 Mesa Redonda Internacional Dramática lucha por el pan de cada día Alberto Núñez Betancourt Por estos días se discute en La Habana sobre la seguridad alimentaria, ese elemental derecho humano del cual carecen en el mundo más de 800 millones de personas.
Delegados participantes en el Foro Mundial sobre Soberanía Alimentaria asistieron ayer a la Mesa Redonda Internacional dedicada al derecho de los pueblos a la alimentación. Ellos desde sus abundantes vivencias expusieron la penosa realidad que en materia alimentaria sufren los terrícolas.
CLAMOR POR UNA ALIMENTACION BASICA Michael Windfuhr, de Alemania, partió de lo planteado en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, que entre sus postulados, por supuesto, incluye el acceso de las personas a disponer de alimentos básicos, y la responsabilidad propia de los estados de proteger y garantizar esos recursos.
La situación en tal sentido es muy precaria, señaló el ponente, quien además explicó que las políticas imperantes destruyen la supervivencia de los pequeños productores.
Indicó que la Organización Mundial del Comercio ofrece la oportunidad a los países industrializados de subvencionar sus producciones agrícolas, pero que ese derecho no existe para las naciones del sur. En tal sentido, afirmó que en el centro del debate está la necesidad de asegurar la soberanía alimentaria, para lo cual se impone un cambio en el injusto orden internacional.
La representante de la Fundación Internacional para el Progreso Rural, Silvia Ribeiro, de Uruguay, reveló que entre las 100 mayores economías del mundo 51 de ellas pertenecen a grandes empresas multinacionales, y citó el ejemplo de que la General Motors tiene un total de venta anual superior a la de un país como Dinamarca.
Añadió que existen 500 empresas en el mundo cuya actividad de venta equivalen al 47 por ciento del total y paradójicamente solo brindan un mínimo de empleos.
Es imprescindible enfrentar a estas empresas multinacionales que son las que están decidiendo políticas, economías, mercados, y hacen que todo funcione a su antojo, agregó.
En nombre del conocido Movimiento de los Sin Tierra, habló el brasileño Egidio Brunetto,
quien denunció las políticas neoliberales que no aceptan ningún tipo de reforma agraria en favor de los campesinos.
Sucede cada vez más la concentración de la tierra y todas sus riquezas en manos de grandes empresarios. Son muchas las familias que en los países de América Latina han perdido sus tierras en los últimos años como consecuencia de esta práctica.
La propiedad de la tierra es fundamental si queremos un mundo de justicia; los campesinos debían tener el derecho de producir los alimentos con la calidad requerida.
El moderador Randy Alonso indicó cómo México, gran productor de arroz, se ha convertido en un gran importador a partir del Tratado de Libre Comercio. Ese es el futuro que espera a toda nuestra América si cae en la presa que significa el ALCA.
Las multinacionales también desplazan a los pescadores artesanales, denunció la panameña Alba Rosa Pérez. La panelista manifestó que las políticas neoliberales privatizan los recursos de nuestros pueblos. En Chile, precisó, que el gobierno otorgó el 80 por ciento de las cuotas a la pesca industrial, que tiene una flota de 300 barcos, mientras que la flota artesanal, compuesta por 60 000 embarcaciones, solo dispone de un 20 por ciento.
Nuestros gobiernos se convierten en cómplices de este ejercicio que atenta contra la soberanía y la seguridad alimentarias. A la vuelta de un breve tiempo todos los recursos pesqueros estarán en manos de las grandes empresas y la situación de los 50 millones de pescadores artesanales será insostenible, apuntó la oradora.
ROSTROS DEL HAMBRE Y NECESIDAD DE UNIDAD En Africa se localiza el problema más dramático relacionado con el hambre. No son pocos los países de ese continente cuyos habitantes, entre ellos los niños, padecen de una desnutrición asombrosa.
Aliou Sall, de Senegal, expuso que son grandes los retos que tenemos por delante e indicó que la soberanía alimentaria pasa necesariamente por el hecho de lograr integraciones regionales políticas, económicas y culturales que garanticen el derecho de los pequeños productores y los habitantes en general frente a la ambición de los privatizadores.
Destacó la importancia de una verdadera colaboración entre las naciones más desarrolladas y las más pobres. Pero ello pocas veces se da, mientras lo más usual es el
domping y otras políticas abusivas de las transnacionales. Orlando Lugo Fonte, presidente de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, ANAP, relató la experiencia de Cuba que al triunfo de la Revolución decidió entregar la tierra a los campesinos, política que fue acompañada por toda una infraestructura que asegura la llegada de los alimentos a la población.
Así se hizo un programa de electrificación, carreteras y caminos, insumos, embalses, ayuda técnica para el desarrollo agrícola.
Hoy disponemos de 2 000 profesionales universitarios y 9 000 técnicos que trabajan en el sector cooperativo-campesino, destacó el dirigente campesino.
Todo ello revela la soberanía y seguridad alimentarias, y el nivel de vida por el que ha trabajado el gobierno revolucionario.
Al término de la Mesa Redonda Internacional, el moderador Randy Alonso recordó las palabras de Fidel cuando en la Cumbre Mundial de Desarrollo Social expresó:
"Repártanse mejor las riquezas del mundo entre todas las naciones y dentro de las naciones. Establézcase una verdadera solidaridad entre los pueblos y solo entonces nuestros sueños de hoy podrían ser realidades de mañana."
|