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![]() Salas de televisión Trasnochar en Báez, ¿quién lo iba a pensar? A orillas de uno de los tantos ríos de aguas cristalinas de Baracoa, en una comunidad campesina, intrincada y bella, la gente vio de pronto que algunos de sus hábitos comenzaba a cambiar, para bien HAYDÉE LEÓN MOYA BARACOA, Guantánamo.—Jacinto Estévez Domínguez, un obrero agrícola que vive a orillas del río Báez, corriente fluvial que atraviesa de un lado a otro una intrincada y bella comunidad campesina con igual nombre, al pasar un día al pie de la colina donde a menudo más de un niño del barrio mostró su habilidad montado en una yagua loma abajo, vio que unos hombres no cesaban de dar pico y pala.
Cada día algo nuevo hallaba edificado al mirar hacia la cima de la loma, pero en su cotidiano andar apurado para llegar temprano al organopónico donde trabaja, no se detenía a preguntar qué construían. Hasta que no pudo aguantar más la curiosidad y fue allí a averiguar: Y qué, familia, ¿quién se muda para ahí?, preguntó a uno de los constructores. No, hermano, le contestaron, estamos construyendo el local para la sala de televisión. ¡Ah! Pero se quedó con dudas... ¿Televisión? ¿Con qué corriente, compay?, interrogó nuevamente Jacinto, esta vez sorprendido. Después él supo todo: de los paneles fotovoltaicos, del televisor grande y a color, del acceso gratuito, de las posibilidades de instrucción... Y como es, según sus propias palabras, un fanático al Noticiero de las 8, comprendió que había llegado el fin de sus caminatas de casi dos kilómetros, cada anochecer, para ir al barrio más cercano con corriente eléctrica a oír las noticias de Cuba y allende los mares. Han transcurrido más de cuatro meses de funcionamiento de la sala de televisión y Jacinto no solo es uno de sus más asiduos visitantes, sino fiel velador de los recursos puestos allí y cooperador incansable del orden y el cuidado del local y sus áreas exteriores, dice Eusmeldis Blanco Matos, el administrador. Para los más de 100 habitantes de esta comunidad del municipio guantanamero de Baracoa, esta nueva realidad de uno de los programas de la Revolución vinculados con la Batalla de Ideas, hasta ha cambiado algunos hábitos de los lugareños. Jacinto lo explica muy cubanamente: Aquí siempre ocurría que cuando las gallinas subían al palo a dormir, la gente también cogía cama temprano, ¡y a nacer muchachos en Báez! En realidad había poca cosa que hacer por la noche... Ahora como casi todos aquí trabajamos mucho por el día, y la mayoría de los que no tenían empleo se ha incorporado gracias, en buena medida, a que hasta acá se ha extendido bastante el cultivo de vegetales y hortalizas en huertos y organopónicos, con sistemas de riego y todo, y hay que dedicarles bastante tiempo y atención porque son muy exigentes, ya a eso de las 5 y pico la gente va subiendo para la sala de televisión. ¡Y hay que ver cómo el "parqueo" se llena de caballos de los que vienen de más lejito a ver las Mesas Redondas todos los días, el NTV y los sábados las Tribunas! También el episodio, la novela y otros programas. Casi todos nos vamos tarde, nos estamos adaptando ya a trasnochar, pero no tanto para no afectar el trabajo; a veces algunos no comprenden algunas cosas de las noticias y los que mejor preparados están, los maestros y profesores de la zona, por ejemplo, les explican, pregúntele si quiere al profe Eudis, tiene ahora, además de su trabajo en la escuela, tremenda tareíta. Efectivamente, Eudis Blanco, un lugareño licenciado en Historia que labora como profesor en el internado de secundaria básica de Cayogüín, en las proximidades de Báez, dedica una buena parte de su tiempo a ayudar fundamentalmente a comprender temas tratados en los espacios televisivos, lo cual incluye como obligación en sus labores cotidianas. Y la gente se lo agradece mucho. Aunque ahora al pasar Jacinto no ve sobre esa colina la imagen campesina de la muchachada del barrio, mira con infinito agradecimiento la nueva estampa, y con cierto asombro aún, exclama: La gente aquí trasnochando, ¿quién lo iba a pensar? La experiencia, me asegura el hombre de esta historia, al tiempo que constituye una importante vía de instrucción va cambiando, para bien, algunos de los hábitos de esta comunidad campesina a orillas del río Báez. |
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