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Un cubano sienta a Tin Tan en Ciudad Juárez

Las esculturas sobre el cómico mexicano en esa localidad y el ex Beatle John Lennon en La Habana, son obras del mismo autor. José Villa Soberón esculpe en la capital otra del Caballero de París

Antonio Paneque Brizuela

Desde principios de este mes y quizás hasta la eternidad, dos figuras que nada tuvieron que ver en vida, el ex cantante británico John Lennon y el actor cómico mexicano Germán Valdés, Tin Tan, estarán de alguna manera unidos por otra expresión del arte, la escultura, mediante sendas estatuas, de características parecidas, instaladas en Cuba y México.

José Villa Soberón, autor de ambas obras, esculpió la del artista azteca, natural de la localidad norteña de Ciudad Juárez, y, desde el tres de agosto último, en que fue oficialmente inaugurada la obra, es apreciada por numeroso público de esa ciudad.

Sentado en una fuente en el centro de la Plaza de Armas, frente a la Catedral, Tin Tan aparece con la diestra en un muro y la siniestra sobre su pierna, con un tabaco a medio fumar en la boca, en un símbolo de vinculación cubano-mexicana.

"Me dieron un lugar privilegiado para ubicar la imagen de este artista", uno de los patriarcas míticos del (buen) humor cinematográfico latinoamericano e hispánico, declara ahora a Granma el escultor, quien, aunque no admite que esté haciendo algo nuevo, parece haber (re) creado un estilo de escultura "de participación, sin pedestal, en contacto directo con el pueblo".

Comenta al respecto Villa Soberón que tanto Lennon como Tin Tan aparecen en medio de plazas sin barreras, sentados espontáneamente, fuera de formalidades monumentales, lo cual promueve que las personas se acerquen, se acomoden junto a ellos, se tomen fotos rodeándolos con sus brazos, les pongan flores y, en el caso del cómico, hasta hagan la mímica de prenderle el tabaco. "El gancho es precisamente ese: la proximidad".

El artista plástico cubano, quien antes de acometer la obra estudió la personalidad de Tin Tan, su obra ("vi prácticamente todas sus películas"), opina que ese artista "fue un personaje muy popular no solo por salir del pueblo, sino porque recreó a otra figura también popular, el Pachuco, surgido en el norte de México en la década del cincuenta.

"Jóvenes de esa generación se llamaban a sí mismos Pachucos para distinguirse como reafirmadores de su identidad mexicana. Tenían una manera muy particular de decir y usaban pantalones muy anchos, sacos muy largos, todo lo cual fue llevado por Germán Valdés a su prototipo cinematográfico".

"Era una especie de movimiento antinorteamericano, pues ellos residían en el norte de México y trabajaban en Estados Unidos y vivían en medio de esas dos culturas, pero lo hacían por defender la suya."

Villa Soberón (Santiago de Cuba, 1950) había sido solicitado por directivos de Ciudad Juárez y de otros países para que repitiera en distintas plazas de Italia y Estados Unidos (en este último país le pidieron ocho), la estatua del ex Beatle, sentada en uno de los bancos de un parque de las calles 17 y 8, en el Vedado.

El artista plástico cubano había declinado esos llamados, a causa de su decisión de mantener la originalidad de esa obra. "Nos pareció que debíamos dejarle esa exclusividad a un Lennon hecho para Ciudad de La Habana", explicó sobre eso.

Apoyado en su trabajo en México por un joven escultor cubano, Rafael Gómez, Villa llegó de ese país la semana pasada después de tres meses de permanencia artística y allí realizó otras dos obras abstractas, por encargo de Ciudad Juárez —cada una de 10 metros de alto—, una representando la palma real y otra sobre el reciclaje de chatarra a partir de automóviles, una de las principales industrias de esa localidad septentrional.

El artista, quien dice tener entre sus principales aprecios "los cambios que da la vida", está terminando también actualmente otra escultura sobre una de las figuras más emblemáticamente célebres de la vida contemporánea habanera, José López Lledín, llamado El Caballero de París. "Fue una idea de Eusebio Leal, Historiador de la Ciudad —recuerda—, el mismo día que se inauguró el Lennon, inmediatamente después de ser develado por Fidel".

"La estatua de El Caballero se ha estado haciendo aquí en La Habana, primero en barro, a la que se le saca moldes en yeso. Luego se le entrega a la fundición para llevarla al bronce y vienen otros procesos como cincelarla, patinarla, darle el color que va a llevar".

El escultor, también presidente de la Asociación de Artes Plásticas de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, vive en Cojímar y hace la mayoría de estas obras en el Instituto Superior de Arte, de donde es profesor desde que se graduó en 1976 en la Academia de Arte de Praga.

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