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![]() Crear para los niños y motivarlos Ramón Barreras Ferrán CIENFUEGOS.— En un encuentro de generaciones, en el que se mezclaron las sabias voces de muchas personas llenas de encanto que aman y componen para los niños, el concepto de crear para ellos y motivarlos fue el eje central y por tanto, el hilo conductor de cuanto se expuso en los Jardines de la UNEAC de esta ciudad, como parte de la Fiesta por la Ternura, homenaje promovido por la editorial musical Andante y la Dirección Provincial de Cultura. De la savia de Lourdes Hernández, Irma Serrano y Lourdes Díaz Canto, por solo mencionar dos nombres que se inscriben con letras doradas en el espectro creativo para los infantes desde los primeros años del triunfo revolucionario, se conoció con amplitud. Los muchos esfuerzos que realizaron para mantener vivo el quehacer musical para ese importante segmento receptor fueron expuestos con sencillez y modestia, características que siempre han estado presentes en la obra de ellas y de muchas otras personas de esta y otras regiones del país. La continuidad está marcada, según definieron, por un amplio conjunto de creaciones que van de un lado a otro de la Isla y se concretan ahora, cada año, en las ediciones del Festival Cantándole al Sol. El encuentro fue amplio y rico y mereció, a mi modo de ver, mayor atención por quienes tienen que ver de un modo u otro con los destinos de tan valioso trabajo de creación. Proyectos tan novedosos como el Kikiricantos, conducido por María Elvira Carmenate y José Fernández, en un barrio periférico del poblado de Torrientes, en el municipio matancero de Jagüey Grande, evidenciaron cuánto hay, ciertamente, de ternura en el alma de estos creadores y conductores de buenos destinos. Sobre sus características y resultados particulares trataremos posteriormente en esta página. Puede mencionarse también el de Los Cascabelitos, en el capitalino Arroyo Naranjo, El Colibrí, para niños con problemas visuales en Sancti Spíritus, o simplemente el que conducen dos jóvenes trabajadores de la Fábrica de Muebles Clínicos de Caibarién, devenidos promotores culturales, y al que están vinculados los hijos de los obreros de ese centro. En todos está la intención expresa de crear para y con los niños, motivarlos y hacerlos verdaderamente felices. Valga la iniciativa que bien vale repetirse el próximo año, con mayor amplitud y diversidad. |
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