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![]() Esta lucha contra la globalización....(V Parte) ¿Qué quedará en manos de nuestros pueblos?, porque no vamos a ser ni anexionados, o, en todo caso, seremos anexionados como fue anexionada la población afronorteamericana, que casi un siglo después de la famosa Declaración de Independencia todavía era esclava, y que casi un siglo, o prácticamente un siglo después de la abolición de la esclavitud, que costó una sangrienta guerra, tuvieron que morir Luther King, Malcom X y otros muchos afronorteamericanos para que se disminuyera una discriminación que no ha desaparecido todavía. Nosotros realmente también somos discriminados, cualquiera que sea nuestro color, porque somos países de habla hispana: muy útiles para barrer calles, muy útiles para recoger de todo allí viviendo muchas veces en la ilegalidad, condenados a estar separados de los familiares, porque allí no hay solución, allí no hay Ley de Ajuste, ni queremos que haya, porque es una ley asesina; pero si hubieran establecido una ley como esa para México, Centroamérica y demás países, hoy los mexicanos y latinoamericanos serían más que los norteamericanos de origen europeo. Libertad de movimientos de capitales, libertad de movimiento de mercancía; mas no libertad de movimiento de trabajadores. Todo será absorbido, y el peligro mayor es que no haya suficiente conciencia. Cuando se reunieron aquí para discutir el ALCA, o se reunieron los del Foro de Sao Paulo, todos los participantes tenían ideas muy claras acerca de los problemas fundamentales, comprenden perfectamente bien el problema, y nosotros los exhortamos: hay que trasmitir ideas, hay que trasmitir mensajes, hay que promover las conciencias, porque le dicen que es maravilloso, y se lo dicen por radio y por televisión, por todos los medios y los llevan luego a unas elecciones. Nosotros hemos planteado el plebiscito, pero no el año que viene, el plebiscito en 2004, antes de la aprobación del ALCA. Valdría la pena aprovechar las actuales lecciones para formar esa conciencia, porque son capaces, con su demagogia y sus medios masivos, explotando la incultura y el desconocimiento de los ciudadanos de este hemisferio, de hacerlos votar por la anexión creyendo que es una cosa buenísima, porque nadie les ha explicado nunca qué es el Fondo Monetario, qué procedimientos existen. Lo único que les dicen es: "Es bueno para la inversión privada, hay que estar de rodillas pidiendo inversión privada." Nosotros no hacemos eso, ni regalamos nada. Nosotros, donde tenemos un capital nuestro para comprar una máquina que se amortiza en un año, no vamos a estar regalando esos beneficios, buscamos el millón y lo invertimos. ¡Ah!, si hace falta tecnología como para perforar en las profundidades del mar, no nos ponemos a soñar, ni a esperar; entonces, conociendo bien cuál es la experiencia internacional, hacemos contratos, creamos empresas mixtas. La mayor parte de los hoteles de nuestro país son cubanos, y construidos con capital cubano, con piel cubana, porque hemos resistido con la conciencia, con el espíritu de sacrificio y con nuestra piel. Tienen nombres ilustres de empresas que no han puesto un centavo; pero nos conviene. Suscribimos un contrato de servicio, ya que aportan los mercados. Al fin y al cabo, nosotros calculamos dónde están las ventajas o los inconvenientes de una inversión privada. Hay quienes no desean hacer empresas mixtas, desean poseer el ciento por ciento de la misma. Se han dado muy pocos casos, pero podría accederse a ello si se trata de una tecnología determinada para elaborar un producto que costaría menos divisas producirlo aquí en una empresa ciento por ciento extranjera, que importándolo. No perdemos el sueño por eso, rige el principio de los intereses del país por encima de todo; rige el principio de lo que convenga al país, calculado de forma rigurosa. La nación no pierde el control de su economía, ni los objetivos sociales de su desarrollo. No es tan bueno el neoliberalismo, ya que no ha podido revaluar ninguna moneda de algún país del Tercer Mundo. Después de esta triste etapa —triste, pero gloriosa, que nos enseñó mucho— del período especial, en el año 1994, nuestro peso se había devaluado hasta 150 pesos por 1 dólar, y en cinco años habíamos revaluado nuestro peso de 150 a 20 por dólar. Los desafiamos a que busquen uno que haya podido hacer eso una sola vez, al menos uno, revaluar siete veces el valor de su moneda. Ahora se nos ha devaluado un poquitico cuando empezaron a caer las bombas sobre Afganistán, por algún efecto psicológico. El peso estaba a 22 por dólar en ese momento; mucha gente comenzó a comprar dólares con la moneda nacional en nuestras casas de cambio. Ha estado a 19, a 20; realmente a nosotros no nos convendría revaluarlo más, sino mantenerlo en un nivel alrededor de 20. El dólar estaba a 22 el 11 de septiembre y el peso comenzó a devaluarse; se resolvió incrementando en cuatro puntos el costo del dólar. Se paró la tendencia, porque siempre hubo mayor demanda de pesos, ya que muchas cosas solo se pueden adquirir con esa moneda. Además, los pesos tienen un interés superior en los depósitos a mediano plazo, un 50% más, digamos. Sí, un 50% más que nuestro peso convertible; porque nosotros tenemos un peso convertible, pero no es como el de Argentina, ese no puede escapar, únicamente que le salieran alas y volara como una mariposa ayudada por los vientos y llegara a la Florida. Los vientos alisios suelen venir a la inversa; pero a veces vienen vientos del Sur y puede que un dólar se escape y llegue a Cayo Maratón, o a Cayo Hueso; pero únicamente volando podría escapar. Hay la otra moneda, que es la moneda extranjera; no solo dólar, suele decirse dólar porque no hay otra manera de medir una moneda que usando el dólar. Si usa lira enloquece, si usa yen enloquece, se complican las cuentas incluso si calcula en moneda canadiense, porque están a 61% o al 65%. No nos queda más remedio que calcular en dólares, por una cuestión práctica, para ahorrar cálculos y ahorrar la electricidad de las computadoras. En nuestra política monetaria no conocemos esas tragedias de las cuales ustedes hablan: que si la tasa de interés, que si el Fondo prometió tanto y no dio, que si la moneda se devaluó. ¿Cuál no se devalúa? ¿Cuál está segura? Claro está que en teoría sabemos perfectamente bien que sería mejor una moneda común en América Latina, pero estamos muy lejos de las condiciones necesarias para resolver el problema con una moneda única. Con que se salve, con que no cambien el uso de sus monedas por el dólar, con que no se fugue el dinero... Y no sé cómo dejará de fugarse, o cómo puede dejar de fugarse, y cómo evitar que se devalúe. Esa es la situación real, los problemas son mucho más serios y mucho más complejos. Aquí se han dicho cosas interesantes, entre ellas las expresadas por el propio Premio Nobel del año 2001, el profesor Stiglitz. No somos teóricos de la economía, pero la lucha nos ha obligado a observar mucho de lo que ocurre con ella. Hemos escuchado excelentes exposiciones. El profesor Stiglitz fue relativamente cauteloso aquí —siempre en la capital cubana hay que tener mucho cuidado con lo que se dice—, pero ha escrito excelentes artículos, algunos de los cuales conocemos: su famoso Prólogo a la obra de Polanyi, el economista que defendió otras concepciones cuando lo de Bretton Woods. Hay que ver las cosas que dice, las críticas que hace a las concepciones del Fondo Monetario, con qué claridad lo culpa de la tragedia que están viviendo numerosos países. Tiene otro artículo que se titula "Lo que aprendí con la crisis del sudeste asiático", y con él va llevando, país por país, los distintos criterios, las distintas concepciones de los que eran partidarios de aliviar la situación de los países que caían en crisis y, sobre todo, cómo y por qué cayeron. También explica que todos se desarrollaron sobre la base de fuertes medidas de protección. Los obligaron a cambiar esa línea, los llevaron a la liberalización total y se quedaron sin divisas, se quedaron sin reservas frente a los golpes especulativos. Hubo un irreverente que se llama Mahatir que buscó otra fórmula, los desafió; pero conservó recursos, se protegió mejor de la situación crítica; otros lo perdieron todo, y sirvió para que muchas transnacionales norteamericanas compraran a precios de ganga, puede decirse, las industrias en muchos de esos países, aparte de la locura que con esa vehemencia aplican, relativas al libre movimiento, la liberación total del intercambio, liberación total de movimiento de los capitales; es decir, desregularización plena —como les llaman ustedes. ¿Dónde está el porvenir de esos países? ¿Hubo acaso un mínimo de programa? No estaría planteando un GOSPLAN mundial. Me atrevo y digo que pudo haber tenido lugar, antes de que aprendieran a hacer las cosas bien, realmente, con otra concepción. Y lo digo con la moral de haber conocido lo que nuestro pueblo ha hecho en 43 años. Es que ni siquiera existe un mínimo de coordinación, ponen a todos los países a producir chips para Internet, o para la televisión, y alcanzan precios de hasta un dólar y en cualquier exceso de producción se reducen a cinco centavos, o ponen a todos a producir televisores, refrigeradores o cachibaches domésticos, como les decimos nosotros en lenguaje vulgar. Con la tecnología tienen capacidad de producir cifras ilimitadas, solo que no hay poder adquisitivo para comprar todo lo que son capaces de producir esas industrias. Para colmo, ponen a producir automóviles en Tailandia, o en Indonesia, y de lujo, una especie de Mercedes Benz, cuando la mitad de la producción de automóviles japoneses estaba parada. Entonces, mientras más tecnología desarrollen, más productividad del trabajo, menos fuente de empleo, más desempleados por tanto, y más crisis. Eso no es nada. Yo quisiera, ahora que China ingresó en la OMC, ver quién le gana a los chinos produciendo todas esas cosas. Por lo pronto, hemos salido ganando muchísimo. A nosotros no se nos ocurriría poner una fábrica de tubos de pantalla; pero hemos comprado un millón de televisores chinos. La televisión para nosotros es un instrumento de educación, de cultura, ¡ni se sabe lo que se puede hacer! Estamos enseñando masivamente idiomas en programas que llamamos de Universidad para Todos, y con qué resultados. Esta misma semana o la próxima semana comienzan los repasos. Como el ingreso al nivel superior universitario es de acuerdo con expedientes, etcétera, hemos establecido un programa de repaso de las asignaturas fundamentales que determinan el ingreso y que antes solo las familias que tenían mayor nivel cultural, un poco más de recursos, podían buscar repasadores para sus hijos, porque todas las familias, lógicamente, quieren que sus hijos ingresen. He dicho que nos avergonzamos de lo que hemos hecho, porque descubrimos un día que no todos los niños que nacían en este país tenían exactamente las mismas posibilidades. Indagando y profundizando en estos temas relacionados con la justicia, hemos descubierto, después de tantos años de lucha revolucionaria y de haber hecho, posiblemente, diez veces más en lo social que lo que haya hecho cualquier otro país de América Latina, les dije a los participantes en un congreso latinoamericano de periodistas, que sentíamos vergüenza de lo que hemos hecho, al pensar las cosas que se podían hacer, que por ignorancia no habíamos hecho y hoy estamos haciendo. Son más de 70 programas de desarrollo social. Uno de ellos es Universidad para Todos, no es una bobería; otro es, en enseñanza primaria, alcanzar 20 alumnos por maestro, y no es el ideal todavía. En la Ciudad de La Habana, en dos años, vamos a reducir, ya en septiembre, de 37 alumnos promedio a un máximo de 20. Hemos llevado los programas por televisión a las 1 944 escuelas que no los tenían porque carecían de electricidad, eso lo resolvimos mediante un panel solar, y ahora están montando, dentro de algunas semanas terminan, otro panel solar para la computación. No queda sin ese programa una sola de las 1 944 escuelas, de las cuales 21 tienen solo un alumno, y ese alumno tiene ya un licenciado en enseñanza primaria —vive en un lugar lejano, a lo mejor hijo de un guardabosques—, un panel solar con un televisor, de los chinos —que gastan 60 watts, son muy económicos, y de excelente imagen—, y ahora la computadora con la que el licenciado, que recibió un curso para enseñarla en primaria —tenía la metodología pedagógica y recibió un curso de 174 horas—, ya puede enseñar el programa de computación que le corresponde a ese niño; sigue, además, estudiando, y mejora su ingreso. Los profesores de computación de las escuelas primarias de Ciudad de la Habana, como siempre en la capital todo es más difícil, están recibiendo 800 horas de clase; no son maestros, porque teníamos escasez de estos, sino jóvenes de 11 grados procedentes de los institutos preuniversitarios pedagógicos. En este momento tenemos casi 600 salas de video, con televisores de 29 pulgadas y panel solar, en 600 pueblitos o aldeas que no tienen electricidad. Estamos llevando así el acceso a la televisión a todos los ciudadanos del país, que van y se comportan con una disciplina admirable. Allí no se va a tomar ron, y es todo un acontecimiento cuando llegan los programas. Serán 700 en esta primera parte y faltan otros 700 aproximadamente. A fines de este año habrá, en todos los pueblitos, casi 1 500; con 15 viviendas o más, contarán con estas salas que ellos construyen con muy pocos recursos. ¿Cuánto nos costó llevar los paneles solares a las 1 944 escuelas que no alcanzaban la red eléctrica? ¿Qué era lo más económico? El panel solar. Total de paneles solares, 1 944; costo, 2 200 000 dólares, eso se lo llevan alguna gente en un día, digamos, o en una semana, ¿Dos millones doscientos mil dólares es mucho dinero? Poner la computadora en esos mismos lugares es un poquitico más caro, resolver la electricidad, porque algunos, si tienen más de 40 alumnos, necesitan más de un kilowatt diario, entonces tienen que poner un panel doble que les cuesta 1 900 dólares. En ese programa se gastará alrededor de 2 millones y medio de dólares. Entonces, podemos decir: Todos los niños del país, desde 5 años de edad, tienen acceso a los programas de televisión, que es un medio audiovisual excelente, sobre todo si tiene además un maestro, porque no vienen los medios audiovisuales a cancelar el puesto de trabajo del maestro. Hay algunas asignaturas en que estamos escasos, como el inglés o alguna otra, en que hay que buscar alguien allí que ayude; pero ofrecemos esos programas por televisión. Ya tenemos un tercer canal de televisión que abarca un tercio de la población, solo para la educación. Lo que hemos hecho ha sido con los dos canales nacionales, los que aportan seis horas diarias cada uno, y los domingos dos horas uno y dos horas el otro. Se utiliza ese tiempo bien para distintos seminarios, puede ser de pintura, puede ser de danza, puede ser de técnicas narrativas y otras materias. Es decir, conocimientos bastante sofisticados están poniéndose al alcance de la población. |
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