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![]() Aniversario 107 del desembarco de Maceo En Duaba se encendió la llama independentista HAYDÉE LEÓN MOYA
En las cercanías de la playa de Duaba se escucha un grito encendido de patriotismo: ¡Viva Cuba libre! ¡Ha llegado el General Antonio! Es la voz del Coronel Félix Ruenes Aguirre dando la alentadora noticia del arribo por esa playa el 1ro. de abril de 1895, del Lugarteniente General Antonio Maceo Grajales, su hermano José, Flor Crombet y otros patriotas. Eran sólo 23 hombres, 11 fusiles, machetes y revólveres y escasísimo parque, que casi entero se perdió al naufragar la goleta Honor, durante el trayecto desde la Isla Fortuna. Pero fue suficiente para encender en Oriente la llama libertaria, que languidecía entonces por la ausencia de los líderes independentistas más reconocidos. Al mando de más de 50 hombres el baracoense Ruenes inició el levantamiento en apoyo a la expedición por orden de José Martì. Los mandos españoles en la Isla, entonces, mostraron grandes preocupaciones políticas y militares por los días del desembarco. Y cuando supieron de la primera victoria mambisa en Alto del Pino, donde los peninsulares se retiran precipitadamente tras sufrir bajas en su tropa, el Comandante General de Oriente, José Lachambre Domínguez, le reprocha al jefe militar español de Baracoa: "Pero se trataba de la cabeza y el tronco que unidos, se presentaban a su alcance y con su exterminio no sólo hubièrase dado fin al movimiento, sino que se hubiera asegurado la paz en esta Isla". Aquella expedición, con su enorme pobreza de pertrechos, pero con una sorprendente y extraordinaria carga humana, dejó para siempre una huella en todos los cubanos, especialmente en los habitantes de esa zona, quienes además de reeditar el desembarco con jóvenes destacados de la localidad, realizan una hermosa peregrinación hasta ese sitio sagrado, la cual constituye bella tradición desde hace casi un siglo, pues la primera, con carácter popular se efectuó en 1903. En esa fecha, veteranos del lugar reunidos en el centro que los agrupaba en la céntrica calle Martì, en la ciudad de Baracoa, acuerdan que a partir de entonces se celebre la efemérides considerada el acontecimiento más importante del lugar. En 1904 se sitúa una tarja en el sitio real del desembarco, a unos 100 metros de la desembocadura del río Duaba, en la playa del mismo nombre, y hasta donde se desfilaba a caballo bajo los acordes de la banda municipal de conciertos. Ya en 1924 veteranos de otras partes del país acudían al lugar donde situaron una tarja conmemorativa. Cinco años después en un punto más cercano a la ciudad, y con el objetivo de facilitar la peregrinación a pie, se inaugura un nuevo obelisco con el apoyo, en colecta popular, de todos los veteranos del país. Hasta ese monumento, al que se le agregó una estrella en el centenario del suceso, se desfila cada primero de abril, como muestra de la impronta dejada por aquella expedición en el orgullo patriótico de los lugareños. |
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