El músico cubano Frank Emilio Flyn, una de
las figuras más destacadas del jazz latino y la pianística de la Isla,
falleció esta madrugada en esta capital, a la edad de 80 años.
Nacido el 13 de abril de 1921 en La Habana,
quedó ciego a la edad de 13 años.
Conocido en los medios artísticos por su
prodigioso oído y memoria musical, sus comienzos fueron como autodidacta.
Luego completó sus estudios con figuras de
la talla del maestro César Pérez Sentenat, quien le enseñó en sistema
Braille los principios básicos de la teoría y el solfeo.
En los años 40 su amistad con Armando
Romeu, director en ese entonces de la orquesta del famoso cabaret
Tropicana, le llevó a realizar uno de sus ansiados sueños: interpretar
obras del repertorio clásico.
Para ello, Romeu le transcribió a Braille
obras de Mozart, Bach y Beethoven, que Frank Emilio ejecutó acompañado
de la Orquesta Sinfónica de La Habana.
Sin embargo, su gran pasión era el jazz y
las llamadas descargas cubanas de las cuales fue gran impulsor en la
década del 50 del pasado siglo, con el Quinteto de Música Moderna, en el
que participaron figuras de la talla de Tata Güines, Israel López (Cachao)
y Guillermo Barreto.
Frank Emilio compuso uno de los temas más
sugestivos en la historia del jazz latino, Mondongo, sandunga y gandinga,
que se ha convertido en un clásico del jazz comparable a Manteca, de
Chano Pozo, o a Una noche en Tunisia, de Dizzie Gillespie.
Protagonista y animador de la gran vida
nocturna de La Habana fue admirado por relevantes figuras de la vida
política, cultural y social de la Isla.
Vinculado con el movimiento del feeling,
Frank Emilio fue inseparable compañero de aventuras de César Portillo de
la Luz, Omara Portuondo y José Antonio Méndez, como integrante del grupo
Loquibambia.
Desde el piano aportó elementos armónicos
y estilísticos que influirían en el posterior desarrollo del feeling.
Al decir de Chucho Valdés, ferviente
admirador de su estilo y con quien compartió el piano en más de una
ocasión, Frank Emilio era una suerte de Thelonius Monk, el legendario
pianista estadounidense de jazz vinculado con el movimiento del be bop.
Tras escucharlo en 1998 durante una visita
a Cuba, el trompetista norteamericano Winston Marsalis declaró:
"Dios debe existir cuando este hombre toca pues esas notas sólo él
puede lograrlas".
Fruto de aquella relación surgieron las
míticas presentaciones de Frank Emilio y su quinteto Los amigos en el
Lincoln Center de New York, en 1999 y en el 2000.
Por esas eventualidades de la historia la
muerte de Frank Emilio coincide con el aniversario 82 del natalicio de
otro grande de la música cubana, Benny Moré. (PL)