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![]() Rescate de máquinas inutilizadas Ingeniosos hombres ponen en servicio importante mandrinadora, después de "hacerla nueva" Alberto Núñez Betancourt ¡Unos 20 años!, desde el propio arribo a la Central Termoeléctrica del Este de La Habana (Santa Cruz del Norte) llevaba inutilizada la mandrinadora universal modelo 2620 B-1, de fabricación rusa, hasta que llegaron los ingeniosos hombres de la Unidad de Base Empresarial de Distribución y Servicios de Máquinas Herramientas de Ciudad de La Habana, DISEMAH.
Ellos no fueron los primeros en intentar repararla. Antes pasaron no pocos ingenieros y técnicos que de inmediato se confesaban asustados, no por el nombre de la máquina —que se las trae—, sino por lo engorroso que se presentaba poner el artefacto de alta. Cuando Jorge Almeida y José Izquierdo, especialistas en electrónica y mecánica, observaron la envergadura de la faena se miraron y dijeron al unísono: "esto hay que hacerlo nuevo". Aunque el arreglo les llevara un tiempo había llegado el momento de echar a andar esta valiosa maquinaria multipropósito por la posibilidad que ofrece de confeccionar un sinnúmero de piezas imprescindibles para el mantenimiento de la planta. La consecuencia de tal baja técnica motivó que durante todo este tiempo la Central Termoeléctrica del Este tuviera que pagar el servicio de fabricación de piezas a terceros —apuntan los entendidos—; era nuestro deber solucionar definitivamente el problema por muy complejo que fuera. Los técnicos acudieron al terreno y día tras día en más de dos meses cerraron filas con Raúl, Idilio, Marcelo, Gerardo, Miguel y Ovidio, directivos y técnicos de la CTE. Sumara, al frente de la asistencia técnica de esta entidad de DISEMAH, no escatimó esfuerzos en brindar los mejores servicios. La industria nacional es nuestra razón de ser, afirma. Todo hubo que tirarlo abajo, reponer piezas descontinuadas por el no uso y la corrosión que trae la cercanía de la planta al mar. Además, se hizo una reconversión eléctrica y electrónica, y a partir de una automatización se logró modernizar en buena medida un equipo viejo. Hoy se puede comprobar que con tal transformación los parámetros iniciales de fabricación del equipo mejoran de manera notable, asegura el ingeniero Jorge Luis de la Torre, director de la Unión Básica Eléctrica DISEMAH, de Ciudad de La Habana. El costo de la inversión anduvo por los 25 000 dólares, cifra racional si tomamos en cuenta que el precio de una máquina de este tipo en el mercado internacional ronda el cuarto de millón de dólares. Como una nueva era se presenta este tiempo para la Central Termoeléctrica del Este de La Habana. Ahora, con la mandrinadora en marcha, además de asumir todos los trabajos de reparación y mantenimiento, brinda servicios a instalaciones similares. Así, recientemente fabricó dos piezas para la CTE Antonio Guiteras, de Matanzas, planta que hoy día lleva a efecto una modernización de tecnologías para emplear el crudo nacional. "Sí, al ver el estado de la máquina sentimos respeto, pues era la primera vez que nos enfrentábamos a este modelo en específico. Pero entonces se impuso el respeto por el oficio, esa fuerza mayor que nos debe acompañar en cada labor". De no haberla rescatado su destino tarde o temprano era convertirse en chatarra, expresan satisfechos Jorge y José, al tiempo en que anuncian su trabajo actual: otro rescate, esta vez de una máquina rectificadora cilíndrica de la propia instalación que también suma muchos años sin explotación. |
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