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 ¡Qué comience la función!
En las dieciséis locaciones que mostraron el repertorio del primer día, los directores de los colectivos participantes dieron lectura al mensaje de salutación del presidente de honor del Comité Organizador, Roberto Blanco. El propio teatrista lo hizo personalmente en el Teatro Mella, donde tuvo la responsabilidad de la puesta en escena de El perro del hortelano, de Lope de Vega. Sumamente concurrida resultó la Plaza de la Catedral, colmada por un auditorio que presenció el pantagruélico derroche escenográfico de El vuelo del quetzal, proyecto conjunto del cienaguero Korimakao, regido por Manuel Porto, y un grupo de teatristas franceses encabezados por el dramaturgo y director Serge Sandor: una especie de nueva visión de los vencidos, con parlamentos altisonantes, de pretensiones proféticas y un toque paródico de corte grotesco. Diecisiete compañías de 12 países podrán verse en los escenarios habaneros hasta el domingo 30, además de una nutrida, pero selecta representación nacional.
(P. de la H.) |
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La respuesta afirmativa de un público ávido por disfrutar las más variadas opciones escénicas fue el rasgo distintivo de la jornada que puso en marcha el X Festival de Teatro de La Habana.
