En el Caribe crece la conciencia sobre la
necesidad de integración ante los desafíos de la globalización, como
pudo apreciar en una visita a Belice, concluida el viernes, según afirmó
el presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón.
En entrevista con Prensa Latina, Alarcón
puntualizó que esas posiciones quedaron muy claras en los discursos de
los primeros ministros de Belice, Said Musa, y de San Vicente y las
Granadinas, Ralph Gonsalves, oradores en los festejos por el XX
aniversario de la Independencia beliceña.
Los dos líderes políticos —agregó—
coincidieron en los aspectos negativos para la Humanidad y el Tercer Mundo
que tiene la globalización neoliberal y también en el concepto de que la
respuesta necesaria es la integración, la cooperación y la acción
conjunta para imponer un tipo de globalización diferente.
En esta etapa de grandes desafíos para el
desarrollo de las naciones pequeñas, puntualizó Alarcón, estoy seguro
de que nuestras relaciones irán en ascenso constante porque hay una
conciencia más afilada del Caribe sobre los peligros de ese proceso.
Es nuestra región natural, nuestro ámbito
más cercano y en los últimos tiempos se ha avanzado mucho en la
vinculación e integración económica y comercial, aparte de otras formas
de cooperación, añadió.
Precisó que junto a lo económico y la
salud se abren espacios para la cooperación en el ámbito de la cultura y
la educación, una de cuyas manifestaciones es el estudio y la difusión
de los respectivos idiomas, el español y el inglés.
Creo —agregó— que hay una voluntad
común de todos los países del Caribe a favor de la integración y todos
la conciben con Cuba dentro, pues es una región que nunca nos discriminó
y las relaciones con cada uno de esos países nació junto con su
independencia.
El Presidente del Parlamento cubano
recordó que ninguno de esos Estados aceptó nunca las políticas
anticubanas impuestas en la Organización de Estados Americanos (OEA)
cuando toda América Latina se plegó, con excepción de México.
Remarcó que, incluso, cuando los primeros
cuatro países caribeños accedieron a la independencia en 1962
establecieron como condición para entrar a la OEA que mantendrían
relaciones con Cuba, abogaron en el marco interamericano por poner fin a
las llamadas sanciones y sostuvieron nuestro derecho de pertenencia a la
familia caribeña.
Al abordar los vínculos con Belice, a
donde acudió como invitado especial a los festejos por la independencia
este 21 de septiembre, precisó que a partir de la consigna de esos actos,
"Recordando nuestras luchas y celebrando nuestra Victoria",
rememoró la participación de Cuba y los países de la región en este
caso.
Fue realmente —dijo— un momento muy
importante de la solidaridad, una larga batalla diplomática en la que
Cuba, como recordó el primer ministro Musa, fue el primer Estado en
reconocer el derecho de Belice a la independencia, respaldada por las
únicas naciones independientes del área en los años 60: Trinidad y
Tobago, Jamaica, Barbados y Guyana.
Alarcón, quien en ese momento jugo un
papel importante como embajador ante la ONU, puntualizó que desde
entonces se mantienen vínculos muy fraternos, expresados en el hecho de
que en esta ocasión la delegación cubana fue una de las tres extranjeras
en los festejos, junto a las de San Vicente y la Comunidad del Caribe
(CARICOM).
Además —dijo— ha sido apenas un día,
pero recibimos testimonios de mucha amistad de las autoridades y la
sociedad beliceña en general que confirman cómo se han ido desarrollando
y profundizando las relaciones bilaterales.
En ese aspecto puso de relieve que durante
la visita pudo reunirse con casi 200 especialistas cubanos que brindan sus
servicios en prácticamente todos los rincones de Belice y al pasar
revista con el Gobierno sobre la marcha de esa colaboración fue
calificada por las dos partes de exitososa y fructífera, con perspectivas
de continuar ampliándose.
Durante las poco más de 24 horas que
permaneció en Belice, Alarcón se entrevistó con el primer ministro Said
Musa y George Price, considerado "El Padre de la Patria",
quienes agradecieron el respaldo cubano a la independencia y ratificaron
la decisión de mantener la cooperación.
Valoraciones similares expresó Dean Barrow,
líder de la oposición del pequeño Estado caribeño y centroamericano
con algo menos de 23 mil kilómetros cuadrados y apenas 250 mil
habitantes, único país anglófono de Centroamérica.
(PL)