificios que finalmente fueron atacados. Estas y otras informaciones debieron ser jerarquizadas, cosa que aparentemente desestimó el gobierno norteamericano. Finalmente ya apareció el primer chivo expiatorio, el destituido Cofer Black, jefe de contraespionaje de la CIA, al considerarse que fue el responsable de la deficiente coordinación entre los organismos oficiales, aunque la asesora de seguridad nacional, Condoleezza Rice y otros altos funcionarios, incluyendo a Bush, sean los máximos responsables. Las instituciones de inteligencia presentan información, pero toca a los políticos la decisión de qué hacer, y son muchas las noticias que demuestran la irresponsabilidad de los principales personajes de la actual administración. La imagen del Comandante en Jefe norteamericano, cargo que corresponde al Presidente, está en entredicho, como señalara un diario francés, que como parte de la prensa internacional criticó fuertemente la actuación gubernamental que fue incapaz de evitar la masacre. Estas revelaciones han sido devastadoras para la popularidad de Bush, quien precisamente la había ganado en su llamada lucha contra el terrorismo, y no solo por parte de la oposición política, sino también de la población, en especial los familiares de las víctimas, que repudia la no actuación gubernamental. La situación es tal que se exige una investigación a fondo de todo lo relacionado con la acción terrorista, mientras que por otra parte surge la pregunta de qué sabía el Presidente y cuándo lo supo, lo que recuerda el escándalo de Watergate. Ya se niega la versión oficial acerca de los sucesos del 11 de septiembre y muchos especulan y se preguntan ¿a quién le convenía una catástrofe como esa?, lo que negaría la versión de una conspiración internacional que organizó y preparó los atentados, al igual que otras tesis que surgieron hace siete meses y vuelven a tomar fuerza en la actualidad, donde cuestionan el papel del propio gobierno en las acciones. Muchas son las preguntas que no tienen respuesta, aunque solo estamos en el comienzo de un escándalo que puede tener consecuencias impredecibles para el gobierno norteamericano. Lo que llama la atención es la negativa de ese mismo gobierno de hacer investigaciones, apelando a la unidad de todos los patriotas y en aras de esa unidad finalmente no se investigó, lo que ahora se repite, a pesar de las opiniones que exigen se aclare la situación. Sospechosamente, aparecen nuevamente haciendo declaraciones agresivas contra Osama bin Laden y el mulah Omar, junto a las amenazas de los supuestos estados terroristas, lo que permitiría al gobierno norteamericano justificar cualquier tipo de agresión a los países amenazados. Es en este marco de amenazas donde se anuncia para este 20 de mayo el discurso que pronunciará el Presidente norteamericano, rodeado de la mafia miamense y los terroristas de origen cubano que se pasean por esa ciudad, y en el que se plantearán nuevas medidas agresivas en contra de nuestro país, tal y como se ha adelantado. |
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