Premio Casa 2002 en Poesía

Para sumergirme más en mis aguas

SONIA SÁNCHEZ

No anhela una ciudad cosmopolita para alcanzar cimas literarias. La realidad lo ha demostrado. El verdor de su natal Remedios, las tranquilas calles testigos de sus pequeños secretos y los amigos de siempre, acompañan a Luis Manuel Pérez Boitel en el universo poético que habita desde su más temprana adolescencia.

"Me nutro de la paz de un municipio donde a veces muchas personas se debaten o crean un estado de neurosis, pero a mí me parece muy agradable para la creación, un lugar en el que se puede tener tanta experiencia como en cualquier otro", reflexiona el ganador del Premio Casa de las Américas 2002 en el género de poesía.

Galardón sobre el cual confesó: Yo todavía no me lo creo.

De hablar fluido, mirada franca y alegre, y a pesar de sus 32 años con la apariencia del niño que muchos llevamos dentro, tuvo sus inicios en talleres literarios municipales, aunque a partir de 1996 se dedicó de lleno a inventarse poemas. "Yo me hice poeta por decantación y eso lo sigo diciendo porque en la medida en que fui depurando cosas en mi vida asumí la poesía como necesidad para la vida, la cultura, el encuentro conmigo mismo, y a fin de ir en contra de esa corriente eraclitiana que dice: nadie se puede bañar en las aguas de un mismo río. En esencia, para sumergirme más en mis aguas".

Abogado de una consultoría jurídica local, asegura que su profesión —aparentemente fría— no se contradice con la poética como género literario.

"Al final la abogacía como ciencia humanística me da la cultura requerida para situar al hombre y la poesía necesita también situarlo en un espacio, un tiempo, en una dimensión. Más que lucha entre ellas me parece dualidad muy grata, me place aun cuando estoy más atado, y me imprime más deseos de seguir existiendo en ese mundo creativo".

¿Sentimientos y proyecciones futuras?

Seguir escribiendo, leyendo, en ese pueblito donde existo. Trabajar, vivir y amar todo lo posible.